Capítulo 31: Un Beso

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- Woah que bonito - me sonrió Majo

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- Woah que bonito - me sonrió Majo.

Había decido que nuestro día fuera especial, así qué la traje a una pista de baile, tuve que pedirla prestada para poder tener acceso a ella.

Se qué a los dos nos apasiona el baile, ambos disfrutamos mucho el sentimiento que nos sube por todo el cuerpo al momento de bailar y sentir, escuchar la música. Por lo tanto sé qué le gusta mucho mí plan.

- Cuándo vine a Los Angeles hace años, hicimos una competencia de baile con todos los chicos y personas que también les gusta el moverse - una sonrisa nostálgica y de alegría apreció en mis labios al recordar viejos tiempos.

- Recuerdo verlo, fue cuándo un chico empujó a Jimin, ¿por qué? - asentí.

- Tal vez sé sintió intimidado y quizo mostrar su valentía de forma equivocada, Jimin sólo le hizo un comentario de qué escuchara bien la melodía, posiblemente lo hizo enfadar, recuerdo perfectamente cómo me sentí al respecto -

- ¿Molesto? - volví asentir.

- Me sentí muy molesto por ese chico, no fue un caballero y Mochi era un joven en ese tiempo lleno de miedos y dudas, todos nos sacamos de onda con esa acción - negué con la cabeza.

- De acuerdo, venimos aquí a bailar, así qué olvidemos los malos recuerdos - sus brazos me rodearon - ¿Qué más hiciste? -

- Bueno, fue tan increíble venir a la LA por primera vez, todo era tan nuevo y muchas cosas fueron preparadas por nuestro manager, conocimos gente muy famosa y muy buena en lo que hacían, fue una excelente estadía -

- Me encanta escucharte tan feliz - hice que mí nariz sé arrugara para pasarla por su mejilla.

- Siempre estoy feliz, pero hoy me encuentro más feliz que nunca - pequeños besitos fui dejando por su mandíbula hasta llegar a sus labios.

Cada beso me hacía sentir tan bien, tan tranquilo, jamás imaginé que encontraría a una chica tan dulce, que con sólo un beso me tenía a sus pies.

- Bailemos - Majo corrió hacía la radio para poder conectar su celular y colocar una canción muy buena.

- Enséñame lo que tienes nena - empecé aplaudir al ver sus movimientos.

Son alegres y suaves, a veces un poco bruscos, totalmente distintos a los míos, ya qué tenemos una diferente enseñanza de baile. Moví mis caderas al ver cómo María disfrutaba de la melodía, sus expresiones siempre siendo notorias, sus pies nunca sé detuvieron y sus manos sé movían a dónde ella quisiera.

- Baila tú también - negué.

- Estoy apreciando una obra de arte - ella sé detuvo.

- ¿Estás tratando de seducirme? - una sonrisa sé apoderó de mí - porqué me estas dando pena -

- Auch, eso dolió - llevé mí mano a mí pecho.

- Es broma bobo, todo de ti me tiene en ascuas - crucé mis brazos, haciendo un mohín.

Caminó hacía a mí para abrazarme pero volteaba mí rostro fingiendo estar enfadado.

- ¿Cómo puedo obtener tú perdón? -

- Un beso - observé sus delgados labios - necesito un beso -

Sin esperar más, ella sostuvo mí rostro para besarme, primero dando picos y luego profundizandolo, mis manos viajaron a sus caderas, pegándome por completo a ella.

Mí lengua pidió permiso para entrar y ella no sé negó, por primera vez pude explorar su cavidad, siendo tan cálido, explotando millones de emociones por todo mí cuerpo, siendo sólo nosotros dos.

- Me encantas - murmuré a centímetros de sus labios, escuchando el cambió de música - ¿Me permite está pieza? - me incline cómo si de un príncipe fuera.

- Con mucho gusto mí rey -

La comisura de mis labios sé levantaron cuándo empezamos a bailar de manera lenta, pasos suavez y nuestros cuerpos demasiado pegados, ella tarareaba la melodía, girando en pequeños círculos.

- Hobi - hice un sonidito - no me lastimes por favor, no podría soportarlo -

- No puedo prometer algo así, somos humanos y tendremos a equivocarnos - acaricie su rostro - lo qué sí puedo prometerte es quererte incondicionalmente hasta el día qué tenga que llegar, puedo mostrarte muchas cosas que podrían hacerte feliz y sobre todo puedo estar a tu lado todo el tiempo que tú me otorgues - sus ojitos sé llenaron de lágrimas sin embargo no las soltó.

- Yo también lo prometo - la atraje a mí pecho de forma protectora sin dejar de danzar por todo el lugar.

Ay Majito si tú supieras lo qué mí corazón siente cada vez que estoy contigo o en la manera en la qué me observas, me sonríes o me besas.

Sabrías cuánto me gustas y lo dispuesto qué estoy a estar contigo.

Tú tampoco me lastimes o podría perderme.

Capítulo nuevo. UwU.

Gracias, publiqué una nueva historia que también habla de nuestro J-hope, por favor corran a leerla y denle mucho amor. Gracias.

No olvides dejar tú estrellita son completamente gratis, nos vemos el otro domingo.

Valeria Seok.

Nuestro Sexy Secreto (BTS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora