08: Sentimientos compartidos

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Zabuza había muerto con sus ojos bien abiertos y una expresión de horror plasmada en su rostro. Me costó mucho dejar de mirarlo. Me pareció perturbador.

Kakashi-sensei se agachó al lado del cuerpo y buscó pulso.

—Muchas gracias, llevaba tiempo buscando la oportunidad de matar a Zabuza —dijo calmadamente el ninja desconocido.

—Esa máscara... eres un ninja de rastreo de la Aldea Oculta entre la Niebla.

—¿Qué... qué es un ninja de rastreo? —preguntó Sakura.

—Mi deber es rastrear y cazar a los ninjas renegados.

Tenía una voz medio aguda y su contextura era delgada. A simple vista no parecía un enemigo formidable, pero había lanzado esas agujas con tanta precisión y rapidez que sería una estupidez no tomar a ese ninja en serio.

—¡¿Quién te crees que eres?! —gritó Naruto— ¡Te estoy hablando! ¡Responde!

Me quedé mirando confusa a Naruto. ¿Por qué reaccionaba así? Aquel ninja casi que nos había hecho un favor. 

—Tranquilo, Naruto —dijo Kakashi-sensei—. Él no es nuestro enemigo.

—¡Ese no es el punto! —siguió gritando Naruto— ¡¿Que no vio lo que hizo, así como así?! Zabuza era inmenso y poderoso, ¡y viene este chico que no es más grande que yo y lo mata como si nada! ¡Como si Zabuza no fuese nada!

Naruto... ¿está sintiendo pena por el enemigo?

—Las cosas son así, Naruto —declaró Kakashi-sensei, poniéndole una mano en la cabeza y desordenando su cabello con cierta gentileza—. En este mundo, hay muchachos de tu edad que son mucho más fuertes que yo.

El ninja de máscara avanzó hacia Zabuza y lo recogió del suelo.

—Su pelea en este mundo ya ha terminado —dijo—. Del resto me encargo yo. Hay muchos secretos dentro de este cuerpo que no pueden caer en las manos equivocadas. Ahora, adiós. —Y desapareció.

Desactivé mi sharingan. Me dolieron un poco los ojos, pero había valido la pena. Había grabado en mi memoria los movimientos de lucha que habían ejecutado Zabuza y Kakashi-sensei. Sobre todo estaba interesada en ese jutsu de dragón de agua, me preguntaba si podría llegar a ejecutar un dragón de fuego.

—¡Maldición! —Naruto corrió hacia dónde estaba anteriormente el cadáver de Zabuza y comenzó a golpear el suelo con sus puños— ¡¿Qué demonios estamos haciendo aquí?! ¡No somos nada! ¡No puedo creerlo, no puedo creerlo!

—Naruto... —pronuncié su nombre con cuidado—, ¿es tu primera vez viendo un asesinato?

Las cosas quedaron sumergidas en un silencio abrumador. Me arrepentí de haber preguntado eso, pero ya no había marcha atrás.

—¡Claro que sí! —gritó él, aún en el lugar donde había estado el cuerpo de Zabuza— ¡¿Es que el tuyo no?! ¡¿Por qué estás tan calmada?!

Apreté mis labios en una línea y bajé la mirada, paradójicamente sintiéndome insensible.

Sasuke se movió a mi lado y me dio una especie de codazo sin fuerza. Volteé a verlo. Sus ojos negros me miraban de una forma que no pude descifrar. Negó suavemente con la cabeza. Sasuke volvió su rostro hacia Naruto y con calma dijo:

—Déjala, Naruto.

—¡¿Cómo...?!

Naruto no podía caber en sí mismo. Agitó sus manos frente a su rostro en un gesto de desesperación y de su garganta salieron unos sonidos sin forma ni sentido que se asemejaban a sílabas sueltas.

La última UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora