Abrió sus ojos color café, medio confundido y con un terrible dolor de cabeza. Fruncido en ceño al ver que se había despertado en una habitación, y al parecer era de Martín, porque esos peluches de Goku no los tiene cualquiera. Se levantó de la cama, sosteniendo su cabeza con una mano. ¡Demonios! Maldita resaca. Salió de la habitación, bajó las escaleras, fue hasta la cocina para encontrar al pelinegro, ha que este no estaba cuando él despertó.
Al entrar en la cocina, vio una de las imágenes más tiernas que había visto jamás en su puta vida. Era Martín con un buzo de él, sumamente largo, unas medias largas y con todo su cabello revuelto. Se acercó sin hacer mucho ruido al pelinegro y enrolló sus brazos en la cintura de el de lentes.
—me gusta como te queda mi ropa— habló con la voz ronca, haciendo que a el pequeño se le pongan los pelos de punta. Pedro le dio un beso en el cuello a Martín y se quedó mirándolo.
—¿qué pasa?— preguntó el menor, al ver que Pedro tenía una de sus manos en la cabeza.
—me duele mucho la cabeza.
—te pasa por alcohólico— dijo el bajito soltando una carcajada. Pero al ver la seria cara de Pedro, se calló.— pegate un baño, después veni que te doy una pastilla para el dolor.
El castaño solo atinó a asentir con su cabeza. Para después agarrar a Martín por su cintura y darle un beso, pero el bajito se separó y le hizo una seña para que se fuera a bañar. Subió las escaleras sin chistar, fue a la habitación de Martín y sacó un conjunto de ropa de su bolso. Fue al baño, se desvistió y dejó que el agua refrescante caiga en su cuerpo.
Se quedó pensando en que le iba a decir a su pedro, en respecto a su relación con Martín. ¿Cómo podría reaccionar? ¿Lo aceptaría? ¿Haría lo posible para separarlo de el pequeño?, Okay la última no creería que pase, porque su padre es muy bueno y comprensible. Pero que le diría a su progenitor, y que haría cuando se enteré. Falta una semana para que venga su padre junto con la mamá de Martín, sería lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Ya que vendrían el domingo y, de tan solo pensar los pocos días que falta para que vengan, hacía que aparezcan sus nervios.
Una vez que se terminó de darse una relajante ducha, salió del baño con una toalla enredada en su cintura. Caminó hasta la habitación del menor y se empezó a cambiar con la ropa que se había elegido anteriormente. Se había elegido: un jean de color azul con cortes en las rodillas, una remera negra con un corazón del lado izquierdo y sus típicas zapatillas blancas con el estilo yankee. Salió de la habitación y bajó las escaleras, encontrándose con Martín sentado en el sofá y mirando la televisión. Se acercó al menor y se sentó alado de este.
—toma esto y el dolor se te va a ir— habló el pequeño con dulzura. Le robó un pico a Pedro y siguió viendo la televisión.
—gracias bebé— dijo y se levantó del sofá. El menor solo le dedico una hermosa sonrisa.
Fue hasta la cocina, se sirvió un basó con agua y tomó la pastilla junto con el líquido transparente. Caminó otra vez al living y Martín seguía concentrado viendo la televisión. Se sentó alado de Kovacs, y agarró se celular, simplemente para boludear un rato.
Estaba viendo Instagram. Dándole like a alguna que otra foto, viendo historias y riéndose por algunos de los memes que había. De repente Martín le quita el celular y se sienta en su regazo.
—prestame atención— dijo con un pucherito, haciendo que Pedro se muera de la ternura.
—¿querés ver una peli?.
—bueno— se bajó del regazo de Pedro, y se sentó como estaba anteriormente. Alado de el castaño.
Este, empezó a buscar una película que le llame la atención en Netflix. Vio el título de una y enseguida apretó el botón de aceptar. Por lo que se veía era una de acción, uno de los géneros más favoritos del pelinegro. Este sólo se acomodó en el pecho de Pedro, y se pusó a mirar la televisión.
—¿de qué es?.
—de acción— dijo y le robó un beso al menor, siendo correspondido inmediatamente.
—okay.
Depositó un beso en el cuello de el mayor y volvió su vista al televisor.
La verdad es que la película era muy buena y entretenida. Le daba gracias a dios porque su novio no había puesto una de terror, porque ese tipo de películas le da muchísimo miedo.
Una vez que la película terminó, subieron las escaletas y fueron para la habitación del pelinegro. Hoy, sinceramente, no tenían ganas de nada, nisiquiera de caminar. Así que planeaban dormir todo el día y no hacer nada. Se recostaron en la suave y cómoda cama del bajito, largando un suspiro. Martín se acostó y colocó su cabeza en la muy cómoda almohada, al igual que como lo hizo Pedro. Los dos cerraron sus ojitos, tratando de reconciliar el sueño para poder dormir. Luego de unos minutos, el primero en dormirse fue el mayor, cayendo en un profundo sueño. El pequeño no podía dormir, trataba de pensar en algo y poder dormir pero no podía.
En el piso de abajo, se escuchó el timbre de la puerta principal. Haciendo que el menor suelte un suspiro, algo molesto. Se levantó de su cama, salió del cuarto y bajó las escaleras. Se dirigió hacia la puerta, agarró el picaporte y la abrió. Dejando ver a su mejor amigo. Se había olvidado completamente de que hoy venía Rodrigo.
—boludo, me re olvide que venías— saludó a el adicto a la Monster con el típico saludo de manos, al igual que como lo hizo con Matías.
—el Pedro te tiene mal, eh— consultó Rodrigo chistoso.
—cállate vos, Matías— dijo Martín, mirando al adicto a las bebidas energizantes.
—obvio.
Soltaron unas carcajadas y se sentaron en el sofá. Los nervios de el de lentes no tardaron en hacerse presentes, haciendo que dude en contarlo su relación con Pedro o no.
—bueno. ¿Te acordes cuando te dije que Pedro me había besado?— preguntó el menor mirando a Rodrigo, este solo asintió con su cabeza.— bueno, cuestión que cuando volvió me dijo que gustaba mío, que se le hizo un poco difícil aceptar que es bisexual, que cuando me vio le pareció muy tierno y todo eso. Yo también le dije que gustaba de él, porque encerio me había enamorado. Y después de decirnos eso, me pidió si quería ser el novio y... Le dije que sí.
—AHAHAHAHAHA— gritó el del septum, haciendo que el pelinegro le pegue en la cabeza.
—no grites pejelagarto.
—bueno, violento— se puso a actuar como si estaba llorando, y como le salía muy bien, Martín cayó en su broma.
—ayyy, no Rod fue sin queres, no te quise pegar— soltó el pelinegro, tratando de abrazar a Rodrigo.
—es increíble como caes en las jodas, tincho— se destapó la cara y miró a el bajito.
—¿vos sos pelotudo?, MAN, YO PENSANDO EN QUE ESTABAS LLORANDO Y VOS RE PIOLA AHÍ HACIÉNDOTE EL BOLUDO. TE ODIO RODRIGO.
—jodete, te pasa por pegarme.
—retrasado— dijo un Martín medio enojado.
—un retrasado que querés.
—desafortunadamente sí.
—bueno bbto, yo me voy porque en un ratito me voy a pasear con MÍ Matías.— dijo para levantarse del sofá y saludar a Martín.
—nos re vimos en Disney, pedazo de culiado.
—¿Pedro es cordobés?— preguntó. Rodrigo, abriendo la puerta. Kovacs simplemente asintió con sus mejillas sonrojadas. — ya veo, espero que no me aparezcas con acento cordobés.
—ay, anda con “ tu Matías ”— dijo Martín haciendo comillas con sus deditos.
El de ojos marrones, simplemente, le sacó el dedo del medio. Para después salir de la casa e ir con su pareja al parque. Martín negó con su cabeza mientras sonreía. Caminó hasta las escaleras y las subió, dirigiéndose a su cuarto. Entró a este y, se encontró con su novio, todavía, durmiendo. Negó con su cabeza, ¿Cómo podía tener el sueño tan pesado? Es algo que no entendía. Salió de la habitación, bajó las escaleras y fue para la cocina. Planeaba prepararle un delicioso almuerzo, ya que recién eran las 11:30 del mediodía.
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« .' Hermanastros '. » : pedrimente
RomantikSus manos fueron echas para entrelazar perfectamente el una con la otra, sus labios encajaban tan bien como si de un rompecabezas se tratara. Sus ojos de color marrón, fueron hechos para ver lo hermoso de los dos y sus sentimientos de el uno al otro...