Mi trocito de Madrid

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Hoy comenzaban los ensayos para el musical. De momento ensayaríamos por las mañanas, por lo que al tener las tardes libres podría dedicárselas por completo a Lola. 

Entré en la sala de ensayos a las 9 en punto, había dejado con tiempo a la peque en el colegio y había venido lo más rápido que pude hasta el centro de ensayo para causar una buena impresión en el primer día de trabajo. La mayoría de los bailarines ya estaba allí, entre ellos Mónica, así que en lo que terminaban de aparecer todos y nos poníamos a calentar, me uní a la conversación que estaban manteniendo.

- Vale, chicos, voy a pasaros el plan de ensayos de las dos primeras semanas – comentó uno de los directos – los bailarines ensayareis en la sala que tenéis a vuestra derecha, mientras que los cantantes y actores os quedareis aquí.

Comenzamos marcando algunas de las primeras coreografías que aparecerían en el musical, los ensayos por ahora consistían en saberse los pasos de baile y perfeccionarlo, ya más adelante empezaríamos a ponerlo todo en escena. 

La mañana se pasó bastante rápida, las risas no faltaron y la verdad es que habíamos hecho un buen grupo entre todos los bailarines. Tras pasar por vestuarios y cambiarme, salí rápidamente para ir a buscar Lola al colegio

- Mimi, espera un momento por favor – estaba ya saliendo del centro de ensayos cuando su voz me frenó.

Me di media vuelta y allí me la encontré, no iba muy arreglada, pero no le hacía faltaba, Ana brillaba por si sola.

- Hola – la saludé nada más verla

- ¿Qué tal los ensayos? No he podido verte en toda la mañana

- Muy bien, necesito coger un poco de forma para no terminar desmayada, pero muy contenta, ¿y tú?

- Bien también – me contestó con una sonrisa – Me preguntaba si querías ir a tomar algo conmigo, ir a comer hoy, no sé... - me dijo un poco nerviosa

- Me encantaría Ana, pero hoy me es imposible, tengo algo de prisa además

- No te preocupes, solo era, ya sabes, por si te interesaba conocernos algo más, pero ya veo que tienes planes, siento molestarte, de verdad – pude ver la decepción en sus ojos y yo también me moría de ganas por quedar con ella

- Ana, de verdad, que me encantaría, si quieres podemos quedar esta tarde para tomar algo cerca de Malasaña, ¿te parece?

Ana no dudó en aceptar la propuesta, creo que ambas teníamos las mismas ganas de quedar y conocernos algo más. Me dio su número de móvil y quedamos en que le mandaría un mensaje con la hora y el sitio. Nos despedimos y me fui corriendo al colegio, al final llegaba con el tiempo justo

- ¡Mami! – Lola ya me estaba esperando agarrada de la mano de la monitora del comedor cuando fui a buscar.

- ¿Qué tal ratona? – la cogí en brazos y le llené la cara de besos provocándole esa risa que tanto me gustaba

- Muy bien mami, hoy he hecho un montón de cosas y me he comido toda la comida, lo prometo – no pude más que reírme ante ello.

Fuimos dando un paseo hasta casa mientras la pequeña me contaba todo lo que había hecho. Al llegar, Lola se fue directa a saludar a Miriam que ya estaba preparando la comida, yo me preparé una ensalada y me senté con ella a comer mientras que la peque se entretenía viendo los dibujos.

- Oye Miriam, ¿tú me puedes hacer un favor esta tarde? ¿Te puede quedar con Lola unas horas?

- Pues es que había quedado ya Mimi, pero si es muy urgente, me la puedo llevar, estoy segura de que Mary no tendrá ningún problema