Capítulo 14

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Oliver: buen día. - me saluda de una forma algo extraña cuando ingreso en Manhattan's.

Camila: hola. - saludo, algo desganada.

No llevo ni 5 minutos aquí y ya puedo sentir la tensión rara que hay en el ambiente por lo sucedido ayer en mi casa. Lauren me mira al entrar pero no dice nada. Camino hacia la cocina, ignorando la presencia de la ojiverde.

Oliver: oye. - susurra. Me giro para encontrarme con el rubio entrando a la cocina después de mi. - debes hablar con Lauren. - casi como una orden.

Camila: estas loco. No pienso hacerlo. - susurro, al igual que él.

Oliver: no se qué esté pasando entre ustedes dos, pero lo de ayer no salió nada bien. Y no quiero estar teniendo que aguantarme todo el día esas miradas raras que se echan y el ambiente tenso que generan. - se queja. - ya pasó una vez, pero esto es peor porque tú tampoco estás dispuesta a hablarle. - añade.

Camila: no quiero hablar con ella, al menos no por ahora. - digo, algo dolida. - lo siento. - Oliver suspira con decepción.

Oliver: y tú cómo te sientes? - recordando la forma en la que lloré sin pudor sobre sus hombros, anoche.

Camila: no lo sé, no quiero hablar de eso ahora. Necesito un respiro. - el rubio asiente con la cabeza, comprendiendo.

Oliver: te toca la caja hoy. Lauren me dijo. - asiento con desgano y salgo de la cocina en dirección al mostrador, en donde se encuentra Lauren organizando billetes.

Camila: permiso. - digo después de permanecer algunos segundos en silencio, esperando que Lauren note mi presencia y se aparte sin necesidad de yo decirle nada. La ojiverde me mira y se mueve del lugar sin decir palabra, caminando hacia la cocina. - Lauren. - la llamo y voltea de inmediato. Sus ojos son lo primero que logro ver. Me observa como si nuestras miradas fueran magnetos. Una vez más, siento esa energía entre nosotras que jamás sentí con nadie nunca. Una vez más, tengo que contenerme de hacer cosas que no corresponden, porque tiene novio, porque estoy saliendo con alguien más, porque el destino no nos quiere juntas. Una vez más, el mundo se detiene a mi alrededor y todo lo que existe son sus ojos esmeralda que me permiten conocer la verdadera Lauren; esa mirada que me permite ver la parte mas profunda y real de ella. - necesito la llave de la caja. - desvío la vista, terminando con aquella tensión inexplicable que ocurre cada vez que nos miramos.

Lauren: claro. - me extiende la llave esperando que la tome. Nuestras manos se tocan suavemente y una corriente de electricidad pasa por mi cuerpo. Nuestros ojos se conectan nuevamente, pero  desvío la mirada de forma rápida, antes de no poder despegarme nunca más de sus ojos. Lauren suspira y sigue su camino hacia la cocina.

Clienta: buen día, te pido una porción de "pastel amarillo" con un cappuccino. - una mujer de cabellos oscuros me devuelve a la realidad.

Camila: si, claro. Marchando. - sacudo mi cabeza, intentando despertarme de mi transe. - algo más? - añado.

Clienta: no, eso es suficiente. - con una amable sonrisa, me extiende su tarjeta de crédito.

Camila: cómo es su nombre? - pregunto, mientras realizo el pago digital por la pantalla táctil.

Clienta: Karen. - responde y le entrego su tarjeta nuevamente.

Camila: muy bien, Karen. Tu orden está siendo preparada, aguarda de este lado por favor. - le indico con una sonrisa.

***

El día fue algo largo, más que nada por la extraña tensión entre Lauren y yo. Cada vez que la ojiverde salía al mostrador a entregar una orden, podía sentir que el ambiente cambiaba. A veces nuestras miradas se cruzaban por pocos segundos o en otras ocasiones ni siquiera me registraba. Entiendo por qué Oliver quería que hable con ella. Seguro fue incomodo compartir cocina con Lauren después de lo ocurrido ayer en mi casa. Sé que las cosas no pueden quedarse así. Sé que en algún momento vamos a tener que charlar sobre esto. Pero ahora no siento que sea el momento. Tengo que despejarme un poco, poner la mente en frío y alejarme por un tiempo de esta situación.
Con "esta situación" me refiero a Lauren, a lo que genera en mí, a los momentos como el de anoche que solo me hacen revolucionar por dentro.

Oliver: adiós, Mila. - se despide y sale de la cafetería.

Camila: adiós. - respondo, mientras cierro la caja registradora.

Me dirijo a la cocina para tomar mis cosas e irme a casa. Camino derecho hacia el armario, ignorando a la chica de ojos verdes que limpia la mesada de la cocina con un trapo húmedo, en pleno silencio. Abro el armario, tomo mi mochila, me coloco mi abrigo, y lo cierro nuevamente. Me dirijo otra vez a la salida, dispuesta a irme.

Camila: buenas noches. - no se porque lo hice, no se de donde salió eso. Simplemente no quería irme sin decir nada. No quería terminar el día sin haber hablado con ella aunque sea unas palabras.

Lauren levanta la mirada de la mesada para clavarla justo en mis ojos, de la forma más penetrante e intensa posible. Es como si estuviera gritando a través de sus pupilas, como si estuviera mostrándome su parte más vulnerable a través de sus ojos. No contesta, solo me observa. Suspira, como si fuera a tragarse sus palabras.

Lauren: adiós. - contesta, sin dejar de mirarme. Con dificultad, volteo nuevamente y sigo caminando hacia la salida de la cocina. - lo siento. - añade, después de algunos segundos. No vuelvo a mirarla, me quedo quieta como una estatua, esperando que tal vez diga algo más. Escucho sus pasos acercándose a mi.

Camila: está bie... - me toma por los hombros, me voltea, y me besa.

Su brazo izquierdo rodea mi cintura y la acerca más a su cuerpo, mientras que su mano derecha toma mi mejilla. Sus labios son gentiles, suaves, y gruesos. Lauren me besa lentamente, mientras su mano acaricia mi mejilla como si fuera la cosa más delicada de este planeta. El espacio tiempo se detiene mientras nuestras bocas se vuelven una. Finalmente, Lauren separa sus labios de los míos para unir nuestras frentes.

Lauren: lo siento. - repite nuevamente, pero esta vez con una voz más ronca de lo normal y algunas lagrimas cayendo por sus mejillas.

Silver.

Avenida Madison                                                      - Camren - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora