🥀 9. Helena Nightclub 🥀

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CAPÍTULO NUEVE... [Helena NightClub].

Escuché el auto de Jayden ser estacionado fuera y yo apenas me encontraba lavando los platos, sentí mi pecho encogerse. Jayden entró a casa y me buscó con la mirada, cuando sus ojos me vieron a través de la barra en la cocina su rostro fue la rabia viva y yo no lo entendía. Se alborotó el cabello y caminó dentro de la cocina, se apoyó en la barra y me miró fijamente, ya mi respiración estaba muy pausada y tragué saliva volviendo a lavar los platos.

—Me pase una puta hora en la calle y tú todavía estás lavando platos. —Apreté los labios y no dije nada mientras lo escuchaba, pero podía sentir su mirada atenta—. Deja eso y ve a vestirte, Helena.

—¿Para qué? —fruncí el ceño dándome vuelta para mirarlo y le pregunté en voz baja. Él me lanzó una mirada seria.

—Tú solo ve alistarte, vamos a salir —soltó un suspiro fastidiado, me sequé las manos.

Pasé por su lado saliendo de la cocina, me metí en mi habitación suspirando cansada, me coloqué un pantalón ajustado, una blusa de tirantes, unos zapatos bajos y me dejé el cabello suelto, bajé encontrando a Jayden en el sofá con su celular en la mano, lo miré unos segundos antes de que él lo notará y me crucé de brazos quedando al lado de la puerta.

—Estoy lista —le avisé, él levantó la vista y me miró asintiendo, apagó el celular y lo guardó.

—Ven. —Torcí la boca y me frote el brazo, Jayden apretó los dientes, no me moví aunque me estuviese advirtiendo con la mirada. Resopló divertido al ver mi postura y se revolvió el cabello, pero la gracia no era por estar contento—. Te lo repetiré una vez más, Helena, ven.

Me acerqué aún sin descruzar los brazos y lo miré confundida. Sabía que estaba enojado por lo que había pasado horas atrás, que le recordase a Jayden el pasado era como echarle sal a una herida abierta. Pero al contrario yo sentía que era bueno, así él podría entender un poco que no era justo que llegará a tales extremos. Aunque él estuviese sufriendo tanto.

Jayden sonrió, a su lado tenía un aparatito pequeño, fruncí el ceño mirándolo a los ojos. Me acercó más a él tomando mis caderas y puso sus manos en el broche del pantalón, intenté apartarme pero me atrajo más a él.

—¿Qué haces? —estaba confundida, pero sabía a lo que quería llegar o me lo imaginaba. Él sonrió.

—Solo quiero divertirme —se encogió de hombros desabrochando mi pantalón al fin, no me atreví a contradecirlo, pero si le lancé una mala mirada.

—¿N-no vamos a salir? —me atreví a preguntarle, él me ignoró, bajó mis pantalones lentamente y luego mis pantys, solté un suspiro miedosa.

Jayden ni siquiera me miraba, solo sentía su sonrisita divertida y no entendía que era lo que le podía divertir tanto. No sabía qué hacer, me mordí el labio y ponía mis ojos en cualquier lado menos en él, estaba impaciente. El aparatito que tanto me había llamado la atención antes se lo vi en las manos una vez volví mi vista a él, se levantó y me miró aún con esa sonrisa estúpida. Yo tenía los pantalones abajo y estaba incómoda, me sentía muy expuesta pese a que él me había visto muchas veces en situaciones parecidas y peores.

—Abre las piernas —me pidió y sentí mi pecho encogerse.

—¿Para qué? Me asustas. —Volvió a resoplar, riéndose y acarició mis labios, abriendo mi boca lentamente, puso el objeto que tenía en mis labios y yo no me atrevía a retroceder, lo metió en mi boca y lo sacó, me sentí asqueada.

—Lena, abre las piernas —demandó, me lanzó una mirada de advertencia y apreté los labios haciendo lo que me pidió.

Acarició externamente y volteé a mirar a otro lugar, tragando saliva apreté los dientes. Sentí la sensación fría y extraña del objeto que estaba metiendo en mi parte íntima, era pequeño. Me tomó de la nuca y me hizo mirarlo, su mirada era burlona y deseosa, un chico tan lindo y con mirada "inocente" tú no te lo imaginabas así, y bueno él era una persona seria pero también "buena".

—¿Por qué me miras así? —preguntó y yo bajé la cabeza.

—No entiendo lo qué estás haciendo —mi voz se escuchó muy bajita, casi tímida.

No lo miré, cerré los ojos y pensé en otra cosa, y lo primero en lo que pensé fue en Chase. Ese chico no se me quería eliminar de la cabeza y yo sabía que debía hacerlo si no quería meterme en más problemas. Jayden acomodó mis pantys y los pantalones, pero no sin antes darle besos a mi piernas expuestas, luego cuando todo estuvo en su lugar me palmeo el trasero y yo di un saltito apretando los ojos. Él se río, de la mesa de centro tomó su mochila y luego mi brazo, abrió la puerta y salimos.

—¿A dónde vamos? —cuando me soltó le pregunté, sintiéndome incómoda. Caminé delante de él hasta su auto y como siempre hasta que él no estuvo enfrente no quitó el seguro, rodé los ojos.

—Qué te importa, entra. —Lo miré mal y rodeé el auto para entrar al lado del acompañante.

Cuando me senté tuve que apretar los ojos y enterré mis uñas en mis piernas aguantando las ganas de soltar un gemido. De La vergüenza que sentía no pude mirar a Jayden a mi lado, él soltó una risa fuerte y me levanto la barbilla, pero se estaba partiendo de la risa, lo miré y fue mucho peor, empezó a reírse y agarrarse el estómago.

—¡Tu cara! —No te voy a mentir, mi hermano tenía una risa muy contagiosa y me dieron ganas de reír junto con él si no tuviese un aparato en mi entrepierna, lo miré mal—. Joder, Lena...

—¡Deja de reírte! —le grité molesta por su risa. Él levantó las cejas y me mostró el dedo del medio, en el cual tenía un anillo que nunca le había visto.

—¿Te gusta? —preguntó aún con la sonrisa burlona.

—¿Q-qué...? —me vi interrumpida al sentir una vibración que me hizo abrir la boca y soltar un gemido vergonzoso.

¡Lo manejaba con el anillo!

—Sí, te gusta —volvió a rodar algo en él con su dedo índice de la misma mano y se mordió el labio cuando yo apreté las piernas—. Lo trajo Ian de New York.

—Dios, y ¿te fijaste que no estuviese usado? —pregunté. Últimamente cuando estábamos en este auto las cosas se hacían menos tensas.

—¿Qué clase de persona sería si te lo meto usado? —se río, negué con la cabeza y me crucé de brazos—. Escucha, quiero que veas algo, pero también que me obedezcas allá, si haces algo que no esté bien vas a pasar vergüenza. 

—Me da igual, al final estaré contigo y también la pasarás. —Jayden iba mirando al frente pero cuando terminé de hablar volteó a mirarme con los ojos entornados.

—Claro, pero no la pasaré mal cuando lleguemos a casa después —amenazó. A veces si parecíamos dos hermanos discutiendo por cualquier cosa, pero los temas por los que discutíamos no eran los normales.

No dije nada, miré por la ventana y no le presté atención, él también iba concentrado en la carretera y de vez en cuando rodaba el anillo y yo fruncía las cejas y apretaba los dedos. Cuando Jayden se detuvo yo salí de mis pensamientos. Él ya se había desmontado y me abrió la puerta.

—Baja —ordenó. Me bajé lentamente y miré el lugar que teníamos en frente, abrí la boca y fruncí las cejas.

—¿Que se supone qué es esto, Jayden? —Él estaba detrás de mí, yo volteé y le pregunté, tensó la mandíbula. Supe que lo que causó esa reacción fue mi forma de hablarle, pero sobre eso no me dijo nada, al contrario me respondió.

'HELENA NIGHTCLUB'. Mi club, bebé.

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Gracias por leer.

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JAYDEN "Tu deber como mujer" ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora