Narra Carlos:
Bajé del auto para comprar el helado que ella tanto quería. Me sentía mal por hacer que recuerde lo que vivió con Manuel pero necesitaba saber si tenía alguna chance con ella y ahora que sé que la tengo voy a luchar por su amor.
Cuando iba de regreso al auto vi una niña vendiendo rosas así que me acerqué y le pedí que me vendiera todas. Sus ojitos brillaron de alegría y se me alegró el corazón.
-¿Cómo te llamas? - le pregunté.
-Camila, señor.
-Yo soy Carlos, mucho gusto - le di la mano y me sonrió - ¿Qué edad tienes?
-Tengo ocho.
-¿Qué hace una niña tan chiquita vendiendo flores? - le pregunté con un nudo en la garganta.
-Es que la señora que me cría me manda a venderlas - dijo mirando el helado.
-¿Quieres un poco? - le dije señalando la bolsa.
-Si, hace mucho no como helado - dijo apenada y se me partió el corazón.
-Hagamos una cosa, aquí a la vuelta hay un parque, yo estoy con una amiga ¿Quieres venir con nosotros y comemos el helado?
-Esta bien - me miro dudosa.
-Ven vamos a buscar a Mayte, no temas - le tome la mano.
Me dio la mano y cruzamos la calle.
Narra Mayte:
Ya se tardó Carlos - pensé.
Mire por el espejo retrovisor y no lo veía venir ¿Será que le pasó algo?
-Hola, ya regresé - sentí que me dijo del lado de mi puerta y me asusté.
-¡Ay carbón! Me espantaste - rei.
Lo vi reír, tenía una mano detrás de su espalda - ¿Qué tienes ahí?
-Toma, son para la mujer más hermosa... Espero que me perdones por hacerte llorar - me dio unas rosas rojas.
Mi corazón empezó a latir fuerte, me sonroje y sonreí.
-¡Que hermosa sonrisa tienes! Me gustaría seguir admirandola pero te tengo otra sorpresa...
-Gracias, pero ¿Otra más?
-Si, pero necesito que bajes del auto - me baje y había una niña que se emocionó al verme.
-Te presento a Camila, nos acabamos de conocer y muere por acompañarnos a comer este helado - lo vi sonreír.
Me agache y le hable a la niña -Hola preciosa, me llamo Mayte - le di un beso.
-Hola ¿Tu cantas? Eres de Pandora ¿no? La señora que me cría las escucha siempre - me hizo sonreír pero me quedé pensando en su última frase.
-Esa soy yo - le sonreí y me levanté para mirar a Carlos.
-Le decía aquí a mi nueva amiga que podríamos ir al parque de aquí a la vuelta ¿Te parece? - me miró como rogando.
-Claro que sí, vamos - sonreí.
-Espera, ¿No quieres que te lleve?
-No, no ya no me duele pero gracias - dije y le di mi mano a Cami, él tomó su otra manito y nos encaminamos al parque
*En el parque*
Se sentaron en el pasto a comer el helado mientras charlaban, la niña por su parte solo miraba a Mayte con admiración hasta que vio algo que la distrajo, un señor que vendía nubes (de azúcar).
-¿Quieren una? - les preguntó Carlos.
-Si a mis bebés se les antoja y ¿a ti Cami?
-Si, porfavor - dijo sonriente.
-Ahorita se las traigo - dijo y dejo a Mayte hablando de los bebés con Cami.
-Oye Cami ¿tu por qué vendes florecitas? - le preguntó May.
-Es que desde chiquita la señora que me cuida me pide que las venda - a May se le hizo pedazos el corazón.
-¿y tus papás? - le preguntó.
-Ellos me abandonaron cuando era una bebé y la señora Estela me recogió de la calle - dijo mirando el suelo.
-No te sientas mal pequeña, ya vas a ver como todo mejora - dijo Carlos que había vuelto y logró escuchar - Aquí están las nubes para las mujeres más bonitas de México - nos dio una a cada una.
Cuando quise estirarme para tomar la mía sentí un dolor el la espalda, él se dio cuenta y se sentó detrás de mi - Es porque estas sentada en el suelo. Apóyate en mi si quieres - me dijo y sin pensarlo dos veces me recoste en su pecho.
-Gracias - levante la cabeza para mirarlo y el bajo la suya para hacer lo mismo. Nuestras caras estaban a milímetros tanto que llagaba a sentir su respiración.
Lo miré a los ojos y me perdí en ellos. Cuando me di cuenta sus labios estaban sobre los míos. Era el beso más dulce que me habían dado en la vida y no por la nube que acababa de comer sino porque realmente me hizo sentir en las nubes, me sentí amada, deseada y protegida. Todo parecía un sueño del que no quería despertar.
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Para volver a amar
Romance"Para volver a amar debo sentir que vivo y no andar huyendo. Para poderte dar lo que un día fue mío y hoy ya no lo encuentro..."