Capítulo veintiuno.

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Nayeon no dijo nada por unos segundos, hasta que finalmente habló.

—Iré a hablar con tu mamá.—Se levantó pero antes de que pudiera caminar, Mina la cogió del brazo.

—No, por favor. No quiero más problemas con ella.

—No te preocupes, Mina. Si no te escucha a ti, me tendrá que escuchar a mí.

Mina sonrió.

—Gracias, mamá Nayeon. No se que haria sin ti.

Chaeyoung salió del baño con un top y enrollada en una toalla blanca de la cintura para abajo mientras que se frotaba la cabeza con otra. Se detuvo frente de la habitación de su hermana, al escuchar que hablaba con Jeong sobre Mina prestó más atención. La puerta estaba entreabierta, no podía verlos, pero los escuchaba con claridad.

—Jeong, por favor, Mina ya lleva casi todas las vacaciones encerrada aquí en la casa. Tienes que dejarla salir.

—No lo sé, a mi no me parece suficiente castigo.

—¡Jeong!—la miró enfadada.

—¿Qué? Es la verdad, Nayeon. El día en que Mina suba sus calificaciones, ahí recién la podré perdonar.—Dijo firme.

Nayeon se aguantó las ganas de querer estrangularla. Era imposible, Jeong no parecía ceder a la idea de que su hija necesitaba disfrutar de sus vacaciones tanto como ellas lo hicieron.

—Por favor... si no lo haces por mi, hazlo por su mamá.

El corazón de Jeong se encogió. La muerte de la madre de Mina era un tema sumamente delicado para ella, del cual no le gustaba hablar.

—Está bien, a partir de mañana Mina podrá salir, pero no puede dejar de estudiar.—Aclaró.

Mina sonrió.

—Bueno, algo es algo. A propósito, Jihyo me invitó a una cena con su familia mañana. Hace mucho tiempo que no la veo y me gustaría que ustedes me acompañaran, ya sabes, Mina, Chaeyoung y tú.

—Si es importante para ti, entonces iremos.—Pasó su brazo por encima de sus hombros y la acercó más a ella. Nayeon apoyó su cabeza sobre su pecho.— Está ese chico, el tal... ¿Yugyeon?

—Yugyeom.—Le corrigió.—Es el hijo de Jihyo, de seguro se pondrá contento cuando vea a Mina.

Chaeyoung se tensó. Una oleada de celos invadió su cuerpo.

—A Mina no le agrada ese chico.

—Bueno, sabes que desde pequeño siempre ha estado enamorado de Mina. Ella necesita salir, conocer nuevos chicos, es joven y tiene que divertirse de vez en cuando. Ha estado muy triste últimamente, por eso acepté la cena, tal vez así esté más feliz.

—Si tú lo dices.—Sonrió y se inclinó para besarla en los labios.—Te amo.

—Yo más.

Chaeyoung retrocedió unos cuantos pasos de la puerta. No necesitaba escuchar más. Caminó y se detuvo en la habitación de Mina y se le pasó por la mente la idea de abrir la puerta, tomarla entre sus brazos y hacerle el amor. Con esa fantasía en su mente, se alejó y se encerró en su cuarto.

Mina se terminó de vestir. Se miró al espejo, pero no para arreglarse, sino para verse a sí misma. ¿Desde cuando se sentía tan vacía? Quizás, era el amor de Chaeyoung el cual le hacía falta...

➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora