Ya había pasado dos meses de aquella madrugada en que sus hijos decidieron despertar a sus padres porque querían su atención.
Fueron los dos meses más caóticos de sus vidas, llenos de pañales sucios, vómitos y llantos a altas horas de la noche. Pero a la vez, llenos de amor, de dicha y felicidad.
Por fin había llegado el gran día. El día que tanto habían planeado y esperado con ansías. El día en el que confirmarían su amor ante Dios y la Virgen.
Las campanas de la iglesia sonaban, Carlos se encontraba en el altar esperando a que ella entrara vestida de blanco. Sus manos sudaban y el coro se preparaba para comenzar a cantar junto a Isabel y Fernanda los tan hermosos versos del Ave Maria.
Las puertas de la iglesia se abrieron y el sol la iluminó con todo su brillante resplandor. Parecía un cuento de hadas. La música empezó a sonar y de aquella luz al final del pasillo salió Mayte del brazo de su sobrino Joss. Carlos no podía dejar de admirar la belleza que sus ojos observaban. Mayte se veía tan radiante, tan angelical que le era imposible quitarle los ojos de encima. Tenia algo que solo se puede definir como luz propia.
Narra May:
A medida que me acercaba al altar mi corazón latía con más fuerza. Verlo allí de pie esperando a que llegara me hacia sentir mariposas, como la primera vez que lo vi al abrir la puerta. Como olvidarlo, bendita la central eléctrica que no le había conectado la luz. Se veía tan hermoso, tan lleno de vida, justo como hoy, nada más que hoy también se encontraba lleno de amor. Un amor que solo a mí me pertenece y pertenecerá.
Fue cuando nuestras miradas se encontraron que me olvidé de todo, de los invitados, de la prensa y hasta del sacerdote. Solo existiamos él y yo. Tomó mi mano y me ayudó a subir los dos escalones que quedaban para llegar al altar. Quería besarlo, necesitaba hacerlo pero volvi a la realidad y me acordé que tenía que esperar a que el cura dijera las palabras mágicas.
-Queridos hermanos, nos encontramos aquí reunidos para unir en sagrado matrimonio a María Teresa Lascurain y Carlos Rivera. Podemos dar comienzo a la ceremonia.
*Minutos después*
-Carlos ¿Aceptas a María Teresa como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
-Si, acepto - sonrió.
-Maria Teresa ¿Aceptas a Carlos como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
-Si, acepto - dijo casi llorando de felicidad.
-¿Hay alguien aquí presente que se oponga a esta unión? Si es así que hable ahora o calle para siempre - dijo el sacerdote.
-Yo, yo me opongo - Apareció Manuel de la nada, dispuesto a arruinarlo todo pero pronto fue retirado de la escena por dos invitados.
-Continue padre - dijo Carlos.
Asintió y continuó - Por el poder que me confiere la Iglesia Católica los declaro marido y mujer. Lo que Dios ha unido, el hombre no debe separarlo. Ahora sí, puede besar...- rió al ver que Carlos ya la había besado - a la novia.
Todos se pusieron de pie y aplaudieron, algunos lloraban como Isabel y sus otras hermanas. Algunos querían estar en sus zapatos y otros les deseaban la mayor felicidad del mundo. Cami por su parte corrió a abrazarlos, con sus hermanos en brazos.
Luego de ese abrazo Mayte miro a Carlos llena de amor y alegría para decirle - Te amo, gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo. Gracias por aceptarme como soy, con todos mis defectos y aún así no querer cambiar nada de mi. Gracias por apoyarme en todo momento y aceptar a mis hijos como tuyos. Te amaré siempre - dijo llorando de emoción.
-Gracias a ti mi vida, pero no llores que para eso esta Isa, mírala - la hizo reír.
-Te escuché cuñado - le gritó y todos los invitados rieron.
Carlos río y continuó - Te amo muchísimo, no hay nada que yo deseé cambiar en ti porque ante mis ojos tu eres la mujer perfecta. Yo debo darte las gracias a ti por aceptarme en tu vida y la de nuestros hijos. No hay día que no agradezca a Dios por tener la familia que tengo - la besó - ahora si podemos decir que nuestra dicha esta completa.
Los invitados escuchaban atentos todo lo que decían los enamorados.
-Mi amor, hay algo que creo que debes saber antes de irnos de luna de miel - dijo Mayte preocupando a Carlos y a todos. En ese momento la iglesia se quedó en completo silencio.
Mayte se acercó y le dijo algo al oído. Carlos desconcertó a todos porque comenzó a llorar y hasta se arrodilló en el piso.
Luego se calmó, se levanto y gritó - ¡Señores vamos a ser papas de nuevo! - tomo a Mayte en brazos y la hizo girar mientras todos aplaudían emocionados por la noticia.
Fue así como darían comienzo a la etapa más feliz de sus vidas...
~FIN~
¡No se olviden de votar si les gusto, espero que si les haya gustado y que no se les haya hecho tan larga! Mil Gracias a todos los que leyeron, votaron y comentaron. Les mando mucho amor ♡♡♡
ESTÁS LEYENDO
Para volver a amar
Romance"Para volver a amar debo sentir que vivo y no andar huyendo. Para poderte dar lo que un día fue mío y hoy ya no lo encuentro..."