Capítulo dieciséis.

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—Lo estamos pasando bien.—Dijo, fingiendo desinterés.—Un poco aburrido pero bien.

—Lamento que no puedas salir cariño. Pero ya sabes como es tu mamá Jeong.—Suspiró.

—Ella aún sigue enojada conmigo.

—Ya se le pasará.—Dijo, pero Mina no le creyó ni por un segundo.—Te prometo que hablaré con ella, haré hasta lo imposible para que te baje el castigo.

Mina sonrió. Nayeon la quería a ella como si fuera su propia hija y había sido una estupenda madrastra desde que su mamá murió.

—Gracias, mamá Nayeon.

—No hay de qué cariño. Bueno, tengo que colgar ahora porque tu mamá y yo iremos a la playa. Mándale saludos a Chaeyoung.

—Está bien, que se diviertan. Adiós.—Y colgó.

Mina se dio la vuelta y se acurrucó al lado de Chaeyoung. Son suspiró cuando sintió la suavidad de sus pechos sobre su torso.

—Era Nayeon, te manda saludos.—Dijo, acariciando su torso con la yema de sus dedos.—Vuelven en dos semanas.

—Entonces, hay que aprovechar estas dos semanas al máximo.—La cogió de las caderas y la posicionó a horcajadas encima de ella.

—Me parece una estupenda idea.—Sonrió y se inclinó para besarla.

Y así fueron pasando los días. La mayoría de las noches Chaeyoung la tocaba, le hacía el amor. Y cada vez se hacía más claro el sentimiento que Son tenía por Mina. No era la atracción sexual o el simple cariño que le tenía a su sobrina, era mucho más que eso. Ella la amaba. Se había enamorado de la persona menos indicada de todo el mundo. Anhelaba el día en que pudiera llevársela lejos y hacerle el amor hasta el amanecer. Si tan solo la hubiera conocido en otra situación y no por parte de su hermana, todo sería tan diferente...

Mina llegó corriendo a la sala principal. Se sentó al lado de Chaeyoung, quién veía televisión. Chaeyoung pasó su brazo sobre sus hombros, para así envolverla y acercarla más hacia ella.

—Tía Chaeng...—Dijo ella, con la voz más tierna que pudo hacer.

—¿Sí?—Dijo despegando la mirada de la televisión para verla.

—Sabes...—Acarició su cabello y jugueteó un poco este.—Hay una fiesta hoy en la noche, en la casa de los Wang.

Chaeyoung alzó una ceja.

—Y me imagino que quieres ir...

—Sí.—Besó su mejilla.—Por favor.—Le dijo suplicante.

—Mmh...—Pensó.—¿Quiénes irán?

—Sólo unos cuantos amigos de la escuela. Entre ellos estará Tae.

—Bueno, está bien. Pero regresas a las 10, como lo  habíamos acordado.

—Tía Chaeng...—hizo un puchero.

—¿Qué pasa?

—La fiesta es a las 7. ¿No me dejarías tú... llegar a casa a las 12?—Preguntó delicadamente.

Chaeyoung puso cara de pensativa.

—Mmh... no lo sé.

—¡Por favor!— pidió.—Prometo portarme bien.—Dijo dándole doble sentido a las palabras, con una voz tan sensual que Chaeyoung se estremeció. No podía decirle que no con tremenda oferta.

—Te quiero ver a las 12 en punto aquí. Ni un minuto más.

Mina sonrió, se lanzó a los brazos de su tía y la abrazó con todas las fuerzas que tenía.

—¡Te quiero!—Y tan rápido como la abrazó, se separó de ella y desapareció por las escaleras.

Chaeyoung se la quedó viendo mientras subía por las escaleras. Negó con la cabeza al mismo tiempo que reía.

➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora