🍒⃝ Han Jisung se cansó de que su pareja no le haga caso, por lo que buscará a alguien que sí le dé la atención que se merece.
🍒⃝ A Bang Chan le llamó la atención Han Jisung desde que estaban en la escuela. Y ahora aún más porque toda su aten...
—Tranquilízate y piensa un poco, Minho. —Felix no podía lidiar con tanta estupidez al mismo tiempo y no podía creer como se estaba comportando. No lo soportaba.
—¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? —exclamó, frustrado mientras pasaba sus manos por sus cabellos. El contrario suspiró—. Ese bastardo…
—¿Eres muy hipócrita, lo sabías?
El ahora pelirosa estaba sentado en una de las sillas, mientras oía y veía a Minho entrar en una "crisis", lo que era mayormente un berrinche y capricho desde su punto de vista. No podía creerlo.
—¿Qué acabas de decir?
—Que eres un hipócrita.
Minho ya no sabía qué hacer, había llamado a Felix para hablar acerca de lo que estaba pasando ¿y le decía eso? No tenía corazón. «Tal vez por eso aceptó estar con alguien con pareja» pensó.
Observó a Felix con desdén para que el aludido explicara su punto de vista, éste rodó los ojos al mismo tiempo que se cruzaba de brazos únicamente para calmar sus ganas de golpearlo.
—Le estás poniendo los cuernos a Jisung desde hace casi medio año ¿y ahora te ofendes porque él decidió vengarse de ti? —Era una pregunta obvia y hasta retórica, podría decirse, pero claro que Minho no lo veía de esa manera—. Me parece que el estúpido e ingenuo en todo esto eres tú...
Minho no dijo nada, veía a Felix y parecía no conocerlo, como si fuera una persona completamente diferente.
—¿Sabes? Creí que en algún momento romperías con él para que pudiéramos estar juntos, pero creo que desde el principio me equivoqué, y ahora con esta escenita que estás armando creo que me quedó muy claro todo. —Al pronunciar estas palabras, el australiano se incorporó, viendo al mayor con nada más que decepción en su rostro y se dirigió a la puerta—. No vuelvas a llamarme, ¿Me escuchas?
—Lix...
—Nada de Lix —Intentó sonar lo más calmado posible pero no funcionó. No quería seguir en medio de algo que no le correspondía, tal vez debió darse cuenta de eso desde el principio—. Eres un idiota, no tengo nada más para decirte.
El pelirosa salió de aquel departamento cerrando la puerta con fuerza, dejando al castaño con las palabras en la boca.
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