14: ¡Segunda etapa!

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—Bien —dijo Ibiki una vez que todos los que habíamos decidido aceptar la décima pregunta quedamos en la sala—, solamente me queda una sola cosa por decirles... ¡felicidades por pasar el examen!

¿Ah?

—¿A qué se refiere? —exigió saber Sakura poniéndose de pie— ¿Y la décima pregunta?

Ibiki, por primera vez, sonrió de una forma que no fuese intimidante. Hasta me pareció un poco amigable.

—Nunca existió —respondió—. Al menos, no escrita. De hecho, hasta se podría decir que su decisión de quedarse aquí a pesar de los riesgos es la respuesta a la décima pregunta.

—¡¿Me está jodiendo?! —grité, con mi voz temblando y poniéndome de pie. Ibiki rio como si fuera inocente— ¡¿Sabe todo lo que me asusté, y ahora me sale con que no hay décima pregunta?!

Sentí risas a mi alrededor debido a mi comentario, pero a mí no me hizo nada de gracia que jugara así con mi cabeza. De no ser por el corto discurso motivacional de Naruto, probablemente Sakura hubiese terminado levantando la mano.

Me senté, sintiendo el corazón latir en mi garganta.

—¡Un momento! —chilló Temari—. ¿Está diciendo que las otras 9 preguntas fueron sólo una pérdida de tiempo?

—¡Claro que no! —respondí—. ¿Qué crees que hacen los ANBU? ¿Se ponen a tomar tecito con los Kages? Un shinobi tiene que saber cómo conseguir información por su propia cuenta. En las misiones es esencial conseguir la información correcta, sobre todo en tiempos de guerra. ¿Es que no lees ni haces análisis?

Alardeando de mis conocimientos que había adquirido gracias a una novela que tenía por protagonistas a dos shinobis con conflictos de orientación sexual.

—Exacto, Uchiha —me dijo Ibiki asintiendo en mi dirección y luego se dirigió hacia los demás alumnos en la sala—. Como se habrán podido dar cuenta, las preguntas eran lo suficientemente difíciles como para que cualquier genin pudiera responderlas; la única opción era copiar. Por supuesto, todo esto hubiera sido inútil si no hubiera a alguien a quién copiarle, así que puse a algunos chunin que ya sabían las respuestas entre ustedes...

—¡Sí, claro, claro! ¡Tendrías que ser un cegatón para no darte cuenta! —rio Naruto confiado.

—Mejor no copiar, a copiar tontamente —dijo llevando sus manos a la pañoleta que tenía el cabeza y sacándosela: dejó a la vista su cabeza, la cual estaba llena de atroces heridas—. La información es el arma más valiosa en una batalla, la victoria o la derrota dependen de la información que puedan reunir, y obviamente si esa información es correcta —se quedó por unos segundos en silencio para luego sonreír—. Declaro esta parte del examen completada, sólo me queda decirles: buena suerte y felicidades.

Naruto se puso a gritar de alegría mientras todos le miraban raro. Por mi parte, me resté a sonreír levemente y a suspirar con alivio. Aunque mi alivio duró solo unos segundos, ya que inmediatamente me puse rígida al ver cómo una kunoichi entraba por la ventana, haciendo añicos los cristales.

—¡No hay tiempo para celebrar! ¡Yo seré su próximo sensor, Mitarashi Anko! —gritó jovialmente.

—Ugh, no, una loca —murmuré en voz baja solo para mí, mientras me masajeaba las sienes con mis dedos índices.

La kunoichi inspeccionó el salón rápidamente con la mirada, y en su rostro se formó una mueca de desaprobación.

—Son muchos equipos... Ibiki —dijo, ahora dirigiéndose hacia el nombrado—, son demasiados. ¿No crees que tu examen ha sido muy fácil?

La última UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora