1. El inicio de todo

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Natalia

Camino rápidamente dirigiéndome al departamento de Samantha. Ella me entrevistó hace una semana. Está buscando compañera para compartir departamento y yo necesito un lugar por esta zona, ya que aquí cerca está mi trabajo. Además compartir es una buena opción para minimizar gastos.

Ayer ella me llamó y me dijo que quería hablar conmigo. Quedamos de vernos a esta hora en su departamento. Ojalá me haya elegido a mí, ya que dijo que había entrevistado a varias chicas más, así que... aquí vamos.

Llego al edificio y toco el timbre de su departamento en el interfon. Intercambiamos un breve saludo y me deja pasar. Subo por el elevador hasta el sexto piso y al salir, camino por el largo pasillo hasta la puerta con el número 216 y toco. Unos segundos después abren la puerta y ahí está ella, tan hermosa como la semana pasada con esa melena rubia y esos deslumbrantes ojos verdes.

— Hola. —saludo.

— Hola, pasa. —dice haciéndose a un lado.

— Gracias. —respondo entrando al departamento.

Miro alrededor. Todo dentro está igual a la semana pasada. Casi vacío. Hay una cocina integral de buen tamaño, aunque solo tiene el refrigerador, una pequeña parrilla para cocinar y una licuadora. El área de la sala está completamente vacía.

Ella me dijo que apenas se había ido a vivir sola y que aún no había tenido tiempo de comprar muebles.

— Siéntate. —ofrece, señalando uno de los taburetes de la barra comedor— ¿Quieres algo de tomar?

— No, así estoy bien. Gracias.

Tomo asiento y ella se sitúa frente a mi.

— Bueno, la razón por la que te cité es que te elegí a ti. Pude habértelo dicho por teléfono pero creí que era mejor hacerlo en persona. —explica.

— ¿En serio fui yo la elegida?

— Sí.

— ¿Puedo saber por qué?

— ¿Por qué te elegí?

— Sí. —respondo asintiendo con la cabeza— Dijiste que tenias varias opciones, así que... ¿por qué a mi?

— Bueno, no te ofendas, pero me pareciste la mejor opción.

— ¿La mejor opción? ¿Enserio? ¿Tan pésimas eran las demás?. —pregunto bromeando, y a la vez no.

— Bueno, algo así. Una de ellas mencionó algo de estar en una secta y hacer rituales satánicos. —dice abriendo los ojos asustados— Y otra, que le gustaba andar desnuda por la casa. —dice rodando los ojos.

— Ya veo.

— No te ofendas pero fuiste la única que me pareciste normal. Entonces aceptas o... ¿ya encontraste otro departamento?

— No. Y que bueno que me elegiste porque en verdad me urge mudarme, pero antes... antes de todo, tengo que decirte algo y creo que de ahí dependerá si en verdad quieres que compartamos apartamento.

— Por supuesto, ¿Qué es? —pregunta interesada.

— Bueno, creo que... voy a fallarte con eso de ser normal, porque... soy... lesbiana.

Ella no reacciona y simplemente se queda en silencio mirándome fijamente.

— No te lo dije antes porque no pensé que me elegirías —prosigo intentando explicar— pero... te lo digo ahora y si te molesta pues... tendrás que buscar a alguien más.

— No me molesta. —dice finalmente— Es que... nunca me lo habría imaginado.

— Bueno, gracias. Normalmente me dicen que me delato porque me veo un poco varonil. —digo tratando de bromear.

Compañeras de Departamento   [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora