NataliaAbro los ojos y los primeros segundos no reconozco donde estoy. Entra un poco de luz a través de las delgadas cortinas y al girar hacia el centro de la cama... ¡Sam!. Ella está acostada de lado, de frente hacia mí y se ve hermosa durmiendo. ¿Qué digo? Ella se ve hermosa siempre, claro que dormida no sería la excepción.
Me levanto despacio, teniendo cuidado de no mover mucho la cama para no despertarla y voy hacia la puerta. Abro y cierro con lentitud y cuidado de no hacer ruido y voy a mi habitación.
Nada más entrar, tomo mi teléfono y veo la hora. Me lleva... ¡Es tarde!
Sólo tengo media hora para estar lista. No lleve mi teléfono conmigo a la habitación de Sam porque no quería que la alarma la despertara.Busco mi ropa a la ligera y voy rápido al baño. Me ducho lo más rápido posible y cuando estoy de vuelta en mi habitación, peino mi cabello lo mejor que puedo y salgo del departamento corriendo. Ni siquiera me dio tiempo de beber algo.
Camino apresurada y estando a unos metros de la puerta del gimnasio, sin detenerme tomo mi teléfono del bolso y veo la hora. ¡Cinco minutos tarde!
— Buenos días. —saludo a Andi, apenas entro al gimnasio.
— Buen día. —responde— Siete con cinco. —informa señalando el reloj de pared en la pared detrás a ella.
Otra de las reglas del gimnasio es que si llegas tarde deberás tener una buena justificación.
— Suerte que tu primera sesión del día de hoy inicia hasta dentro de veinticinco minutos. —agrega, con su mirada fija en la computadora de su área de trabajo.
— ¿Estabas tomándome el tiempo? —pregunto bromeando.
— Es mi trabajo. —voltea a mirarme— Sólo son cinco minutos y es la primer vez que te pasa, así que te lo dejaré pasar por esta vez.
— Aún así, no me gusta llegar tarde. —dejo en claro— Pero gracias. Nos vemos. —me despido antes de dirigirme al área de personal.
En el pasillo me encuentro de frente con dos instructores y ellos me saludan sonrientes. Les respondo con un seco buenos días sin detenerme, pero siento sus miradas detrás de mí hasta que cruzo la puerta de la sala de empleados.
La primera hora y media pasa igual a todas las demás. Atiendo a la primer clienta cuidando que realice todos sus ejercicios correctamente y luego tengo un receso de cuarenta minutos para ir a desayunar.
Mientras me ocupo de mi desayuno me pasa por la mente Sam e irremediablemente sonrío. Ella es realmente preciosa. Una chica hermosa y amable. Que lástima que el novio sea todo un idiota. O al menos así es como se comportó ayer con ella. Ojalá eso haya sido sólo una rara excepción y él la trate bien todo el tiempo.
Decido intentar olvidarme de eso y terminar mi desayuno para volver al gimnasio, porque no tiene caso que yo ande pensando cosas que no son de mi incumbencia.
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Samantha
Esta mañana cuando desperté, Natalia ya no estaba. Claro, ella entra a su trabajo una hora antes que yo. Fui al baño a ocuparme de mi higiene bucal para luego meterme a la ducha y después de hacer todo mi proceso matutino y tener un rápido desayuno conformado por tostadas francesas con banana, al fin salí del departamento. Tengo que confesar que aunque pensé que sería algo extraño dormir con Natalia, no lo sentí así en absoluto.Ahora la mañana ha transcurrido provechosamente entre paciente y paciente. Después de una limpieza bucal, una extracción y una toma de impresión para prótesis, me encuentro con mi último paciente de la mañana, un niño de diez años. Parece que las caries han hecho de las suyas en uno de los premolares inferiores y sigo concentrada en mi trabajo mientras la madre del pequeño paciente aguarda sentada en la silla frente al escritorio.
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Compañeras de Departamento [Editando]
RomanceNatalia solo quiere un trabajo estable, y con suerte, encontrar el amor. Samantha es odontóloga y tiene novio, pero no está segura de si él es el indicado. Esta historia cuenta el día a día de varias chicas, con personalidades diferentes, con pasado...