🔹️Capítulo 22🔹️

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Elena se hizo la pensativa y dio una suma un tanto elevada pero ellos querían el bienestar de la niña cueste lo que cueste. Así que aceptaron. Quedaron en llevarla a su casa esa misma noche y el lunes a primera hora encontrarse en tribunales, donde firmarían los papeles y le entregarían el dinero.

Cami los oía hablar desde la su habitación pero no sabía de que. Justo cuando se estaba por asomar a escuchar, oyó como Elena la llamaba.

-Escuincla recoge todos tus trapos que te vas con ellos.

-No le hable así señora, ven mi vida - le dijo a la niña -  No es necesario que lleves nada - Carlos la tomo en brazos y enlazó su mano con la de Mayte - En cuanto a usted señora, quedamos así, el lunes a primera hora en tribunales.

Cami solo miraba toda la escena desconcertada pero sabía que estando con ellos nada le pasaría.

-Ahi estaré, adiós, ya saben donde está la puerta - dijo y giró a ver la tele. Mientras que Mayte, Carlos y Camila se dirigieron al auto.

-¿Lista para comenzar una nueva vida? - dijo May ajustándole el cinturón de seguridad.

-Si pero no entiendo mucho - dijo desorientada.

En el camino a lo que sería su nuevo o primer hogar le comentaron todo. La niña no lo podía creer, siempre soñó con tener una familia y de un día para otro su vida daría un giro completo. Tendría amor, dos padres y hasta dos hermanos. Todo el camino se la pasó pensando en lo feliz que sería hasta que se durmió.

Cuando llegaron Carlos noto que se había dormido así que la tomó en brazos y la subió a la que sería su recamara, aún no estaba decorada pero mañana a primera hora irían al centro comercia para comprarle todo lo que le hacía falta.

Luego bajo y fue a la cocina, donde se encontró con Mayte llorando.

-¿Qué tienes mi amor? - la abrazó.

-¿Recuerdas que un día me dijiste que tú solo me harías llorar de felicidad?. Pues bueno, estoy llorando de felicidad, no puedo creer que tengamos a Cami en casa. Tenemos una familia, mi amor y todo gracias a ti - lo besó.

-Te amo, haría cualquier cosa por verte feliz. Cami es un angelito que Dios puso en nuestro camino para darnos más alegría de la que ya tenemos - correspondió el beso - pero ya deja de llorar y vamos a cocinar que no tarda en despertar.

-Tu cocinas y yo miro - río.

-Esta bien, será lo mejor así no incendias la casa ¿Por qué no pides helado?

-Mejor lo voy a comprar, hay una heladería nueva a unas cuadras.

-Se está haciendo tarde mi amor, no quiero que vayas sola - ninguno sintió a Cami.

-Voy contigo May ¿sí? - dijo.

-Te despertaste princesa, bueno ven conmigo asi Carlos se queda tranquilo - tomo su manito - ya volvemos amor - le dio un beso.

-Bueno, se cuidan y no tarden - salieron.

Narra May:

-¿May te puedo decir mamá? - la pregunta me tomó por sorpresa.

-Claro que sí mi amor, desde el primer día en que te vi te sentí mi hija - le sonreí a lo que me respondió - ¡Yuppie! Tengo mamá - eso me derritió el corazón.

*En la heladería*

-¿Solo eso señora?- me preguntó el joven que atendía.

-Si ¿o quieres algo más amor? - le pregunté a Cami

-No, solo eso mami - creo que nunca dejaría de emocionarme al escuchar esa palabra.

-Solo eso, gracias - le dije al chico y me dio el pote de helado.

-¿Mami? - lo escuché decir detrás de mi pero rogué que no fuera él. Giré y efectivamente era Manuel. Después de dos meses de paz me lo tenía que venir a encontrar en una maldita heladería - pensé.

-Hola Manuel - me limité a decir - vamos mi amor - tome la mano de Cami y me dirigí a la salida pero él me tomó del brazo.

-Mayte, necesitamos hablar, ya pasó mucho tiempo ¿Quién es esta niña? - señalo a Cami - Mira como creció tu vientre - quiso tocarlo pero se lo impedí.

-Es mi hija Manuel, muchas cosas cambiaron. Si lo que quieres es hablar conmigo para así dejarme en paz de una vez, puedes ir mañana por la mañana a mi casa. Te estaré esperando - me solté de su agarre y caminé dejándolo confundido.

-Ahi estaré - lo escuché gritar.

-¿Quien era ese señor ma?

-Es una larga historia, en casa te cuento.

Y así fue, le conté casi todo lo sucedido a Cami mientras cenabamos, claramente tuve que omitir ciertas parte. Además le advertí a Carlos de que Manuel vendría mañana, lo que no le agradó mucho por sus gestos. Pero siempre fue muy comprensivo así que entendió que necesitábamos cerrar ese ciclo. Después de cenar, miramos una película y nos fuimos a dormir con Cami que quiso dormir en el medio. 

Para volver a amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora