🔹️Capítulo 10🔹️

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-Perdón mi amor, juro que no quería empujarte.

-¡Que no me digas mi amor, ve a endulzar el oído de tu asistente! Te dije que no quería verte más, ¿Con qué derecho quieres entrar a la fuerza y encima empujar a Carlos? - dije enojada.

-Tienes que escucharme, ya no aguanto más estar separado de ti y menos ahora que se de los bebés.

-¡Que no, ya sufrí demasiado! Dejame en paz - le grite antes de cerrarle la puerta en la cara.

Me recoste contra la puerta y me deje caer lentamente mientras unas lagrimas caían de mis ojos. Quería llorar, desahogarme, para poder seguir con mi vida y olvidar todo lo que sufrí por ese hombre. Tanto que me olvide completamente de la presencia de Carlos. Hasta que sentí que sus brazos me rodeaban la cintura, me sentía tan protegida, tan comprendida que no dudé en apoyar mi cabeza en su pecho y llorar hasta quedarme sin lágrimas.

Narra Carlos:

Me partió el corazón verla así, no la conocía pero a quien no se le mueve algo adentro al ver llorar a una mujer así que sin pensarlo dos veces me senté con ella y la abrace. Esta vez fue distinto, sentí como si mis brazos estuvieran hechos para eso, para abrazarla hasta el final de mis dias. Nunca me había pasado algo así...
Perdí cuánta del tiempo, no tenía idea de cuanto llevaba llorando en mi pecho. Pero por fin se había calmado, la mire para decirle algo y me di cuenta de que se había quedado dormida de tanto llorar.

No quería despertarla pero en su estado no era bueno que estuviese incómoda en el suelo y más después de haber tenido un accidente. Así que la tomé en brazos y la subí a la que pensé que era su recamara. La cubrí con una manta y la miré detenidamente. Cuanta paz transmitía estando dormida, tanto que no lograba quitar mis ojos de encima.

¿Como es posible que le hayan hecho tanto daño? Si yo fuera él jamás la hubiera dejado ir. La amaría todos los días de mi vida - pensé.

Sentía que estaba invadiendo su espacio, así que bajé a la sala y me quedé esperando que mi celular se cargara.

Narra Mayte:

Abrí los ojos y me encontraba en mi cama. ¿Cómo? Si lo ultimo que recuerdo es haberme sentado en el piso a llorar y ahí estaba él consolandome.

¡Ay Carlos!- pensé - Pobre hombre, todo lo que tuvo que presenciar, el me habrá subido.

Me levanté y bajé a ver si todavía seguía en mi casa y si, ahí estaba, se había quedado dormido en el sofá.
¡Que afortunada será la dueña de su corazón! - pensé sin querer - tiene todo lo que yo alguna vez pedí que un hombre tuviera.

El gruñido de mi estómago me sacó de mis pensamientos. ¿Tienen hambre verdad? - dije acariciando mi vientre.

Volvi mi mirada a Carlos y me dio pena despertarlo así que lo deje.

Lo mínimo que yo podría hacer es invitarlo a cenar, después de haber hecho tanto por mi el día de hoy - me dije mientras me dirigía a la cocina.

*media hora después*

Me despertó un fuerte olor a quemado. Lo primero que pensé fue en Mayte, me levanté y corrí hacia su recamara pero no estaba allí. Comencé a gritar su nombre y la escuché decir algo abajo.
En menos de un segundo llegué a la cocina y ahí estaba, mirando con cara de pena lo que había cocinado. Todavia salía humo de la fuente. Mi primer reacción fue reírme.

-Oyeme, no te rías - me pego con un trapo.

-Disculpame, es que mira como quedó eso - dije conteniendo las lágrimas de risa.

-Ya Carlos, yo quería cocinar algo para que cenemos y así agradecerte todo lo que hiciste hoy por mi, pero me olvidé que la cocina no es lo mío - me dijo apenada.

-No tienes nada que agradecer, aparte tu me ayudaste primero. Y no te sientas mal que no a todos se les da lo de la cocina.

-Gracias, pero ya nos quedamos los cuatro sin comer - dijo mirando el piso.

-¿Puedo? - dije señalando su vientre.

-Claro - me sonrió.

Me arrodillé, puse mis manos en su cintura y dije - niños no se preocupen, ya verán que les haré algo rico de comer, o al menos no estará quemando - me reí al sentir que mayte me pegaba en el hombro.

Para volver a amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora