➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷

Capítulo ocho.

Mina la siguió tras entrar a la casa. Escuchó la puerta principal cerrarse y fué hacia allá, pero para entonces, Chaeyoung ya se había ido a quien sabe donde. Suspiró frustrada y se dirigió a su habitación aguantándose las ganas de querer estrangularla.

Al día siguiente, Mina se levantó temprano. Pasó por la habitación de Chaeyoung con la intención de arreglar las cosas pero se encontró con la cama hecha, intacta y Chaeyoung no se encontraba en ningún lado.

—¿Tía Chaeng?—la llamó bajando las escaleras, pero nadie contestó. La buscó por la sala, por la cocina y hasta por el jardín, y aún así, no había señales de ella.

No se encontraba en casa. Con los nervios de punta, optó por prepararse el desayuno sola. Luego se dió una ducha rápida y se vistió. Pasó una, dos... tres horas y aún así Chaeyoung no llegaba. Se preguntó a sí misma si había llegado a la casa la noche anterior a dormir. Sacudió la cabeza entre los pensamientos que se formaban en su mente y tomó sus cuadernos y libros del instituto para ponerse a estudiar. Al menos así lograría sacar a su tía de su mente.

Tiempo después, cuando Mina se encontraba estudiando Álgebra, le llegó un mensaje a su celular. Perezosamente estiró su brazo a través de la cama y lo alcanzó.

"Hey pequeña, estoy a una cuadra de tu casa. En cinco minutos más estoy allá."

Mina dudó un poco en responder, debatiéndose a sí misma en si debería salir con Tae o no. Por un lado no quería hacer enfadar a su tía, pero por el otro, no quería decepcionar a su mejor amigo. Habían estado planeando esto durante semanas y realmente veía a Taehyung emocionado por la idea de conquistar a Jungkook.

Maldita sea su mamá Jeong al momento que se le ocurrió dejarla a cargo de su tía.

Apretó con fuerza el celular, sintiendo como la rabia se apoderaba de ella y contestó.

"Ya estoy lista. Te espero".

Se arregló, cogió su pequeño bolso y bajó las escaleras. Le escribió una pequeña nota a Chaeng, explicándole el motivo del por qué había salido. Después de todo, Chaeng sabría comprenderla. Dejó la nota pegada en la nevera y salió de la casa.

Sonrió al ver a su mejor amigo en el auto, esperándola. Se subió y lo saludó con un beso en la mejilla.

—Hola, pequeña.

—Hola Tae.—dijo sonriendo. Una sonrisa dulce, teñida ligeramente con tristeza.—¿Cómo estás?

—Mejor que tú al parecer.—alzó una ceja.—¿Te ocurre algo?

Mina lanzó una maldición en voz baja, odiando que la conociera tan bien. Era indiscutible, Tae la conocía perfectamente, hasta en sus más íntimos secretos. Era la única persona en quien podría confiar.

Ella respiró profundamente, poniéndose las gafas de sol para ocultar la tristeza que reflejaba en sus ojos. Miró por la ventana.

—Me he peleado con mi tía.

Tae bufó.