Avenida Madison - Camren -

Capítulo 18

Lauren: ven. - me ayuda a levantarme del suelo y me conduce al depósito de almacenamiento. - te traeré algo de ropa limpia. - entrecierra la puerta y se va en busca de las prendas.

Mientras tanto, yo observo los diferentes empaques de azúcar, café, dulces, levaduras, y harinas que hay aquí dentro, y suelto un gran suspiro de alivio. Después de aquel beso todo se siente distinto. Ya no me encuentro tan angustiada. El saber que la tengo a Lauren cambia todo y me hace sentir mucho mejor. "toc toc" escucho del otro lado de la puerta.

Lauren: puedo? - pregunta la ronca voz de la ojiverde.

Camila: pasa. - autorizo.

Lauren: esto es lo único que tenia en mi mochila. - se encoge de hombros, algo apenada, y me extiende un hoodie color gris del talle más grande posible.

Camila: es perfecto, Lolo. - le sonrío y ella me imita.

Lauren: bueno, te esperare aquí. Luego me das tu vestido y yo me encargo de la mancha. - Asiento y cierro la puerta, dejando a la ojiverde del otro lado.

Comienzo a quitarme el arruinado vestido y lo dejo a un lado para ponerme el hoodie. Me aseguro de que me cubra lo suficiente, suelto mi cabello y me quito los zapatos altos para estar más cómoda. A esta altura ya no me interesa como me veo.

Lauren: que estás haciendo aquí? - escucho decir a la ojiverde desde el lado de afuera.

Ty: sorpresa! - el desafortunado sonido de la voz del novio de Lauren hace que mi mandíbula caiga al suelo.

Lauren: no esperaba que vinieras. - parece tan sorprendida como yo.

Ty: bueno, aquí estoy. No vas a abrazarme? - responde emocionado, mientras yo permanezco del otro lado de la puerta, escuchando. Lauren ríe, y asumo que prosiguió a abrazarlo. - Normani me dijo que estabas aquí. Te extrañé tanto. - logro distinguir el familiar sonido seco y corto de dos labios besándose y comienzo a sentir turbulencias.

Lauren: y yo a ti. - responde como si el beso que compartimos hace menos de diez minutos jamás hubiera pasado.

Ty: te amo. - nuevamente escucho el desagradable sonido de un beso.

Lauren: escucha ¿por qué no vas a casa? Cuando termine iré para allá y podemos ver una película. - propone.

Ty: prefiero esperarte aquí. - insiste en quedarse.

Finalmente decido salir del depósito e interrumpir su hermosa y romántica escena de amor. Empujo la puerta para encontrarme con la atemorizada cara de Lauren y el extrañado rostro de su novio mirándome.

Camila: hola. Camila, mucho gusto. - me presento y extiendo mi mano con una amplia sonrisa. Mientras que mi otro brazo reposa en el hombro de la ojiverde.

Ty: igualmente, Ty. - toma mi mano y la sacude. - espera, yo te conozco. - piensa por algunos segundos. - estabas aquí el día que me fui. - recuerda.

Camila: si. - respondo a secas, sin saber que más decir al respecto.

Ty: trabajas aquí? - pregunta, interesado en mi respuesta.

Camila: si, aunque aquella vez no trabajaba aquí aún. Es una larga historia. - Ty frunce el ceño, algo confundido.

Lauren: muy bien, por qué no te quedas con Oliver mientras, Ty? - pellizca mi espalda, regañándome por el comentario.

Camila: auch. - me retuerzo. Ty me mira extrañado. - un calambre. - rio falsamente.

Ty: está bien. Voy con Oliver. Te veo luego, amor. - se acerca a sus labios para besarla.

Lauren: estoy algo ocupada, Ty. - baja la mirada, evitando que sus labios se junten. El afroamericano asiente comprensivamente y se retira de la cocina con una sonrisa.

Camila: bonita sorpresa, eh? - digo irónicamente. Lauren suspira. - ¿cuál es el plan, señorita ojos verdes? - pregunto, curiosa por saber qué es lo que Lauren tiene pensado.

Lauren: a qué te refieres? - pregunta, sin entender.

Camila: bueno, hace pocos minutos nosotras dos estábamos compartiendo salivas, y ahora llega este y comparten saliva también, me explico? - digo de forma chistosa para ocultar mis celos.

Lauren: si... no lo sé. - responde, pensativa.

Camila: no sabes. - dejo la ironía de lado.

Lauren: quédate aquí, yo repartiré los canapés. - asiento con la cabeza. - y el vestido? - extiendo la prenda para que pueda verla. Lauren lo toma de mis manos y lo guarda en su mochila. - te ves preciosa, sabes? - añade después de mirarme por algunos segundos. - solo a ti te queda bien estar desarreglada. - se acerca a mi y toma mis manos. - ey. - levanto mi mirada para encontrarme con la suya. - no te preocupes, yo me encargaré de todo esto, si? - refiriéndose a Ty. Asiento frenéticamente. Lauren deja un corto y dulce beso en mis labios.

Camila: prepararé algunos dulces. - me dirijo a la mesada en busca de los bowls.

Lauren: bien, yo llevaré estos snacks, ahora vengo. - sale por las puertas vaivén, dejándome sola.

Suspiro. Es raro saber que la chica con la que comparto besos tiene novio. Debo admitir que me pone un poco celosa verlos hablar coquetamente, pero no puedo obligar a Lauren a que lo deje. Claro que Lauren tampoco pude obligarme a seguir en esto si no quiero. Está en mí decidir si quiero seguir estando con Lauren a pesar de las condiciones.

***

La fiesta continuó hasta que, poco a poco, los invitados se fueron yendo, hasta dejar el lugar vacío y silencioso, con un gran chiquero que limpiar. Pronto todos tomamos un trapo y comenzamos a fregar cada rincón del lugar hasta dejarlo limpio y reluciente. Incluso Ty tomó una escoba y colaboró junto a todos.

Lauren: ey, cuando quieras podemos hablar. - me dice de forma intima en un rincón de la cocina. - no lo digo solo por... lo de... - señala a su novio con la cabeza. - también lo digo por lo de Alex y tu audición, y también... lo nuestro. - sonríe de lado. - si? - acaricia mi brazo.

Camila: si. - una pequeña sonrisa se forma en mis labios.

Ty: Lauren, vamos? - la llama desde el otro extremo del lugar. La ojiverde me mira directo a los ojos, como si quisiera decir algo más. - Lauren? - insiste.

Lauren: voy. - finalmente responde. - adios, Camz. - presiona mi brazo afectuosamente.

Camila: adiós. - respondo, limitada a hacer algo más debido al presente espectador.

Lauren se aleja, caminando de la mano de su novio, aunque mirándome fijamente mientras lo hace. Como si se hubiera quedado con las ganas de decir algo, como si no estuviera conforme. Logro entender todo lo que ella quiere decirme aunque no ha dicho ni una sola palabra. Comprendo los mensajes que sus ojos envían y sé que ella comprende los míos. Siempre ha sido así y siempre lo será. Tenemos esa conexión que no tengo con nadie más. De alguna forma, ella es distinta al resto. Compartimos una energía que es diferente a la de los demás.

Silver.