17. Diferentes mañanas

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Andrea

Despierto y lo primero que hago es ver la hora en el protector de pantalla de mi teléfono. Son casi las 7:00 de la mañana. Me levanto de la cama, colocándome mis sandalias de playa y me acerco al ropero para buscar a la ligera un pantalón ya que estoy solo en blusa y un short pequeño. Tomo un pantalón negro de tela y a continuación me quito la blusa sólo para poder ponerme un brassier ya que duermo sin nada debajo de la blusa.

Un minuto después entro al baño ya completamente vestida y después de cepillar mis dientes, lavarme la cara y poner mi cabello lo más decente posible, salgo para ir a la cocina pues los domingos siempre me ocupo del desayuno ya que es lo menos que puedo hacer para ayudar a mamá.

Al llegar a la cocina lo primero que hago es lavarme las manos y ponerme a preparar el café de olla que tanto le gusta a papá. Una vez que dejo la olla de agua y café molido hirviendo sobre el fuego, empiezo con la preparación de unas enchiladas con el mole que quedó de hace unos día. Para este desayuno lo primero es hacer las tortillas así que tomo el kilogramo de masa de maíz que hay en el refrigerador y la empiezo a preparar con un poco de agua y harina de trigo.

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Casi media hora después ya estoy terminando de preparar las enchiladas y mientras uso el rallador para agregar queso a los platos servidos, mis padres llegan a la cocina.

— Buenos días, Andi. —me saluda papá, tan alegre como siempre.

— Buen día, papá. Buen día, mamá.

— Buen día, hija. —me responde mi madre con una suave sonrisa.

— Eso se ve muy bien. —dice papá pasando junto a la mesa.

Ellos se lavan las manos mientras yo agrego los ingredientes faltantes a los tres platos servidos y sirvo café en tres tazas. Mi madre saca del horno de la estufa una pequeña cesta con polvorones y los deja sobre la mesa mientras yo coloco una taza de café para cada quien.

Enseguida los tres tomamos asiento alrededor de la mesa, mi padre da las gracias por la comida y por un nuevo día, y comenzamos con el desayuno el cual transcurre con la mayor normalidad entre varias bromas de papá y sonrisas correspondidas por parte de mamá y por parte mía.

Al terminar el desayuno, levanto los platos y los llevo al fregadero para despejar la mesa, entonces nos quedamos sólo con el café y los polvorones, como sobremesa.

— Andi, ¿Qué harás hoy? —me pregunta papá después de dejar su taza a un lado y tomar otro polvorón.

— Lo mismo de siempre. —respondo sin preocupación— Ayudar a mamá aquí en casa.

— Tu padre y yo pensamos que tal vez hoy podrías salir a dar un paseo. —dice mi mamá sentada al lado de papá.

— ¿Dar un paseo? —pregunto confusa.

— Sí, salir a divertirte. —dice él— Ir de paseo con tu novia. Si quieres puedo darte algunos consejos sobre a dónde podrías llevarla.

— No, gracias. —digo riéndome un poco por las ocurrencias de papá— No creo necesitar esos consejos.

— Crees que mis consejos serán anticuados, ¿verdad? —pregunta él con seriedad.

Compañeras de Departamento   [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora