Tomo pequeños sorbos de café de la taza marcada con el logo de Manhattan's mientras me concentro en un punto nulo en alguna parte de la calle, pensando en las miles de cosas que no dejan a mi mente descansar. El sol se ha ocultado entre los edificios y la luna es ahora la que me hace compañía. El negocio permanece en un silencio casi absoluto, a excepción de los sonidos externos de la calle, el agua del grifo golpeando contra la rejilla, y los tintineos de la vajilla rozándose entre sí que se escuchan a lo lejos.
Pronto, el agua se detiene y las vajillas dejan de tintinear. Al pasar unos segundos, las puertas de la cocina son abiertas detrás de mí por alguien el cual decido no voltearme para ver, sin interés de averiguar su identidad. Sin embargo, el misterio no dura mucho, ya que el familiar chico rubio rodea el mostrador por detrás de mí hasta quedar enfrentados.Oliver: me voy. - dice, rompiendo la paz del lugar. - nos vemos mañana.
Me abstengo a sonreírle somnolientamente. Oliver, sin decir nada más, sale por la puerta dejándome nuevamente sola con mis pensamientos. Un nuevo sonido no tarda en aparecer, obligándome a dejar mi café a un lado y dirigirme a la cocina.
Lauren: Camila, sigues aquí? - es ese el sonido del que hablo precisamente. La voz ronca y rasposa de la mujer dueña de los ojos más hermosos que existen.
Camila: aquí estoy. - respondo, asomando mi cabeza por la puerta de la cocina. Mis ojos se encuentran con una Lauren cansada, cargando varias cajas. - déjame ayudarte. - digo al mismo tiempo que me dirijo rápidamente a ella y tomo algunas de las cajas en mis brazos.
Lauren: gracias. - sonríe - déjalas en el deposito. - señala con la cabeza y caminamos juntas hacia destino. Acomodamos las cajas en el interior del cuartito. - hay algunas más por aquí. - me dice mientras salimos en busca de ellas.
Camila: algunas muchísimas más. - digo con ironía al ver el gran montón de cajas apiladas a un lado.
Lauren: si bueno, son bastantes. - con una risita. Sin más rodeos, continuamos trasladando las cajas de un cuarto al otro. Mientras tanto, los pensamientos que antes rondaban por mi cabeza siguen sin dejarme tranquila.
Camila: Lauren - rompo el silencio. - recuerdas lo que me dijiste anoche? - pregunto, algo apenada.
Lauren: dije muchas cosas anoche. - apila unas cajas en el cuarto y se detiene frente a mi.
Camila: eso que dijiste sobre que podía hablar contigo cuando quisiera. - aclaro, mientras Lauren reposa su brazo sobre algunas cajas. La ojiverde asiente con una mirada cálida. - bueno, quiero hablar contigo ahora. - termino por decir y la sonrisa de Lauren se ensancha.
Lauren: te escucho. - de repente, todo aquello que había estado pensando tanto y que parecía estar más que claro en mi cabeza, simplemente no podía traducirse a palabras.
Camila: bueno, sucede que... yo... la verdad... - Lauren se encima sobre mis palabras.
Lauren: Camz. - levanto la vista y me encuentro con el consuelo de sus ojos, dándome calma. - respira. - toma mis manos y las acaricia suavemente con sus pulgares. Me tomo unos segundos para inhalar y exhalar detenidamente, aclarando mi mente.
Camila: Alex está embarazada. - suelto en una sola exhalación.
Lauren: cómo te enteraste? - ladea su cabeza.
Procedo a contarle sobre mi encuentro con la ojiazul en mi casa y la charla que tuvimos. Me sorprendí de mí misma al no haber llorado en el proceso ni tampoco haberme resultado difícil relatarlo.
Camila: nunca me gustó Alex. - digo y me sorprendo de mis propias palabras. - siempre quise que me gustara pero en realidad nunca pasó. De verdad la quería y se me hacía súper bonita y simpática, pero jamás pude desarrollar sentimientos por ella. - suspiro. - creo que eso hace que todo sea más fácil. Quiero decir, si ella realmente me gustara entonces su embarazo me hubiera destrozado. - concluyo.
Lauren: y qué es lo que sientes al respecto? - me observa atentamente.
Camila: nada. - digo después de pensarlo por algunos segundos. - si, me enfureció que me haya mentido de esa forma, pero realmente no significa nada. No me importó lo suficiente. - digo, extrañada por mis emociones. - estoy loca? - frunzo el ceño.
Lauren: no estas loca. - ríe un poco. - por lo que me cuentas, creo que tal vez tú nunca quisiste admitirte a ti misma que Alex en realidad no te gustaba, y esto que sucedió fue la razón perfecta para dejarla sin sentirte culpable. - me dice, mientras reflexiono cada palabra, coincidiendo con ella.
Camila: deberías ser psicóloga. - bromeo y sonrío de lado. Lauren ríe y presiona mis manos.
Lauren: hay otra cosa que quieras hablar? - dice con una voz suave.
Camila: me gustas. - digo sin rodeos. - mucho. - añado y logro ver cómo los ojos de Lauren se enternecen.
Lauren: si? - sonríe de lado y pasa sus manos por mi cintura.
Camila: si. - mete sus manos en los bolsillos traseros de mi pantalón.
Lauren: bueno, quieres hablar de eso? - me empuja contra su cuerpo.
Camila: no lo sé, tú quieres hablar de eso? - remato mientras juego con el borde de su blusa. Lauren no contesta, en lugar de eso, sube sus manos por mi espalda, debajo de mi camiseta, hasta llegar a mi brasier y desabrocharlo.
Lauren: podemos hablar luego, te parece? - dice eso último a centímetros de mis labios, mientras presiona mi cuerpo contra el suyo.
Camila: me parece perfe... - no logro terminar ya que Lauren ya estaba devorándome la boca.
La ojiverde pasea sus manos por mi trasero y mi espalda mientras me besa intensamente. Toma mi cintura y me lleva hacia atrás, acorralándome contra una pared. Me separo para quitarme la camiseta y el brasier anteriormente desabrochado, mientras le dedico una pícara sonrisa a mi jefa. Lauren me observa lujuriosamente y vuelve a atacar mi boca. Pronto, sus besos comienzan a descender por mi cuello, mientras sus manos juegan con mis pechos. Mientras tanto, yo disfruto de cada detalle de su tacto. La ojiverde desciende con sus labios por mi abdomen hasta llegar al botón de mis jeans. Sus manos comienzan a desabotonar desesperadamente mi prenda de vestir, logrando quitármela, y junto con ella, mis bragas. Lauren me mira desde abajo con una sonrisa victoriosa y luego hunde su rostro entre mis piernas. Me retuerzo contra la pared de aquel cuartito de almacenamiento mientras mi jefa hace maravillas en mi intimidad. Luego de algunos minutos de placer, anuncio la llegada de mi orgasmo exclamando el nombre de quien lo ha provocado. La ojiverde se incorpora frente a mí con una sonrisa de satisfacción, al saber que ha hecho un gran trabajo. De inmediato me siento sobre mis rodillas, bajo la cremallera de su pantalón y le devuelvo el favor.
Lauren: nunca había tenido sexo en un deposito. - dice con la respiración agitada y ríe, sentada junto a mi en el suelo.
Camila: hay algo más de lo que quiero hablar. - la miro a los ojos.
Lauren: qué? - pregunta.
Camila: Ty.
Silver.
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Avenida Madison - Camren -
FanfictionBienvenido a la Avenida Madison, una de las Avenidas más transitadas de Manhattan. Repleta de negocios, autos, ruido, gente. Camila Cabello es una de las cientos de personas que viven sobre esta alborotada calle. A lo largo de ella transcurre su vi...