🥀 14. Mojigata 🥀

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CAPÍTULO CATORCE... [Mojigata]

Chase parqueó su coche a una esquina de la fiesta, giró su cuerpo y me miró a los ojos, se me escapó una sonrisa tímida.

—¿Me puedes prometer algo, Helena? —tomó una de mis manos y acarició el dorso de ella sin quitar sus ojos de encima de los míos.

—Sí —susurré.

Para mí el ambiente era romántico, estábamos dentro de un auto, en la esquina de una calle solitaria y muy suavemente se escuchaba una música rápida... pero era romántico.

—Que hoy solo pensarás en divertirte y pasarla bien —sonreí cuando terminó de decir y asentí, él me dio un beso en el dorso de la muñeca.

—Lo prometo —mencioné.

Chase era perfecto.

Salió del auto y me abrió la puerta, le sonreí aceptando su mano. Caminamos los pocos metros que nos separaban de la gran casa de Camila agarrados de la mano y yo me sentía especial. Todos nos miraban y de inmediato sentí una opresión en el pecho. ¿Y si alguno de ellos le contaba a Jayden? Chase a mi lado notó que algo me preocupaba, me miró con el ceño fruncido y apretó suavemente mi mano intentando hacerme sentir segura.

—¡Sí alguno de ustedes, idiotas, abre la boca y dice que esta chica estuvo aquí le va a ir muy mal! —habló en voz alta y varios solo asintieron apartando la mirada.

Chase era popular, guapo, jugador de fútbol, casi todas las chicas de la escuela estaban detrás de él babeando como yo, sabía que le tenían respeto. Solo esperaba que el respeto a Chase Martínez fuera mayor al de Jayden y su pago. Ya que sabía que a muchos los tenía advertidos de que no me acercará a Chase.

—Jayden me va a matar, mejor llévame a casa, Chase. —Me di la vuelta caminando nuevamente en dirección al auto.

Los pasos apresurados de Chase se escucharon detrás de mí y yo odié romper la promesa tan pronto. Se interpuso en mi camino y tomó mi rostro entre sus manos, dejé de andar y lo miré. Chase tenía unos ojos preciosos y su mirada era muy dulce.

—Vamos, Helena, no te vayas, nos iremos temprano, es una promesa —me suplicó, yo solo mirando sus ojos me derretía y aceptaba cualquier cosa, hizo pucheros y yo sonreí—. ¿Sí, preciosa?

Asentí y por alguna razón lo abracé, separándome después con vergüenza por mi reacción. Jamás había abrazado a nadie más que a mi hermano y a mis padres, y se sintió extraño... pero bien. Yo era una inexperta en esto del amor pero Chase me hacía hacer cosas que estoy segura que con nadie hubiera hecho. Nos devolvimos y entramos a la casa, ni siquiera sabía cómo actuar. Chase caminó conmigo hasta su grupo de amigos, ahí estaban Camila y Samanta —Su ex—. Chocó el puño con todos y saludó a las dos chicas.

—¿Helena Macall? —Camila levantó una ceja y me miró con extrañeza—. Vaya, nunca imaginé que vinieras a fiestas.

—Hola —los saludé, ignorando lo que dijo Camila sin saber qué decir. Samanta tenía una sonrisa burlona en los labios.

—Así que ella será tu nuevo ligue, ¿eh Chase? Te gustan los retos —habló asombrada Samanta, sus amigos soltaron unas risitas suaves.

El comentario me disgustó, Chase apretó los dientes y con la mirada mandó a callar a los de las risas.

—¿Estás celosa acaso, Sam? —Yo me sentía tan fuera de lugar. Que la llamara por ese diminutivo no sonó cariñoso, sino que sarcástico.

—¿De Helena Macall? Por favor Chase, ubícate —hizo una mueca de asco al terminar de decir, mirándome de pies a cabeza para luego darse la vuelta yéndose del lugar, detrás de ella se fue Camila.

JAYDEN "Tu deber como mujer" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora