Llegando al centro comercial lo primero que hicimos fue buscar donde comer. Por suerte encontramos un pequeño restaurante abierto.
-Buenos días, soy Luisa. Les dejo el menú - dijo más para Carlos que para mí.
Luisa se tenía que llamar - pensé.
-Tierra llamando a Mayte - se río Carlos.
-Perdón, me distraje ¿Qué decías?
-Que si ya sabes lo que vas a pedir así llamo a la muchacha para que no demore tanto la comida.
-Em... creo que voy a pedir pasta y un jugo de naranja. ¿Tú?
-Lo mismo, la pasta es mi comida preferida - dijo levantando la mano.
En menos de un segundo la mesera estaba tomando la orden y no dejaba de sonreírle. Eso me molestó muchísimo ¿Acaso estaba celosa? ¡No! o ¿Si?
-¿Desean algo más? - preguntó a Carlos mordiéndose el labio.
-Si - dije firme y me miro por primera vez - me encantaría que fueras menos resbalosa porfavor. - Carlos quedó con la boca abierta y la muchacha estaba roja como un tomate.
Nunca había hecho algo así, tampoco fue mi intención decirlo, las palabras simplemente salieron de mi boca.
-Disculpen, en un momento les traigo su orden - dijo yéndose apenada.
Gire a ver a Carlos - Perdón, no se porque hice eso - estaba por seguir hablando pero me tomo la mano.
-No te preocupes, estás en todo tu derecho, es su lugar de trabajo no un lugar para coquetear - me sonrió.
*Al rato*
Cuando terminaron de almorzar decidieron dar unas vueltas por el centro comercial. Carlos compró unas sábanas y otras cosas que le hacían falta para su casa. Mientras que Mayte lo hacía dar vueltas por todos lados, tienda que veía tienda en la que entraba...
-May, ya vamos ¿No? - dijo cansado.
-¡Ay no!¿Tan pronto? Un ratito más andale - le hizo ojitos.
-Eso no se vale señora Lascurain, no hay quien pueda resistirse a esa mirada...
-Siempre funciona - río - mira ahí hay una tienda para bebés ¿Entramos? Porfis.
-Anda, vamos, no puedo decirte que no.
-Gracias - lo abrazó por la cintura.
Narra May:
No se porque lo abracé, pero se sentía tan bien, el no me soltó así que caminamos así hasta la tienda. Compré algo de ropita para los bebés y unas cosas que me hacían falta, todavía no tenía nada. Así que cuando salimos teníamos demasiadas bolsas.
-Caray, como que compramos muchas cosas ¿no? - reí.
-¿Compramos o compraste? No me culpes a mi de tus compras compulsivas, solo dos bolsas son mías - río tomando la mayoría de mis bolsas.
-Esta bien, esta bien - levanté las manos en señal de rendición y sentí como ponía su brazo sobre mi hombro así que lo abracé por la cintura.
Estaban tan metidos en su burbuja que ninguno se dio cuenta de que había alguien siguiendolos y tomando fotos...
-Oye Carlitos, se nos antoja un helado... - dijo haciéndole ojitos nuevamente.
-¡Ay May! Tenemos un arcenal de bolsas. Espérame en ese banquito que las voy a dejar al carro y vuelvo.
-Bueno - sonrió - pero no te tardes que me pongo de malas - lo amenazó.
-No lo haré, lo prometo - se fue.
En lo que volvía , Mayte se quedó pensando en todo lo que pasó, él le devolvió la alegría. Se preocupaba por ella, la comprendía y le tenía paciencia. Si no fuera por Carlos estaría sola en su casa llorando y comiendo helado abrazada a alguno de sus igores. Pero no, ahí estaba él.
¿Será que es muy pronto para sentir amor? ¿Sentira lo mismo que yo? No, si es más joven debe de tener miles detrás suyo - se cuestionó.
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Para volver a amar
Romance"Para volver a amar debo sentir que vivo y no andar huyendo. Para poderte dar lo que un día fue mío y hoy ya no lo encuentro..."