Capítulo veintiséis.

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—¿En efectivo o con tarjeta?—Le preguntó la chica, al mismo tiempo que mordía su carnoso labio inferior.

—Con tarjeta.—Contestó Chaeyoung.

La vendedora cogió y dobló la falda junto con las camisetas de Mina que a duras penas se las entregó. Mina fulminó a la mujer con la mirada por enésima vez cuando se giró y se agachó, buscando unas bolsas, o tal vez... para colocarle todo su culo en la cara a Chaeyoung. Mina frunció el ceño volteandose enojada. Chaeyoung por su lado carcajeó.

—Gracias por su compra.—Dijo la vendedora, inclinándose en el mostrador, haciendo que la abertura del cuello de su camisa se abriera dejando a la vista unos grandes y voluptuosos pechos blancos. Chaeyoung bajó la mirada, pero al instante la quitó.

—Gracias a ti.—Dijo sonriendo y agarrando las bolsas.

—¡Me llamo Rosé, por si acaso!—Gritó para que la escuchara, en cuanto Chaeyoung y Mina se alejaron.

Chaeyoung solo rió por lo bajo. Mina rechinó los dientes, roja de la rabia y golpeó a Chaeyoung en el hombro. Aunque leve, logró captar la atención de la coreana.

—¿Qué?

—Con que soy la única muñequita de tus ojos, ¿Eh?—Dijo irónica.

—Vamos, no te enojes pequeña... además no hice nada...

—Eres una cerda que le mira las tetas a la primera mujer que se te cruza por delante. Estúpida, tonta.—Masculló.

—Mmh... te ves jodidamente sexy cuando me insultas.

Mina se sonrojó. Era imposible tener una conversación seria con ella sin que le dijera algo que la hiciera sonrojar.

—Tú siempre mezclando las cosas, eres tan... tan...

—¿Tan qué?—Preguntó Chaeyoung alzando una ceja, divertida.

—¡Tan terca! Una idiota que piensa con la cabeza...¡Pero la del pene!

Chaeyoung entrecerró los ojos.

—Eso no era lo que me decías el otro día mientras me montabas...

Mina sintió sus mejillas arder, por enésima vez.

—Es toda tu culpa.

—¿Mi culpa? Ni que fuera la única calentona por aquí.

—Tú me pones así.

—Me alegra oír eso.—Dijo, sonriendo pícaramente.—Me encantas princesa.

—¿Aún con mis celos y todo eso?—Preguntó con una inocencia que Chaeyoung no se creyó ni por un segundo.

—Absolutamente toda. Me fascinas.—Dijo y tomó su rostro con las manos, para luego acercarla hacia ella y devorarla en un beso hambriento.

Después de haber recorrido unas cuantas tiendas más del centro comercial, compraron útiles escolares y zapatos para Mina. Decidieron tomarse un descanso, al sentarse en una de las bancas mientras tomaban de sus bebidas antes de volver a casa.

—¿Sabes, Mina?—Habló Chaeyoung, con la mirada fija en su bebida.—He estado pensando en algo...

—¿En qué?—Dijo y bebió de su coca-cola.

—Creo que es tiempo de dar el segundo paso. Quiero que nuestra relación sea más formal.—Dijo tratando de que ella entendiera la indirecta. Pero Mina no la captó.

—¿A qué te refieres?—Preguntó, frunciendo el ceño.

—Me refiero a decirles a Jeongyeon y a Nayeon sobre nuestra relación.

Mina casi escupió la bebida en su cara. ¿Había escuchado bien?

—¿Hablas en serio?

—Sí.—Suspiró.—Yo... ya estoy cansada de las mentiras. Quiero que lo sepan... que sepan que a la mujer a quien amo eres tú.

—Yo... no lo sé...—Agachó la mirada.

—Amor.—le levantó el mentón con un dedo.—Mírame, sabes que tarde o temprano lo sabrán.

—Lo sé, pero es que...—Suspiró.—¿Y si se lo toman a mal?

—Tendrán que tomárselo bien, les guste o no. No te preocupes, ¿Por qué tanto miedo? No soy tu tía de sangre, ¿O sí?

Ella solo negó con la cabeza.

—Vamos, no estés nerviosa corazón.

—Está bien.—Dijo insegura. Sabía que la decisión sobre decirle a su padre y madrastra sobre su relación, era un gran paso. Estaba consciente de ello, pero al igual que Chaeyoung, ya estaba harta de las mentiras. Ya no querían ocultar el amor que sentía por Chaeyoung, y menos con su propia familia.—Quiero hacerlo.

—Vale.—Sonrió.—De diremos primero a Nayeon y después a Jeongyeon, ya que Nayeon es más tranquila en comparación a Jeong.

—Perfecto, ¿Cuándo se lo diremos?

—Pronto.

➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora