16: Felicidades

23.3K 1.9K 1.1K
                                    

Nuestra suerte en esa prueba estaba siendo horrible.

—Hace ya cuatro días que empezó el examen —comenzó Sasuke en un murmuro moviendo las llamas que cocían a los cuatro pescados con una varilla.

—A este paso, lo más probable es que no lo logremos —agregué de forma pesimista y sin muchas esperanzas.

—Tienes razón —dijo Sakura haciendo una leve mueca de disgusto.

Teníamos pocas posibilidades de pasar el examen. La próxima oportunidad que se nos presentase, sería la última y tendríamos que aferrarnos a ella con dientes y uñas.

—Y comenzó sobre las 3pm, lo que significa que tenemos más o menos 25-26 horas más.

—Quizás ya un montón de equipos ya habrán pasado... —comentó Sakura observando fijamente el fuego.

—...lo que significa que ya no nos quedan muchas posibilidades —terminé yo.

En cuanto los pescados se vieron listos para comer, Naruto saltó inmediatamente sobre el más grande, mientras que yo tomé el más pequeño y me dispuse a ver cómo mi equipo comía. Le di un mordisco al pescado, pero inmediatamente me arrepentí ya que no me gustaba el pescado en lo absoluto, menos aún si no estaba sazonado. Levanté mi mirada y pude ver que Sakura y Sasuke estaban con el pescado a medio comer, mientras que Naruto ya se había acabado el suyo y miraba como los demás comían gustosos.

—Hey, Naruto —le llamé—, ¿te quieres comer el mío?

Él me miró medio sorprendido y los demás dejaron de comer.

—¿De verdad, Hanako-chan? —preguntó sonriendo.

—Claro que no —cortó Sasuke—. Hanako, tienes que comer; no puedes siempre estarle dando en el gusto a Naruto, ya lo has hecho durante estos últimos cuatro días, estás débil por la falta de proteínas y de sueño —dijo observándome de arriba abajo.

Sasuke tenía razón, desde que había empezado el examen, yo casi que mimaba a Naruto y lo protegía hasta en las cosas más mínimas, pero era un simple impulso. Tenía tanta carita de idiota que daban ganas de protegerlo.

—Pero es que no me gusta el pescado —me defendí—. Acompáñame a buscar algo más para comer. Te estoy diciendo la verdad cuando digo que no me gusta el pescado, además, aunque me gustase, ya estoy cansada de que nuestra proteína principal sea el pescado.

Sasuke suspiró, agarró su cantimplora y se puso de pie.

—De acuerdo. Vamos.

Le di el pescado cocinado a Naruto, que soltó un apresurado "¡Gracias, Hanako-chan!" y procedió a zampárselo con ganas.

Seguí a Sasuke hacia el bosque.

—¿Qué le apetece, Hanako-san? —preguntó con obvio sarcasmo y como si estuviéramos en un restaurante.

—Chuletas de cerdo fritas —respondí inmediatamente—, con arroz y fideos, 4 tazones llenos de ramen... y de postre... helado de chocolate y menta.

—Lo que te puedo ofrecer ahora es una ardilla asada—dijo viendo como una ardilla cruzaba corriendo por la rama de un árbol.

—Lo acepto.

—Hanako... —murmuró mientras tomaba un kunai de su porta armas—, ¿por qué eres así con Naruto?

—¿Así cómo?

—Lo proteges tanto, le das en el gusto, lo mimas, como si lo conocieras de toda la vida.

—Oh, no sé —respondí sincera viendo cómo ajustaba la vista para matar a la ardilla—. Supongo que porque lo quiero, y mucho.

La última UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora