➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷

Capítulo veinticinco.

Mina rió mientras corría por la sala principal. Se detuvo, tratando de abrir la puerta que daba acceso al jardín pero esta tenía seguro cuando de repente, unos fuertes brazos la tomaron de la cintura jalándola hacia atrás. Mina chilló.

—Te encontré, princesa.—Dijo Chaeyoung riendo al mismo tiempo que ella.

—Ya, suéltame.—Se movió tratando de que la soltara, pero Chaeyoung no cedió.

—No hasta que te disculpes.

—¿Por qué?—Preguntó con la voz más inocente y tierna que pudo hacer.

—¡Por hacerme esto!—Señaló con el dedo su cara, la cual tenía dibujado unos graciosos bigotes y lentes.—Que manera de despertarme, ¿Eh?

—Perdón.—Hizo puchero.—Es que no despertabas y estaba aburrida.—Carcajeó.

—¿Con que te hace gracia?—Arqueó una ceja.—Vas a tener que recompensarme por manchar mi bonito rostro.

—Yo creo que te ves muy guapa así.—Rió.—Vamos, no te enfades Charyoung.

Chaeyoung sonrió. Como le encantaba que la llamara por su nombre y no como su tía. Ya habían pasado dos semanas y las cosas entre ellas dos iban de maravilla. Chaeyoung no podía ser más feliz con ella, y estaba dispuesto a todo por estar con Mina. Lo sabía, sabía el riesgo que podía correr si su hermana o Jeong supiera de la relación con ella en secreto. Pero la amaba y eso era lo único que le importaba.

Chaeyoung le echó una rápida mirada a su alrededor, cerciorándose de que nadie las estuviera observando y la besó. Mina se relajó y enrolló sus brazos en el cuello de Chaeng. Siempre se relajaba cuando la besaba, era como estar en un paraíso en donde su mamá o su madrastra no estuvieran y solo existieran ellos dos. Chaeyoung profundizó el beso pegándola más a ella, deslizó sus manos por su espalda y las colocó en su cintura y joder, cómo le gustaba el sabor de sus labios...

—¡Mina!—Se escuchó la voz de su madrastra llamarla.—¿Donde estás?

Al instante las dos se separaron de golpe, girándose y mirando en direcciones diferentes.

—Aquí estoy.—Dijo ella en voz alta para que la escuchara.

—Mina, tenemos que hablar... pero, ¿Qué te ha pasado Chaeyoung?—Se rió al ver a su hermana con toda la cara pintada.

—Fue esta graciosita que está al lado mío.—Y miró a Mina.

—¿Yo?—Preguntó ingenua.—Solo fue una simple broma Cha...tía.—Se corrigió al instante. Joder, se había acostumbrado a llamarla así.

—Bueno, la cosa es que.—Nayeon dirigió su mirada hacia su hijastra.—Mina, tenemos que comprar tus útiles escolares.

Mina se quejó.

—¿Por qué? Si aún falta todo un mes para que entre a clases...

—Porque después no queda nada y hay que comprar con anticipación. Tenemos que comprar útiles escolares, zapatos y ropa nueva, porque la que tienes ya no te queda.

—¿Me estás diciendo gorda?—Se hizo la ofendida.

—Nada que ver.—Intervino Chaeyoung.—Estás estupenda Mina.—Le dijo sinceramente, mientras le dedicaba una mirada ardiente.

A Mina se le subieron los colores, pero no dijo nada.

—¿qué te parece si vamos de compras después del almuerzo?—Le propuso Nayeon.—Pero tenemos que volver antes de las seis porque tengo que salir.

—Puedo acompañarla yo si quieres.—dijo Chaeyoung.

—¿De verdad?

—Claro que sí.—Sonrió.

—¿Y tu Mina, te parece bien que tu tía te acompañe?—Le preguntó Nayeon.

—Por mi no hay problema.—Dijo fingiendo desinterés.

—Bien, gracias Chaeyoung. Jeong después te pasará la tarjeta de crédito para comprar todas las cosas.—Miró su reloj de muñeca.—Mierda, llegaré tarde a mi cita con el dentista. Adiós, Jeong está arriba en la habitación por cualquier cosa.—Avisó y se alejó.

En cuanto escucharon la puerta principal cerrarse se miraron al mismo tiempo y sonrieron pícaramente. Hoy tendrían muchas cosas por hacer juntas. Y que cosas...