7. La chica educada

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Natalia

Durante el entrenamiento Katy me miró mucho y en los descansos se me acercaba demasiado. Y lo peor de todo, Daniel desde la distancia no nos quitaba la vista de encima y eso a su vez hizo que la situación fuera mucho más incómoda de lo que ya era.

Una vez terminado el entrenamiento ocurre lo que me temía. Veo a Katy acercarse a mí, mucho más de lo que debería.

— ¿Hoy sí aceptaras mi invitación? ¿O te pegan? —pregunta burlona.

— No sé a qué te refieres. —trato de evadirla alejándome con un paso atrás.

— A tu... amiga con derechos, a eso me refiero.

Frunzo el ceño algo confundida.

— Aún no sé de qué hablas, Katy. —manifiesto, haciendo que ella suelte una risa.

— ¿En verdad creen que lo ocultan? —pregunta sonriendo— Es bastante obvio que tú y la chica de recepción tienen algo.

— No es así.

— Ay ya, no te preocupes. Es más, por qué no le dices que se una a nosotras. Podría ser interesante.

— El entrenamiento ya terminó y tengo cosas que hacer. —digo, intentando salir de ahí.

— Anda, nunca he hecho un trío. Al menos no con dos chicas. Será divertido.

¡¿Pero qué...?!

— Te voy a decir algo, si tantas ganas tienes de estar con alguien, ¿por qué no vas con el chico de allá? —suelto sin poder reprimir mis palabras, y hago una seña con la cabeza hacia donde se encuentra Daniel— El chico de ojos azules. Creo que le gustas.

Ella mira unos segundos en esa dirección y se muerde el labio, mostrando sus dientes blancos.

— Si, él es sexy. —dice ella y regresa la mirada a mí— Pero tú lo eres más y quiero contigo.

Me paso la mano por la cara, por la frustración.

— Katy, eres una chica muy atractiva, en serio. De verdad lo eres, pero no estoy interesada en ti. —expongo con toda la paciencia que hay en mí e intentando sonar amable— Y te agradecería que ya no me molestes más. Por favor.

— Waoh, la recepcionista debe ser muy especial. Tiene mucha suerte de tenerte.

¡Que no estoy con Andi! Bueno, mejor no insisto en ello, tal vez así Katy deje de molestarme.

— ¿Sabes?, está bien. No te insistiré más, veo que eres fiel. Así que, iré a ligarme a tu amigo. —dice antes de empezar a caminar en dirección a donde se encuentra Daniel atendiendo a un cliente.

¿Amigo? Daniel no es mi amigo y jamás lo será. Tan solo de imaginarlo hago una mueca de desagrado.

Solo por curiosidad veo cunado Katy llega con Daniel y observo como él deja al cliente haciendo sus repeticiones en cuanto Katy llega a su lado. Ellos empiezan lo que parece una divertida conversación, pero pronto Daniel voltea hacia mí, borrando su sonrisa y me mira igual que siempre, con odio. Y como eso ya me tiene sin cuidado desvío la mirada y la enfoco en otra de las chicas que atiendo y que acaba de entrar al área de ejercicios. Mientras ella se acerca a mí, me acerco a la prensa de piernas para colocar el peso adecuado sobre la máquina y así esté lista para dentro de un momento cuando haga sus series.

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Continué con mi trabajo toda la tarde y parte de la noche hasta que el reloj marcó las 9:00 pm. Soy la primera en ir por mi bolso, pero antes de que pueda salir del área de empleados, entra Daniel con los demás instructores. No me detengo a recibir algún comentario desagradable de él y al abrir la puerta me encuentro de frente con Andi.

Compañeras de Departamento   [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora