Capítulo veinte.

7.7K 578 55
                                    

Mina sintió algo retorcerse en su interior. No sabía por que, pero esas palabras le hirieron el alma.

—¿Por qué me haces esto, Chaeng? ¿No puedes olvidar lo ocurrido en la fiesta y admitir lo que realmente sientes por mí?

Mina la veía. Sentía el amor de Chaeyoung por ella, pero lo único que hacía era ignorarla, y ocultar el verdadero sentimiento que tenía por ella.

—¿Sentir qué? No hay absolutamente nada de lo que yo pueda sentir por tí Mina. Escúchame bien, cuando Nayeon y tu mamá regresen, olvidaremos todo. ¿De acuerdo? Todo volverá a ser como antes.

Mina sintió un dolor desgarrador en el corazón. Sus ojos se aguaron. Chaeyoung no lo sabía, pero la estaba hiriendo con sus palabras. Apretó los labios, obligándose a sí misma a no llorar y siguió hablando por más que le costara.

—Después de todo por lo que hemos pasado, ¿Estás segura de que todo volverá a ser como antes?

—Sí.—Contestó fríamente, con el rostro inexpresivo.

—Vale.

De repente, se escuchó el ruido de unas llaves entrar por la cerradura de la puerta principal. La puerta se abrió, y Nayeon junto con Jeongyeon aparecieron con maletas en las manos. Mina retuvo todas las ganas de querer llorar y dibujó una sonrisa en su rostro.

—¡Hola mamá Jeong!—Exclamó Mina abalanzándose hacia los brazos de su madre.—¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú, hija? ¿has estado estudiando?

Mina solo asintió, débil. En vez de que su madre le preguntara por como había estado, le preguntó por sus estudios. Una cosa más para decir que su madre no la amaba.

—¿Cómo lo pasaron?—Preguntó Chaeyoung.

—Excelente.—Sonrió Nayeon.—Miami es grande y bellísimo... ¿Y ustedes dos? ¿Alguna novedad?

Chaeyoung y Mina intercambiaron miradas llenas de dolor.

—No hay absolutamente nada de lo que podamos compartir.—Dijo Mina, retrocedió unos cuantos pasos y subió las escaleras para encerrarse en su cuarto.

Nayeon tocó un par de veces la puerta.

—Mina, cariño. ¿Puedo entrar?

—Sí.—Por el tono de su voz, Nayeon pudo darse cuenta de que había estado llorando.

Nayeon abrió la puerta y entró. Se acercó hacia la cama de Mina y se sentó en la orilla del colchón. Acarició la cabeza de Mina en un intento por consolarla.

—Mi amor, ¿Qué pasa?

—Nada.—Contestó con el rostro hundido en la almohada.

—Sabes que estoy aquí para escucharte... ¿Acaso no te alegra de que tu madre y yo hayamos vuelto?

—No, no es eso.—Levantó la cabeza y se dio la vuelta para mirarla a los ojos.—Por supuesto que me alegra de que estén aquí, es solo que... mamá ni siquiera me saludó como es debido. ¿Tan mal hija soy para que merezca su odio?

—Oh, mi niña, no digas eso... ella no te odia, sabes que tu madre te quiere.

—No me lo demuestra.

➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora