Capítulo 2

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Camila: solo dame el maldito teléfono, si? No estoy jugan... - soy interrumpida por la productora frente a mi.

Productora: Alto! Linda, hazte un favor y no te dediques a esto. No eres buena. Eres pésima de echo. - sus palabras repentinas impactan como puñales en mi pecho - No sé quien te convenció de que eras buena. No tienes talento en absoluto. - nota mi cara de sorpresa y decepción - Lo siento si soy directa pero es la verdad, cariño. No sabes actuar, no sirves para esto. Por favor, solo sal de aquí. - niega con desagrado.

Me voy sin decir una palabra. ¿Cómo puede ser tan ruda? ¿Enserio piensa eso? Tal vez tenga razón. Tal vez deba dejar de intentarlo. Tal vez no sirvo para esto, soy pésima y no tengo talento. Un par de lágrimas se deslizan por mis mejillas y rápidamente las limpio con mis manos. Camino a paso rápido hacia la cafetería, aquella a la que fui ayer. Debo devolverle su chaqueta a esa chica, Lauren. Solo quiero dársela e irme a casa. Necesito estar tranquila y pensar. Después de haber recibido tal ruda opinión, me siento fatal.

Entro a la cafetería por la puerta vidriada de la entrada y me dirijo directamente hacia el mostrador. No veo a la ojiverde por ningún sitio entonces decido preguntar por ella.

Camila: hola, necesito hablar con Lauren. - le cuento al chico que ayer me entregó mi bebida, alto y delgado.

Trabajador: emmm, bueno ella está en la cocina. Ahora la llamo. - le agradezco y se va a buscarla. Mi pierna no deja de moverse en ningún momento, inquieta. Mis nervios están a mil después de aquella experiencia en la audición. Acaban de destrozar mi más profundo sueño.

Veo a la cajera aparecer por detrás de una puerta por el costado del negocio y camino hasta ella.

Lauren: hola, me dijo Oli que querías hablarme. - dice con una sonrisa, segura de sí misma.

Camila: si, quería devolverte tu chaqueta. - le entrego una bolsa con el abrigo adentro. - Gracias por prestármela. - ella me observa más de la cuenta. 

Lauren: no... no es nada. - frunce el ceño. - ¿qué te pasa? - baja su vista buscando mis ojos, los cuales están centrados en el suelo.

Camila: ¿qué? - pregunto, confundida.

Lauren: te pasa algo. - afirma, segura. No respondo. - oye, lamento si parezco entrometida. - sigo sin responder. - perdona, no debí preguntar. - suspira audiblemente. - Gracias por traérmela. - hace referencia a su chaqueta. - qué tengas un buen dia. - voltea para volver a la cocina.

Camila: acaban de destrozarme. - digo en un hilo de voz. Lauren se detiene y vuelve hasta mi. - yo... sé que no te conozco, pero no tengo a nadie con quien hablar. - limpio un par de lágrimas que se escaparon de mis ojos. - olvídalo, no importa. - digo, dándome cuanta de la estupidez que acabo de decir. Me volteo y me dirijo a la salida del local.

Lauren: espera. - me toma de la muñeca. La miro sorprendida. - quédate, quiero ayudarte. - nuestras miradas se encuentran, como pasó ayer, y otra vez siento que el mundo se detiene. ¿Qué son estas sensaciones tan extrañas que me hace sentir esta chica? - ven, pasa. - entramos a la cocina, caminamos hasta el fondo y entramos a otro cuarto más pequeño en donde guardan las mercancías.

Camila: yo... me siento una estupida. No se porque estoy haciendo esto. - niego, avergonzada.

Lauren: solo dime. - dice en un tono acogedor que me provoca un temblor interno.

Camila: una... - suspiro y miro al techo. - una mujer dijo que no sirvo para lo que más amo hacer y que soy pésima, que debería dedicarme a otra cosa porque no... porque no tengo talento. - sierro los ojos y dejo escapar algunas lágrimas.

Lauren: ey. - seca mis lágrimas. - sabes? Cuando tenia 15 participe en un concurso de dibujo. Amo dibujar, siempre lo hice. - sonríe y mi corazón se acelera cuando veo el brillo en sus ojos. - llegué hasta la semifinal y una mujer me dijo que el dibujo que había presentado parecía hecho por un niño de 4 años. Que de seguro me había tomado menos de 2 minutos en hacerlo. Que no había nada de bonito en él. Que no entendía como había llegado hasta las semifinales o como siquiera había calificado para entrar al concurso. - suspira, sin despegar sus ojos de los míos. - todavía recuerdo su cara de asco al mirarme. - asiente. - Obviamente me descalificaron. Lloré toda la noche. Pero sabes que hice después? - la miro, expectante. - vendí mi cuadro. Unos meses después vi en internet una crítica de mi dibujo. Estaba muy confundida, pero luego me enteré que mi cuadro había estado en una feria de pintores anónimos y que fue el favorito del público. - se ríe - la critica decía que era un dibujo original, con estilo, profundo, y con mensajes para dar. - espera unos segundos para seguir hablando. - después de eso aprendí que las opiniones realmente no importan. Cada persona va a pensar diferente sobre ti. Lo único que vale es tu propia opinión sobre ti misma. - me mira como esperando una respuesta. - qué es eso que amas hacer?

Camila: actuar - sonrío y ella igual.

Lauren: no dejes que nadie te diga qué puedes y qué no puedes hacer. Quieres ser actriz? Ve por ello. Inténtalo una, dos, mil veces. No te rindas y en algún momento lo lograrás. Yo sé que lo puedes. - ¿quién diablos es esta mujer y por qué me hace sentir tantas cosas?

Camila: créeme que lo he intentado más veces de las que crees. - digo desganada.

Lauren: entonces sigue. - me mira, suplicante - por favor, sigue. Jamás ignores tu sueño. - me mira con tanta intensidad que no puedo dejar de ver sus ojos. - cada vez que dudes en seguir, acuérdate de mi. De la cajera de la cafetería que hace los mejores cafés amargos. - sonríe dulcemente y me contagia.

Camila: créeme que me acordaré de ti. - la abrazo por la cintura y ella rodea mi cuello. - como no hacerlo. - susurro y ella esconde su rostro en mi cuello como respuesta. Nos separamos del abrazo. - Gracias por esto, Lauren. De verdad. - le sonrío y me acerco a ella, con la intención de... besarla?

Nuestras miradas son magneticas y se atraen mutuamente mientras nuestros labios se acercan de a poco, dejando cada vez menos centímetros entre nosotras.

"Trrr trrr trrr" suena el teléfono de Lauren y hace que rápidamente nos separemos. La cajera atiende y se peina el cabello hacia un costado. Puedo notar que está algo incomoda.

Lauren: hola?... hola, amor. - mi cara cambia completamente y siento como si el mundo se callera abajo.

Silver.

Avenida Madison                                                      - Camren - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora