NataliaEstoy terminando de freír la carne mientras pienso que hace tiempo que no como una hamburguesa y quiero saciar mi antojo, pero dudo mucho que pueda comerme dos. Volteo la carne y escucho el ruido de la puerta abriéndose. Me giro rápido y veo a Sam terminando de entrar al departamento. Sigo pensando que esa ropa en mezclilla le queda espectacular. Definitivamente verla vestida así está entre mis cosas favoritas.
— ¿Qué huele tan bien? —pregunta acercándose a la barra.
— Estoy preparando hamburguesas. ¿Quieres? —pregunto regresando mi atención a la carne y suponiendo que su respuesta será un definitivo no.
No creo que una chica tan esbelta como ella coma hamburguesas. Debe pensar que son grasosas y lo más seguro es que no le gusten.
— ¡Dios, sí! Muero por una hamburguesa. —la escucho decir.
— ¿En serio? —me sorprendo girando de nuevo hacia ella para ver si no me lo dijo solo de manera sarcástica— No pensé que te gustaran.
— Me encantan. De hecho, hoy quería una, pero a mi novio no le gustan. —hace una sutil mueca.
— ¿A qué clase de chico no le gusta una hamburguesa? —pregunto con el ceño fruncido.
— Lo mismo me pregunto yo. —dice y rodea los ojos.
Sonrío por ese gesto y luego Sam también lo hace.
— ¿Te ayudo? —se ofrece.
— No, yo lo hago. Pero debo advertirte que no hay papas a la francesa.
— Sin papas a la francesa será entonces.
— ¿Y... quieres tu hamburguesa con todos los ingredientes?
— Por supuesto.
— ¿Segura? —pregunto al dudar de su afirmación—¿Con cebolla y jalapeños?
— Sólo no te excedas con los jalapeños. —aconseja.
— No lo haré. —aseguro y sonrío volviéndome hacia la carne para sacarla del fuego y apagar la parrilla.
Sam es la mujer perfecta sin duda. ¿Cada cuanto conoces a una chica preciosa, amable, sencilla y que no es remilgada o escrupulosa a la hora de comer? En mi caso, esta es la primer vez que conozco a alguien así.
Llevo la carne a la barra y Sam me observa mientras empiezo a preparar las hamburguesas. Me pone realmente muy nerviosa estar bajo la inspección de esos ojos verde oscuros que tan maravillada me tienen.
— ¿Qué es eso? —pregunta desviando su atención a la caja donde aún se encuentra el extractor de jugo.
— Es un extractor de jugo. Lo compré hoy. —digo preparando las dos hamburguesas simultáneamente— Y también compré una lavadora.
— ¿De verdad? —dice mirándome asombrada.
— Sí. Está en el cuarto de lavado y la acabo de estrenar.
La veo alejarse caminando hacia el pasillo y esos segundos me dan el tiempo suficiente para recorrerle el cuerpo con la mirada. Me regaño mentalmente y sigo en la preparación de las hamburguesas.
Sam regresa en unos segundos, después de haberse cerciorado de que le dije la verdad.
— ¿Cómo la compraste? —pregunta, acercándose de nuevo a la barra y evidentemente refiriéndose a la lavadora— Creí que no tenías dinero.
— Okey, eso dolió.
— Lo siento, es que pensé que...
— Es broma. —la interrumpo, mientras sonrío un poco— Tenía ahorrado un poco de dinero.
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Compañeras de Departamento [Editando]
RomanceNatalia solo quiere un trabajo estable, y con suerte, encontrar el amor. Samantha es odontóloga y tiene novio, pero no está segura de si él es el indicado. Esta historia cuenta el día a día de varias chicas, con personalidades diferentes, con pasado...