*Al otro día*
Narra Cami:
Pensé que todo había sido un sueño, quería llorar pero cuando abrí mis ojos, ahí estaban ellos. May, mi mamá me tenía abrazada y Carlos tenía un brazo debajo de mi cabeza. No podía dejar de mirarlos, todavía no creía tener una familia que me quisiera tanto como ellos me querían.
Narra May:
Cuando abrí los ojos vi a mi hija. Wow que hermoso suena, mi hija, tenía una hija. Vi que ella no quitaba su mirada de Carlos, parecía hipnotizada. Hasta que giró su carita para mirarme directo a los ojos con una sonrisa. Me transmitían agradecimiento y amor. Fue ahí cuando pensé en lo duro que habrán sido todos sus años - le sonreí y le di los buenos días.
-Buenos dias mami - me dijo con tanto amor que mi corazón se aceleró.
-¿Que haces despierta tan temprano? - la abracé aún más.
-Solo pensaba en lo afortunada que soy al tenerlos - me dio un besito.
-Los afortunados somos nosotros de tenerte como hija ¿Quieres que despertemos a tu papá?
-No le pregunté si lo podía llamar así, no se si quiera - bajo la mirada.
-Claro que va a querés, vas a ver lo feliz que se va a poner cuando lo escuche salir de tu boca, te apuesto que va a saltar de felicidad - le acaricie la carita.
Ninguna de las dos se dio cuenta de que Carlos ya había despertado. Sintió un amor inmenso al escuchar que ella lo veía con un padre, ahora era padre. Ya quería escuchar esa palabra así que comenzó a hacerle cosquillas a su hija. A lo que May ayudó.
-Ya papi, ya mami paren por favor - reía.
Carlos al escuchar lo que tanto anhelaba hizo que sus ojos amenazaran con derramar lágrimas de dicha.
-Mi amor ¿Escuchaste? Me dijo papá - le habló a Mayte - Soy papá- se paró y comenzó a saltar.
-Te dije - río May abrazando a Cami - ahora pídele el desayuno vas a ver como no se niega - le susurró despacio pero solo en broma.
-Papi, tengo hambre ¿Me haces el desayuno? - puso ojitos de perrito.
-Princesa usted me puede pedir lo que quiera. Sus deseos son órdenes para mi. Pero tendrá que acompañarme - dijo sacándola de la cama para subirla a su espalda.
-Vamos mami que mis hermanitos tienen que comer - le dijo a May, que se paró y fue tras ellos.
Después de desayunar, Cami ayudó a lavar las tazas y platos cosa que sorprendió a sus padres.
-Hija, te queda bonito el pijama de igor de mamá pero un poco grande, en un rato saldremos a comprar cosas ¿Quieres ir a cambiarte? - dijo Carlos.
-Si papi ¿Me acompañas ma? - subió con May mientras Carlos terminaba de acomodar lo que que habian lavado.
Cuando Carlos iba a subir a cambiarse para salir sonó el timbre.
-Abre tu mi amor, ya bajamos con Cami - le gritó May.
Mientras que del otro lado de la puerta se encontraba Manuel con un ramo de rosas esperando a que su Mayte le abriera. Aún tenía la esperanza de que lo perdonara y comenzaran desde cero. Pero estaba muy equivocado, no sabía era que se encontraría con...
Carlos abrió la puerta, todos se habían olvidado de que Manuel iría hoy a hablar con Mayte.
-Ah eres tu, buenos días, me había olvidado de que vendrías, pasa - dijo Carlos mirando las rosas que traía en la mano, a lo que solo rio.
-¿Qué haces tu aquí y en pijama? ¿Dónde está mi mujer? - dijo celoso.
-Tu mujer ya no es más tu mujer y estoy en pijamas porque esta es mi casa - cerró la puerta y a la vez la boca de Manuel.
-Papi, ya estamos listas, tenemos que comprar ropa para mamá. Mis hermanitos crecen rápido y la suya ya no le qued...- decía Cami bajando por las escaleras pero se calló al ver al señor de la heladería.
Manuel miraba desconcertado ¿Por qué les decía hermanos a sus hijos? ¿Por qué llamaba papá a Carlos y mamá a Mayte? - pensaba.
-Hija, no te pusiste los zapatos - dijo May bajando las escaleras - Carlos mi amor ve sacando el coch...- iba a seguir pero vio a Manuel.
Narra May:
Demonios, tengo una memoria inservible - pensé al ver a Manuel en mi sala.
-Mi vida, ve con tu papá a que te ayude con las aujetas de las zapatillas. Yo tengo que hablar con Manuel.
-Bueno mami, vamos pa - tomo la mano de Carlos, quien me dijo - Cualquier cosa me dices - y subieron.
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Para volver a amar
Romance"Para volver a amar debo sentir que vivo y no andar huyendo. Para poderte dar lo que un día fue mío y hoy ya no lo encuentro..."