Capítulo trece.

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Mina no se pudo resistir, no a ella. Instintivamente cerró los ojos y rodeó su cuello con los brazos. Chaeyoung profundizó el beso pegándola más a su cuerpo, demostrándole así lo duro que ya la tenía. Mina gimió sobre sus labios.

—Mmh...—Gruñó Chaeyoung.—La tengo muy dura.

—Entonces... haz algo al respecto.

Y por supuesto que lo iba a hacer. Incapaz de soportar por mucho tiempo más, acunó con sus manos su trasero y la levantó, obligandola a que envolviera sus piernas en las caderas de ella. en poco tiempo ya estaban en la habitación de su hermana. Aún besándose, Chaeyoung la dejó encima de la cama matrimonial y le desabrochó los primeros botones de la blusa, dejando ver así sus pechos cubiertos por un atractivo sostén negro.

—Chaeng.—Gimoteó.—Hazme el amor...

—Con una sola condición.

—¿Cuál?—Preguntó con desesperación, dispuesta a hacer cualquier cosa.

Chaeyoung deslizó su mano por su seno derecho. Lo acarició sobre la tela del sostén y aún así, pudo sentir lo duro que estaba su pezón. Mina volvió a gemir.

—Por favor, haré lo que tú quieras.—Dijo ella.

—¿Lo que sea?

—Si...

—Entonces... dime que cumplirás con las reglas.

Mina la miró, esta vez con el ceño fruncido. Se incorporó mejor en la cama e iba a hablar, pero se le adelantó.

—Prométemelo, aunque sean las dos primeras.

—Ya te dije que no.—Dijo segura, y es que no pretendía ceder.

Y eso bastó para que a Mina se le fuera la excitación de golpe, sustituyéndolo por molestia. Apretó los puños tan fuertes, que las manos le comenzaron a temblar y se levantó de la cama para dirigirse hacia Chaeyoung. Sus músculos se tensaron, y mientras le hablaba, la estaba apuntando con el dedo índice como si se tratara de un padre llamándole la atención a una hija fastidiosa.

—Si no lo haces...

—¿Y si no lo hago qué?—Dijo firme, desafiándola.

—Llamaré a tu mamá Jeong.—Le amenazó.

Enseguida Mina se tensó. Su pulso se aceleró, y comenzó a respirar agitadamente. Su tía estaba jugando muy sucio con ella, y de la peor manera.

—No te atreverías a llamarla.—Le dijo,ahora mirándola con terror.

—Claro que sí. Y tenlo por seguro que lo haré.

—Tía Chaeng, por favor, no llames a mamá Jeong.—le pidió.

—Entonces prométeme que cumplirás las primeras dos reglas, solo esas te pido.

Mina solo bajó la cabeza y, despacio, negó con la cabeza.

—Ok, tú lo quisiste así. Llamaré a tu mamá.—Y se giró con la intención de irse.

Pero Mina la siguió.

—Tía Chaeng, no la llames.—Suplicó al borde del llanto.—Por favor, ¡Por favor!—gritó, pero Chaeyoung la ignoró, y para entonces Son ya se había encerrado en su cuarto, y colocó seguro a la puerta, para que ella no pudiera entrar.

Pero Mina no se movió de ahí. Apretó los labios, mirando la puerta y sintió sus ojos arder por las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Tragó saliva bruscamente, para desatar el nudo en su garganta y abrió la boca para hablarle, porque sabía que aunque no la viera, Chaeyoung aún la escuchaba, pero lo único que consiguió fue ue sollozara. Tapó rápidamente su boca con las manos y ya no aguantó, varias lágrimas deslizaron por sus mejillas.

Y fue ahí cuando entendió que Chaeyoung no la escucharía. Lentamente, se giró y caminó hacia su habitación para tirarse a su cama y llorar en silencio.

➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora