21: ¡Comienza la última etapa!

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Luego de algunos momentos incómodos con Sasuke —o por lo menos incómodos para mí, ya que él se veía bastante divertido mirando mi cara totalmente sonrojada— decidimos seguir inspeccionando mi antigua casa. Para mi gran fortuna no habían fotos mías de cuando era bebé y estando desnuda.

Subimos al segundo piso, donde estaban los dormitorios. Entré a la habitación de Shisui-nii. De inmediato fui hacia la ventana y la abrí. El olor a encerrado y polvo era sofocante.

Su habitación estaba ordenada y lo único que delataba lo abandonada que había estado por años era el polvo acumulado por todas partes y las telarañas en las esquinas del cuarto. Su librero estaba lleno de títulos que me parecieron interesantes, así que tomé algunos de ellos. Dejé los libros en la cama y caminé a su clóset. Lo abrí y comencé a sacar la ropa.

—¿Qué haces? —me preguntó Sasuke.

—Busco ropa nueva. Me hacen falta más pijamas.

Sacudí una camiseta y una araña salió volando. Sasuke retrocedió rápidamente y casi dando traspiés. Me reí hasta que vi que la araña comenzó a caminar hacia mí. 

—¡Mátala! —chillé.

—¡Mátala tú!

Me puse a dar saltitos en mi lugar sin saber dónde huir y la araña cambió de dirección. Salió tan tranquila por la puerta y Sasuke y yo nos quedamos en silencio hasta que me puse a reír.

—Ni siquiera era grande —carcajeé, dejando la camiseta en la cama junto a los libros y sacaba más ropa del clóset.

—No la maté porque me pusiste nervioso con tus gritos —se excusó Sasuke de repente, rascando la parte posterior de su cuello.

—Pff, claro.

Salieron más arañas y otros bichos, pero tanto Sasuke como yo mantuvimos la compostura.

—Me sorprende que no esté todo comido por las polillas —comenté, una vez hube sacado varias camisetas y algún que otro pantalón cómodo para entrenar—. ¡Oh, mira!

Al fondo del clóset, había una máquina para sacar fotos. Era parecida a la que habíamos usado para sacarnos la foto como equipo 7.

Sasuke no me respondió.

—¿Oye, me estás escuchando o qué?

Puse mi atención en Sasuke y pude ver que había tomado una fotografía y la veía con total atención, pero también había odio en sus ojos. A sabiendas de quién estaba en la foto me acerqué sigilosamente hacia Sasuke y le arrebaté la foto de las manos.

—¿Por qué sigues haciéndote daño a ti mismo? —pregunté al ver quiénes estaban en la foto, Shisui e Itachi, sonriendo, como buenos amigos. Sasuke no respondió— Cuando algo no me gusta, lo ignoro. No me gusta llenarme de odio porque es una sensación desagradable.

—No es tan simple —masculló sin mirarme.

—¿Realmente hay algo simple en esta vida?

—No, pero sí hay cosas más simples que otras.

Con un suspiró dejé la foto dónde estaba y salí de la habitación de Shisui-nii, dejando a Sasuke solo con sus pensamientos. Entré a otra habitación y sonreí al darme cuenta que era la mía, con juguetes tirados por todas partes y la cama deshecha, junto con algunos libros esparcidos, libros de dibujo o de lectura simple, como cuentos cortos o fábulas. Lo único que estaba en orden era mi escritorio, dónde había cajitas y sólo una foto enmarcada. Me acerqué y tomé la foto, estábamos Shisui-nii y yo, él me tenía a caballito en su espalda y ambos teníamos una sonrisa enorme en el rostro, me percaté de que en mi cabeza había una corona de flores blancas, sonreí ante el vago recuerdo de mí pidiéndole a gritos a Shisui-nii que me hiciera una.

La última UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora