029. so much to tell

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ELECTRO

NATURAL | CAPÍTULO VEINTINUEVE

NATURAL | CAPÍTULO VEINTINUEVE

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Wetchester, Nueva York
Diez años después
1983


La cantidad de personas en los pasillos seguia sorprendiéndome. Charles hizo bien en seguir el consejo de Logan y reabrir la escuela, eso era lo que le daba vida a este lugar. Unos pocos estudiantes me saludan cuando me ven pasar. Yo les sonrío siguiendo mi camino hasta llegar a la puerta que tenía fija.

—Alina. —entro a su habitación. Me quedo en la puerta con la mirada seria al ver a la joven de casi diecisiete años metida aún en la cama en ropa de dormir. —¿En serio sigues así? Ya pasa del mediodía.

La joven ni se interesó en mirarme devuelta.

—En alguna parte del mundo están durmiendo. Los estoy apoyando.

Ignoré el tono que uso. Cerré la puerta para que ningún curioso de asomara. Comencé a rebuscar entre sus cajones algunas prendas para que se cambiara ya.

—Mamá, basta. —se quejó cuando le arrojé una camiseta en la cara. —Hoy no quiero ir a clases.

—Pues es una lástima, porque le estás hablando a tu profesora. Te toca mi clase en quince minutos, luego la de Charles.

Alina lanza un murmullo bajo como quejándose. Se mete las manos entre el cabello en un gesto de cansancio, lo que me hace sospechar. Usualmente ella siempre está llena de energía. Le encanta la escuela más que cualquier otro lugar.

Me acerco hasta donde está arropada en su cama y me meto con ella comenzando a acariciarle el cabello. Era una acción tan natural desde que su mutación se desarrolló a pasos agigantados cuando entró en la adolescencia.

—Dime ya, bonita. ¿Por qué no quieres salir de la cama?

Alina se destapa el rostro dejándome ver esos ojos que tanto me recuerdan a Alex.

Alex...

Después de que llegara a la mansión habíamos hablado, y tuve que contarle el huracán de emociones que me vi enfrentada a combatir en los días previos. Tristemente, las cosas no habían seguido un buen rumbo. Los primeros meses no me dirigía la palabra a menos que fuera necesario preguntarme algo sobre nuestra hija. Fue un tiempo duro, y me hubiese gustado tener a Erik cerca para hablar con él.

Regreso la atención a mi hija, que me mira directamente. Parpadea con pesadez suspirando.

—Casi no pude dormir anoche.

—¿Pesadilla?

—No, esta vez fue diferente. —dijo en voz baja con los ojos apenas abiertos.

—¿Viste algo que te perturbó? —pregunté.

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐎 (𝐗-𝐌𝐄𝐍) ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora