Capítulo 26

1.1K 83 0
                                    

He estado pensando mucho en Lauren, más de lo que suelo hacerlo si es posible. Las cosas han cambiado dentro mío. Al fin fui lo suficientemente valiente como para admitirme a mi misma qué es lo que siento.

Nunca en mi vida pensé que podría sentir algo tan fuerte por una persona. Jamás me hubiera imaginado que me enamoraría de esta manera. Lo que siento por Lauren es algo inmenso. Es hermoso, pasional, profundo y puro.

No me da miedo amarla. Estoy dispuesta a apostar por nosotras y ponerle el pecho a las balas. Pero el problema no es ese, el problema es Lauren.
Ella no está dispuesta a arriesgar nada. No se atreve a dejar a Ty. No es lo suficientemente valiente, o tal vez no me ama tanto como me gustaría pensar.

No estoy bien con esto. No me gusta la idea de tener que escabullirnos para que nadie nos vea juntas. No me agrada el hecho de ser "la amante". No quiero eso, quiero ser su novia. Quiero estar en el lugar de Ty. Sé que yo la haría mil veces más feliz.
Ya estoy harta de todo. Estoy harta.
Pero nada de esto está en mis manos. Yo no soy la que debe tomar acción. Yo no puedo cambiar nada de esto. No soy la que debe dejar a la persona que le causa sentimientos indiferentes para estar con la que le causa los más explosivos. No soy la que debe dar ese paso de valentía. Eso le corresponde a la chica de ojos verdes hipnotizantes.

Si fuera cualquier otra chica, yo ya me habría salido de todo este juego, pero se trata de Lauren. Es la dueña de la mente más profunda y bella, la poseedora de los ojos más expresivos, el cabello oscuro más hermoso, los labios rosados y carnosos más deseables.
No es cualquier chica y es por eso que me enamoré de ella. Su voz, rasposa y grave, hace que todo suene sexy. Su risa es el sonido más tierno que existe y de inmediato me hace reír. Su humor es oscuro y atrevido pero al fin y al cabo es bastante gracioso, sus chistes son los más estúpidos que jamás haya escuchado pero igualmente dan gracia. Sabe expresarse a la perfección. Sabe usar las palabras y decir lo que piensa, y en caso de no poder hacerlo, no importa, porque yo la entiendo. Comprendo perfectamente todo lo que sucede en su mente, basta con que sus ojos conecten con los míos para darme cuenta. Sé que ella también puede leerme de la misma forma.

No quiero perderla, no quiero dejarla. No quiero seguir así, no puedo. No sé qué solución darle a este dilema.

El sonido de una bocina me hace levantar la cabeza para encontrarme con un auto frenado frente a mi. La ventanilla se baja para revelar el rostro del conductor, Ty Griffin. Un poco confundida, permanezco sentada en la vereda con el ceño fruncido.

Ty: hola! - dice desde adentro del auto. Yo saludo con la mano. - ven, sube. - estira su cuerpo y abre la puerta del pasajero.

Camila: oh, no, estoy bien. Gracias. - mostrando gentileza aunque un poco confundida aún.

Ty: necesitamos tu ayuda. - habló en plural. Mierda.

Camila: con qué? - respondo desde mi lugar.

Ty: sube y te cuento. - suspiro desganada y accedo a su petición. Me levanto de la vereda y entro en el auto.

Camila: y Lauren? - después de mirar hacia atrás y encontrarme con el auto vacío.

Ty: está en casa. - arranca el auto y yo levanto las cejas, algo sorprendida. No sé a donde estoy yendo ni para qué. - necesito que la ayudes. - lo miro atenta. - hoy tenemos una cena con mis padres y no tienes una idea de cómo está. No sabe que ponerse. Puedes, no sé, ayudarla? Eres chica, las chicas son buenas con eso. - tiene que ser una broma. - sé que te escuchará. - suspiro.

Camila: bien. - rasco mi cabeza, algo incomoda.

Ty: llegamos. - anuncia después de estacionar el auto. Me salgo de él y camino junto con Ty hacia la entrada.

Avenida Madison                                                      - Camren - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora