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 Los pasos lentos del castaño retumbaban como ecos por los solitarios pasillos. Iba ojeando cada puerta asegurándose de que fuera la correcta, no quería entrar al departamento de cualquier desconocido, iba a generar muchas confusiones y sobre todo, tal vez, involucre a la policía si llegaba a tal nivel. Y Jisung no quería eso.

 Luego de varias puertas, Jisung llegó al final del pasillo, y por lo visto, al apartamento indicado. Puerta 970. Final del pasillo. Último piso del edificio. Era uno de los complejos de departamentos más grandes de la ciudad.

 Tocó la puerta tres veces, y esperando que el propietario abra se colocó en contrapposto. Sacó una paleta de su bolso, le quitó el envoltorio y lo guardó, colocándose el dulce en la boca. Los segundos pasaron hasta que sintió una puerta abrirse, y sin dudas, era la que esperaba.

 El dueño del apartamento sonrió al verlo, a lo que Jisung se devolvió el gesto, y lo hizo pasar. Cerró la puerta detrás de sí y luego se dirigió al recién llegado, inspeccionándolo con la mirada, llevando ésta de arriba a abajo.

 Jisung pasó a sentarse al sofá, se cruzó de piernas, esperando cualquier palabra de la boca del contrario. Sin embargo, lo atrapó observándolo detalladamente, pasando sus ojos por él, y rió de manera sutil. Este acto hizo que el mayor retome consciencia.

 —Llegaste más temprano de lo acordado —comentó, una vez estuvo más concentrado. Le dedicó una serena sonrisa al menor y este hizo lo mismo, reteniendo su mirada unos segundos.

 —Me gusta dar sorpresas —respondió sin más, dejando el bolso a un lado suyo, y sin mirar al rubio, se humedeció los labios.

 El contrario se mordió el labio, posando sus ojos nuevamente sobre el castaño. Llevándolos directamente a sus muslos, los malditos muslos de Han Jisung. Eran tan jodidamente hermosos y deseables. Hubiera dado todo por llegar a estar en esta situación con Han Jisung, cuando estaba en preparatoria.

 Sin embargo dicen que la paciencia es un árbol de raíz amarga que da frutos dulces. Y Chan lo sabía perfectamente. Jisung levantó la vista hacía el mayor y le sonrió, sacando la paleta de su boca.

 —Estás genial —dijo el menor observando a Chan, su sonrisa no había cambiado en absoluto, mucho menos su carisma.

 —¿Quieres hablar primero, y que te halague también, o quieres ir a por lo que viniste? Te pregunto porque para mi es lo mismo, una cosa o la otra.

 El castaño recorrió un sin fin de opciones para responderle, sin embargo no quiso esperar tanto tiempo. Habían pasado meses desde que no se acostaba con alguien, y si Minho tenía mejores personas con las quien hacerlo, entonces él también.

 —Mejor pasemos a la acción, ¿Quieres?

 —Suena bien para mi.

 Jisung se levantó del asiento y se dirigió hacia Bang, depositando un imprevisto y efímero beso en sus labios, siguiéndolo hasta el final del pasillo. Los pasos retumbaban en ellos, pero mucho no importaba, lo importante allí eran ellos dos.































 Los pasos retumbaban en ellos, pero mucho no importaba, lo importante allí eran ellos dos

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[Vier., 7 de Febrero, 2020].

🍒┊𝐕𝐚𝐥𝐞𝐧𝐭𝐢𝐧𝐞'𝐬 𝐃𝐚𝐲 ༘ 𝘊𝘩𝘢𝘯𝘚𝘶𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora