05: ¿Aprobados?

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A Kakashi-sensei le bastaron tan solo unos segundos para acabar con casi todos mis clones y luego disponerse de nuevo a leer el libro aún con mi último clon delante de él. Al sentir que mi clon no hacía nada, levantó la mirada de su libro y se dispuso a observar al clon.

—¿No harás nada? —preguntó Kakashi-sensei, subiendo su ceja.

—Estoy ideando un plan, verás... —Dejé a mi clon la tarea de distraerlo.

Suprimí mi chakra tanto como pude y con un jutsu de tierra me comencé a mover por debajo de todo, teniendo en mente que Kakashi-sensei podía hacer lo mismo (y de mejor forma). Me concentré y localicé el chakra de Kakashi-sensei. Activé mi sharingan segundos antes de salir a la luz y tomar a Kakashi-sensei de tal forma que no pudiera hacer ningún jutsu. Intenté hacerlo caer, pero no resultó como yo quería, ya que la que se terminó cayendo fui yo.

Me paré tan rápido como pude y retrocedí dando volteretas, quedé en cuclillas y lo miré fijamente, él ya no tenía su libro en mano.

—¿Tu sharingan ya tiene las 3 aspas? —preguntó.

—No, fíjate que aún ni despierto mi sharingan.

Corrí hacia Kakashi-sensei e intenté darle una patada en la cara, pero éste además de esquivarla tomó mi pierna y me hizo dar vueltas, sin embargo, antes de estar ya totalmente mareada y con la manzana que comí en la mañana a punto de salir de mi estómago, puse mis manos en el suelo y enrosqué ambas piernas en el torso de Kakashi, sin darle tiempo a reaccionar, lo levanté del suelo y lo tiré con la fuerza de mis piernas hacia un árbol. Claro que Kakashi no se estrelló contra el árbol como yo deseaba, sino que sus pies se aferraron al suelo para no seguir retrocediendo.

Pude ver cómo su máscara se arrugaba en la parte de sus labios, estaba sonriendo y podía intuir que de forma maléfica. Recordé que él también era usuario del elemento tierra, así que salté a un árbol en el mismo momento que un clon de Kakashi-sensei salía de la tierra y apretaba su mano, como si quisiera agarrar algo.

Justo a tiempo.

Yo sola, una genin contra un jounin era imposible. Confiaba en mis habilidades, pero ganar algo contra un jounin como Kakashi-sensei... Él también debía estar al tanto de eso, ¿qué esperaba que lográsemos con esta prueba?

Si Sasuke rozó los cascabeles, yo DEBO conseguir uno.

—¿En qué piensas tanto, Hanako? Tienes cara de estar en aprietos.

No pude evitar chillar al oír la voz de Kakashi-sensei detrás de mí. Salté inmediatamente hacia el suelo, pensando que así huiría de él, pero no, fue sólo una trampa. Kakashi-sensei estaba debajo de la tierra, esperándome. Jaló de mis piernas, haciéndome quedar bajo tierra a excepción de mi cabeza. 

—Atrapada en mi propio elemento afinidad —murmuré mientras revoloteaba los ojos. Estaba acabada, no podía moverme.

—Atrapé a dos Uchiha con el mismo truco —dijo, aburrido—, marcaré este día en el calendario de mi casa.

¿No recuerdas lo que te dijo Itachi, tonta? Reaccionó mi subconsciente, el cual me estaba cacheteando.

Esperé a que Kakashi-sensei se fuera para poner en marcha mi plan.

Junté chakra en mis manos y las moví bajo tierra con un esfuerzo enorme. A cada centímetro que me movía mi chakra se gastaba de sobremanera, dejándome muy agotada. Pelearía, no importa si me quedaba sin chakra: no me rendiría tan fácilmente. Podía hacer algo más que eso. Mi intento no iba a ser tan patético, alcontrario, mi intento sería exitoso.

Hice un jutsu de tierra y por fin mude moverme con libertad. Hice un clon simple y lo dejé en mi lugar para no levantar sospechas, pero me parecía que Kakashi-sensei estaba tan entretenido con su libro para pervertidos que ni siquiera se fijaría en que había logrado escapar. 

La última UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora