30.

210 28 19
                                    

Al llegar a dicho lugar de películas, compraron palomitas y se sentaron en el medio de todos los asientos cómodos. Para luego mirar hacia la pantalla del cine y notar que la película estaba por empezar. Así que el pelinegro sólo se acomodó en el hombro del mayor, haciendo que este lo mire con ternura y le robe un pico. La película era de "terror", puesto que el más bajo no se asustó, ya que era más de comedia. Sólo se asustó en algunas escenas, en las que el mayor sólo se reía.

Una vez que dicha cosa terminó. La pareja, se levantó de los asientos y empezaron a caminar hacia la salida. La verdad es que los dos la pasaron muy bien, es como una típica salida de novios. Al salir de dicho lugar de películas, el pequeño vio algo que le encantó para su hermoso novio. En una tienda, había una remera de la NFL, algo que a Pedro le encantan.

-amor, espera acá que yo voy a comprar algo- avisó el menor, empezando a caminar hacia la tienda.

Parnenzini sólo atinó a asentir con su cabeza, para ver cómo el pequeño cuerpo de su bebé desaparecía. Por otro lado, Martín se adentró a la tienda, para empezar a ver las remeras que quería. Agarró una en especial, que le encantó, se acercó a la caja y decidió preguntarle el precio de aquella camiseta.

-hola, una pregunta. ¿cuánto está esta remera?- preguntó el pequeño, mirando a la chica de la caja.

-esa te sale $895 pesos- respondió la chica con una linda sonrisa, formando unos hoyuelos en sus mejillas.

-la llevo- respondió el pequeño, con una linda sonrisa.

La linda chica, sólo atinó a asentir con la cabeza. Para luego agarrar el dinero de la remera y meter a esta en una bolsa. El pelinegro sólo agarró la bolsa con la remera dentro y salió del shopping. Al salir de este, visualizó a su novio sentado en una banca, por lo que se acercó a este con una sonrisa.

-¿qué compraste bebé?.

-después te muestro.

Respondió el pequeño, robándole un pico a su novio y empezando a caminar con esta hacia su casa. Una vez que llegaron a dicho lugar, el castaño se sentó en el sofá, largando un suspiro, medio cansado. El pelinegro se sentó alado de él, con una bolsa color blanco entre sus manitas.

-toma amor- dijo el menor, con una hermosa sonrisa. En su carita angelical. El castaño tomó la bolsa entre sus manos, para luego abrir esta. Al abrirla se encontró con la clase de remeras favoritas de él, por lo que inmediatamente abrazó a al pelinegro. Llenándole su carita de besitos.

-Gracias, Gracias, Gracias- repetía el más alto, dándole un montón de besitos a Martín. -te amo.

-de nada, y yo también te amo- respondió Kovacs, besando al castaño. Haciendo que este responda inmediatamente.

Al separarse se miraron con una sonrisa, con cara de enamorados. El mayor abrazó la cintura de su pequeño, lo colocó muy delicadamente en su pecho y prendió la televisión, para poder ver algo y entretenerse.

[[•••]]

Las estrellas adornaban el hermoso cielo, la luna brillaba como una bonita luciérnaga y la suave brisa corría por la ventana. Observaban el cielo nocturno con una linda sonrisa en sus rostros, sentados en unas sillas del balcón y pensando en todos los momentos que tuvieron juntos. Todo estaba en pleno silencio, sólo se escuchaba el ruido de algunos grillos, pero el pelinegro decidió cortar ese ambiente silencioso.

-amor- llamó el pequeño, girando su cabeza y quedando cara a cara del castaño. -te amo.

-Yo también bebé- respondió el más alto, robándole un pico al menor. Haciendo que este se ría leve.

-¿me prometes que nunca me vas a engañar y me vas a amar por siempre?.

-te lo prometo bebé- respondió Pedro, mirando los bellos ojitos del menor. Viendo como la luz de la luna se reflejaba en ellos. -y si te engañaría, jamás me perdonaría de haber lastimado un chico tan hermoso y tierno, como lo sos vos. Te amo y nada lo va a cambiar.

Martín sólo curvó sus labios hacia arriba, formando una linda sonrisa: -te amo, te amo, te amo. No sé que haría sin vos, sos el amor de mi vida.

-y vos el mío corazón- respondió Parnenzini, junto con una bonita sonrisa.

Juntaron sus suaves labios una vez más, formando un hermoso beso. Al separarse, el pelinegro colocó su cabecita en el pecho de su pareja y cerró los ojos. Y sin darse cuenta, cayó en un profundo sueño. El mayor al observar la linda carita de su pequeño, dormido. Sólo se limitó a largar una leve risa, para luego, agarrar a el menor de sus muslos, pararse y dirigirse a la habitación. Dejó al más bajo en la cama y lo tapó con sus mantitas, viendo como inmediatamente, el de lentes se se acurrucaba en la cama, como si de un pequeño gatito se tratara. Dejó un cálido beso en los labios de Kovacs y se dirigió al baño. Se desvistió, entró a la ducha y dejó que la relajante agua de color cristalina caiga por su cuerpo.

Al terminar de darse un relajante baño, se colocó una remera negra con una rosa en el lado izquierdo de su pecho y un short color amarillo pastel, con detalles naranjas. Abrió las mantas, dejando a la vista un lugar para poder dormir. Se acostó alado del pelinegro, cerró los ojos y se durmió.

" toda mi felicidad es gracias a ti y si yo me muero volvería por ti "

« .' Hermanastros '. » : pedrimenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora