Capítulo 7.

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María José.

Al llegar me tope de frente con Susana y mi padre, los salude educadamente y partí, sé que se sorprendieron. Estoy impaciente, el tiempo pasa lentamente, recibo una llamada es Rodrigo, Victoria había llegado, no sé el motivo, pero la hice pasar en seguida, la vi entrar con unas rosas amarillas, las cuales me extendió con una enorme sonrisa.

- ¿Y esto?

- Hoy es la presentación, quería desearte éxito. – sonrió.

- ¡Gracias! – admito, fue un gesto lindo. – Lo recordaste. – sonreí. - Realmente no tengo preparado nada formal, pero está bien, me siento tranquila.

- Lo harás bien. Te vez increíble. – dijo viéndome de pies a cabeza.

- Necesitaba un cambio. – Rodrigo se asomó y me hizo señas. – Lo lamento es hora. ¿Podrías dejarle tu número a Rodrigo?, te llamaré apenas termine, quizás podríamos salir.

- ¡Claro! – me dio un abrazo.

Llegué a la sala de juntas, ahí estaban los otros candidatos, el director, mi padre, el dueño de la empresa y otras personas, que apenas reconocí, al centro un proyector y al fondo, una cafetera, parece ser que la tarde sería larga.

Julieta comenzó, su presentación había sido buena, aunque viéndolo desde el lado crítico, pudo ser mejor. Luego Antonio, creo que realmente lo había arruinado, le faltaron varios puntos importantes, cuando se trata de dar una nota de ese tipo, en fin. Vi pasar al frente a Susana, esa sonrisa, aun la reconozco, fue de la que me enamore en algún punto, sinceramente, sé perfectamente la capacidad de esa mujer, además tuvo la asesoría directa de mi padre, la presentación fue increíble, digna de aplaudirle, se le veía segura, proyecto videos, fotografías, y demás, que le dieron el plus, cuando termino ellos se pusieron de pie, y está bien, lo merecía. Luego Joaquín y finamente, mi turno había llegado..., pase al frente, sintiéndome segura, de que no tenía nada que perder o quizás sí, pero a estas alturas, me daba igual.

- Gracias por su presencia, quiero felicitar a mis compañeros, todos lo hicieron genial. Bueno realmente lo mío no se tomará ni cinco minutos, porque no hice la nota. – todos me veían, Susana sonreía, sé lo que estás pensando. – No pude, por algunas razones personales. Pero si quiero presentarles algo que escribí, quiero aprovechar este espacio para hacerlo, sabiendo perfectamente, lo que esto significa. – vi al director a los ojos, se ve molesto. – Espero puedan escucharme. - abrí el archivo en mi Tablet y comencé a leer mi escrito.

Soy María José Covarrubia, tengo treinta y un años, trabajo en grupo
progresión, soy la editora en jefe, si, editora en jefe, mi sueño desde muy pequeña.
De esos sueños que visualizas por un buen tiempo, luego te enfocas y finalmente, lo logras.
Llegué aquí a base de muchos esfuerzos, comencé desde abajo,
no ha sido tarea sencilla, cualquiera pensaría que lograrlo consistió en abrir las piernas,
de hecho, piensan que así llegué aquí, el problema con esa clase de chismes,
es que no logran afectarte, cuando tienes bien en claro tus ideales, tus
metas y cuando sabes, cuanto esfuerza te llevo llegar hasta dónde estás.
Entonces comprendes, que no tienes porque dar explicaciones a nadie.
No abrí las piernas, suelo abrirlas cuando quiero hacerlo, con quien yo deseo
y normalmente no es para conseguir algo, que no sea un buen orgasmo.
Tengo todo en claro, pero no somos perfectos, falle en algo, me enamoré.
¿Parece algo sencillo, no?, pero no lo es, el problema de enamorarte;
es que pierdes un poco tu enfoque, yo lo perdí, me enamore de la
persona incorrecta, me enamore sin poner un freno, me enamore
anteponiéndola a ella, si a ella, escucharon bien. No quiero esconderme más,
incluso si eso me cuesta el empleo, mi esfuerzo y todo lo demás.
Por qué lo segundo que he aprendido, es que ser de la comunidad
te pone más barreras de las que ya tenemos por el hecho de ser mujeres, es como si las personas
que amamos a alguien del mismo sexo, tuviéramos una etiqueta en la frente,
se nos acortan las posibilidades, se nos prohíben mil cosas, se nos señala
y juzga; y nadie dice nada, ¿por qué?, simplemente, porque la sociedad así lo dijo,
la sociedad nos considera un error.
Me enamore de una mujer increíble,
que termino enamorándose de mi padre, termino destruyendo mi familia
y peor aún, termino convirtiéndose en mi madrastra, es muy ¡patético! ¿no?,
pero no pasa nada, porque una mujer poderosa, líder e inteligente como yo,
consigue todo por sexo gratis, sexo fácil, eso es lo que dicen, así por un tiempo me creí
todas esas palabras, peor aún, comencé a terminar con mi persona,
me quede sola, traicione a los míos, así como me traicionaron, me hundí en el
alcohol y los buenos cigarrillos y seguí haciéndolo, cuando decidí enamorarme de nuevo.
Pero lo que más lamento hoy, es haberle
dado la espalda a mi mejor amiga, me pidieron una nota, una nota que
intente cubrir profesionalmente, pero lo siento, tengo un corazón,
mi amiga estaba ahí, mi amiga perdió la vida en mis brazos, esperando
por una taza de café a la que nunca llegué, ¿por qué?, porque
di prioridad a mi necedad por sexo, por alcohol, o por esto,
ser la mejor editora en jefe. Perdí lo más importante, perdí lo que
realmente vale la pena. Porque ahora que lo pienso, estoy tan sola,
tan jodida y tan destrozad, que comienzo a sentir compasión de mí misma.
Pero al final del día, soy admirada
porque tengo un título, porque soy la editora en jefe, pero, ¿de qué
me sirve todo eso, ahora mismo?, así que sí. Lo arruiné,
lo arruiné cuando me enamoré, y cuando me volví a enamorar,
solo terminé de confirmar mi teoría, el amor es una mierda...
Sin embargo, he descubierto algo muy importante, hoy mientras lloraba
como loca en la lápida de mi amiga, una chica increíble, a la que nunca más podre abrazar,
me di cuenta de que dos almas destruidas, pueden curarse, siempre y
cuando, sea la persona correcta, o talvez, si tienes un poco de suerte
un buen libro puede ser la mejor cura para un dolor del corazón.
Así que, aunque estoy destrozada, no me voy a rendir.
Y no importa cuantas puertas más se cierren, o cuantas notas más tenga
que arruinar, porque no me rendiré. Llegar hasta aquí ha sido
una de las cosas más difíciles, sobre todo cuando no cuentas con
una familia para alentarte o una pareja para apoyarte o alguien para sonreírte,
y entonces comprendes, que lo único que tienes es a ti mismo
y eso es suficiente, porque no te vas a dar por vencido
fácilmente, porque ya pasaste tanta mierda, que un poco más,
no te va matar.

Una última vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora