➤Una Tía Sucia | 𝑴𝒊𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒈 𝑮!𝑷

Capítulo treinta y seis.

Mina suspiró mientras sentía las manos de Chaeyoung recorrerle la espalda de arriba hacia abajo, con una lentitud pasmosa que la hacía estremecer. Ella giró sobre el colchón, quedando al frente de Chaeyoung. La besó y le sonrió.

—Mmh...—Susurró Chaeyoung acariciando su mejilla, con una ternura que a Mina le conmovió.—Desearía quedarme todo el día aquí en la cama, haciéndote el amor.

—Y yo también.—Jugueteó con el cabello de Chaeyoung.—Pero hay que levantarse, ¿Te imaginas que Jeongyeon llegue y nos vea así?

—Probablemente le cogería un ataque de rabia.—Pero tranquila, que pronto lo sabrá y todo se arreglará.

—Espero que así sea.—Suspiró.—Espero que sepa entendernos, así como lo hizo Nayeon.

Chaeyoung notó el miedo en su voz. Apartó las sábanas que cubrían su cuerpo desnudo y la cogió de las caderas, levantándola y obligándola a que se colocara a horcajadas encima de ella. Mina gimió fuerte al sentir la dura polla de Chaeyoung entrar de golpe en ella.

—Lo hará. Todo va a estar bien.—Dijo Chaeyoung tomándola del culo.—Ahora, no pienses en eso, porque te haré olvidar de todos los problemas. Sólo... disfruta.

Y por supuesto que la iba a hacer olvidar de todos sus problemas. Mina comenzó a moverse encima de Chaeyoung, de arriba hacia abajo, haciendo a Son enloquecer, gimiendo por más. Mina podía sentir la firme polla de Chaeyoung en todo su interior. Durísima. Y le encantaba. Mina siguió montándola cada vez más rápido. Los ojos de Chaeyoung jamás se despegaron de ella. Arqueó las caderas, ayudándola más con la faena de follársela duro.

Como amaba Chaeyoung la expresión de la cara de Mina cuando le hacía el amor. Su cabello, larguísimo, caía sobre sus hombros, cubriendo sus senos. Chaeyoung le apartó el pelo, y se los besó. Mina gimió. Una deliciosa melodía para los oídos de Son. Alejó la cara un poco, observando la hermosa imagen de sus pechos meciéndose de arriba hacia abajo, al mismo ritmo que Mina se movía cada vez más rápido.

—Oh, sí, justo así bonita.—Gimió Chaeyoung, enterrando sus dedos en sus caderas.—Me harás enloquecer... mmh...

Era gracioso, pensar de que hace apenas unos minutos habían hecho el amor y ahora estaban haciéndolo de nuevo como conejos. Jeongyeon y Nayeon habían salido hacía una cena formal de un cumpleaños y ellos dos habían aprovechado el momento para escabullirse en la habitación matrimonial de ellos y echarse un buen polvo. A Mina le encantaba la cama de su madre, era cómoda y muy grande. Perfecta para hacer el amor. Aunque claro, después de todo el escándalo que hacían ellas dos entre las sábanas, tenían que dejar todo en orden, sin ninguna pizca de evidencia que ellos hubiesen estado ahí.

Cuando Mina llegó al orgasmo, la siguió Chaeyoung, para luego dejarla caer encima de ella y arroparla entre sus brazos. Chaeyoung le besó la frente, sintiendo como sus respiraciones se calmaban y sus corazones volvían a latir con normalidad. Mina cerró los ojos con fuerza, deseando poder quedarse así con Chaeyoung por siempre. Y el miedo la invadió, otra vez. Hoy sería el día, en el que le dirían a su mamá toda la verdad. Habían quedado de acuerdo con Chaeyoung y Nayeon, en decirle a Jeongyeon toda la verdad después de la cena. Ella estaría de buen humor, un buen momento para confesarle toda la verdad. No más mentiras. No más secretos. Todo iba a salir bien.

Chaeyoung apartó el cabello de Mina que cubría su rostro. La cogió de la barbilla y la besó. Ella sonrió.

—Te amo.—Murmuró Son sobre sus labios.

Mina abrió la boca para decirle un "Y yo a ti", pero antes que pudiera decirlo, alguien entró a la habitación de repente. Una maldición.

—¿Qué mierda?

Las dos voltearon a ver quien había sido la intrusa que se metió en la habitación. Chaeyoung abrió los ojos completamente y sintió a Mina tensarse bajo sus brazos. Lo único que sabían era que habían sido descubiertas por Jeong.

[...]

:0 ¿Quieren más? Ya saben que hacer uwu <3

Javier, Javo, Javito, Javi, Jabón, Jacinto, Janeiro, Jakuna Matata, Javin, Javnon, Molusco, Yupi, Yupin, o Chaneke. Como se les dé la regalada gana llamarme uwu.