Avenida Madison - Camren -

Capítulo 3

Lauren: ahora? - la observo mientras sigue hablando al teléfono. - si, estoy en la cocina, voy. - cuelga el teléfono.

Camila: está todo bien con tu amor? - levanto una ceja.

Lauren: s... si. - suspira. - él viajará a España hoy por trabajo y vino a despedirse. - me mira a los ojos y puedo notar la incomodidad en su mirada, suspiro. - está aquí, ahora. Debo ir al mostrador a verlo. - baja la mirada y se dirige a la puerta.

Camila: si, yo me voy, Lauren. - apresuro el paso y salgo con ella.

Camino por delante de la chica a paso apresurado, algo molesta. Ella iba a besarme de no ser porque su teléfono sonó. Jamás me dijo que tenía novio. ¿Y si eso me molesta? ¿Y si ella en realidad no quería besarme porque tiene novio y fui yo la tonta que pensó eso?

Lauren: hola, Ty! - veo de reojo a la cajera abrazando a un chico alto, afroamericano y con rastas en el cabello. - a qué hora sale el vuelo?

Ty: debería estar yendo al aeropuerto ahora. - escucho que su novio responde mientras yo finjo buscar algo dentro de mi bolso. - solo vine para saludar rápido. - besa su frente.

Lauren: oh, bueno. Cuídate, amor. Escríbeme cuando puedas. - lo besa en los labios. - te voy a extrañar.

Ty: y yo a ti. Te amo. - camina hacia la salida.

Lauren: te amo. - mi pecho se estruja cuando escucho las palabras que la ojiverde le ha dedicado.

El moreno sale por la puerta y el local ahora es puro silencio. No hay mucha gente, solo una anciana tomando un té silenciosamente y un hombre leyendo el diario. Sé que Lauren está mirándome, puedo sentir sus ojos sobre mí. Cierro mi bolso y camino hacia la puerta.

Lauren: Camila. - me llama y volteo sin hacer ningún tipo de expresión. - te veo mañana por aquí? - sus ojos expresan súplica.

Camila: no lo creo, Lauren. - salgo del lugar, hacia la calle.

Lauren: oye, espera. - ignoro su pedido. - Camila, detente. - me alcanza en la calle y me toma del brazo.

Camila: qué es lo que quieres? - miro para cualquier lado menos sus ojos, sé que si los miro me será mucho más difícil irme.

Lauren: escucha... - suspira - lo que pasó ahí adentro contigo... perdona, no... no es lo que parece. - siento sus ojos verdes sobre mí y es muy tentador mirarlos pero no lo haré. Miro al suelo y niego con la cabeza.

Camila: y qué es lo que parece, Lauren? - espero su respuesta.

Lauren: Camila, a mi... a mi no me gustan las chicas. - termina su frase y me invade la humillación. - yo estoy muy bien con Ty y no quiero que haya malentendidos, si? - busca conectar su mirada con la mía y lo logra. Una vez que caigo en ese océano verde, ya no puedo despegarme.

Camila: claro. - noto que en sus ojos falta el brillo que antes tenía, cuando hablábamos de su dibujo o de mi actuación. Sonrío falsamente. - que tengas un buen día. - hago un ademán de irme y noto que la ojiverde tensa su agarre en mi brazo. La miro extrañada, y es en ese momento que me suelta, dejando salir un suave suspiro.

Camino apresurada por la avenida Madison. No pienso en otro plan mas que en ducharme, comer las sobras del refrigerador y dormirme temprano. En un solo día he sentido más emociones de las que puedo soportar. Estoy muy confundida. Primero, charlamos como si nos conociéramos de toda la vida y casi nos besamos. Luego, recibe una llamada de su novio! Y después, me dice que quiere verme otra vez. Pero también me dice que no le gustan las chicas!

No entiendo como funciona el cerebro de Lauren. ¿Qué le sucede? Tal vez soy simplemente yo la que se armó un cuento en la cabeza y en realidad Lauren nunca sintió ganas de besarme ni de verme o de hablarme. Tal vez solo estaba siendo cortés y yo tomé ventaja sobre la situación. Es imposible que una chica tan hermosa como ella vaya a fijarse en alguien como yo. Soy un desastre. No consigo el trabajo que quiero, apenas llego a fin de mes, casi no sé cocinar, tengo pocas amigas y ellas no saben escucharme. Tengo 20 años y sigo viendo caricaturas animadas en Disney channel, y... simplemente no estoy a su altura.

Ella es perfecta por donde la mires. Tiene esos ojos verdes que me hipnotizan, ese cabello ondulado y oscuro que peina a un costado cada 30 segundos, y amo que lo haga. Su risa es tan tierna y su sonrisa es radiante. Su cuerpo es increíble, su forma de ser es... asombrosa. La manera en la que me consoló hoy en el almacenamiento de la cafetería fue grandiosa. Jamás me sentí tan a gusto hablando con alguien sobre lo que me pasa. Suelo guardarme las cosas para mí y acumular angustia hasta explotar. Pero esta vez ella me hizo sentir tan segura que logró que me desahogara.

Avenida Madison 3770, mi dirección. Por fin llegué a casa después de caminar... 3 o 4 cuadras... la verdad es que no sé cuantas cuadras caminé, estaba muy distraída pensando en esos ojos esmeralda que tanto me frustran.

Subo hasta mi departamento y me desplomo en el sofá. Los sonidos de la calle se quedaron en donde pertenecen y aquí me invade el silencio. Miro a mi alrededor, mi casa es un desastre. Suspiro profundamente y paso una mano por mi cabello. Hoy ha sido uno de los peores días y no puedo esperar a que termine.

Hay gente que siempre está haciendo cosas, no quiere parar, y dicen que les gusta estar ocupados porque cuando no lo están le permiten a su mente pensar. Le dan un espacio a su conciencia para expresarse, sentir sus angustias y frustraciones. Acordarse de sus temores y debilidades. Es por eso que si mantienen sus mentes ocupadas, no serán capaces de pensar en lo que los aflige.
En este momento entiendo a esas personas. Durante todo el día no había tenido tiempo para considerar que de verdad me gusta la cajera de la cafetería sobre la Avenida Madison, a 4 cuadras de mi departamento. En tan solo dos días desarrollé sentimientos que nunca antes había tenido... no lo sé, creo que enserio me gusta. Y es todo una mierda porque ella tiene novio y lo ama, y yo soy una idiota que pensó que podía pasar algo entre nosotras. Me dejé ilusionar por mi imaginación y luego me di un fuerte golpe contra la realidad cuando Lauren, con esos grandes y expresivos ojos, me dijo que no lo malentienda. Que a ella no le gustan las chicas y que está feliz con su novio.

Lágrimas desbordan de mis ojos incontrolablemente. Ya no tengo que retener el llanto como lo hice más temprano, ya no tengo pudor de llorar sin ningún filtro. Pronto los sollozos se hacen presentes, y las lágrimas no cesan. ¿Cómo pude ser tan estúpida de pensar que podía gustarle? Jamás pasará, debo olvidarme de ella.

Silver.