Victoria.
El regreso de Oscar me tiene un poco confundida, el desinterés de mis padres me tiene adolorida, las señales extrañas de Covarrubia me tienen confundida, así que hoy, decido embriagarme, hoy no quiero saber de nadie y la fiesta de Valentina suena bien. En trece días es mi cumpleaños y por primera vez, no tengo ni puta idea de cómo voy a festejar un año más, porque para ser sinceras, no me interesa.
Saqué de mi bolso en traje de Harley Quinn, que no había usado el año pasado, dada las circunstancias (Sara se casó con Paulo), por lo que no tenía ánimos de una fiesta. Me pinté la cara y me puse sombras fuertes, acomodé la peluca rubia, me puse las medias, la blusa, el short y la chaqueta, incluso tenía un palo de beisbol, espero que esta noche me de un poco de tranquilidad. Tomé el Uber ya que planeo beber hasta que mi cuerpo no aguante más, y no planeo conducir, no estando ebria.
María José
Dado los hechos y mis ganas de recuperar todo lo que he perdido, la mañana del sábado, decidí ir con una vieja amiga, hacerme un bronceado natural, ya que lo que menos necesito ahora son radiaciones. Además, decidí ponerme extensiones en tono castaño, me aplique uñas postizas, definitivamente me siento otra; fui al dentista e incluso una noche antes, me hice la micropigmentación, a partir del lunes retomaría mi rutina de ejercicio y por ahora, eso suena perfecto.
Al salir de casa de mi amiga, pase a saludar a Keyla hacia tanto tiempo sin saber de ella. Así que hice una parada estratégica por Bar Vader. Y que extraño se siente el lugar hoy.
- Hola.
- No mames, ¿qué haces aquí? -me abrazó efusivamente-. Te ves hermosa.
- Supongo que estás feliz de verme, estoy de vuelta Keyla.
- ¿En serio? ¡Diablos! -sacó una botella y sirvió dos copas-. Brinda conmigo.
- Por ahora estoy bien así.
- Bueno al menos reclamo la primera noche contigo -dijo coqueta.
- Con eso Key, creo que será mejor por ahora poner un stop a lo que sea que teníamos.
- Ya veo, bueno da igual, sé que volverás tarde o temprano, soy difícil de olvidar -río.
- Ya veremos, me encanta verte de nuevo -la vi a los ojos-, pensé que nunca estaría aquí de nuevo -dije contemplando todo el lugar.
- Es bueno verte de nuevo, sabía que patearías en el trasero al cáncer, estoy orgullosa de ti.
Beso mi frente, me sonrío, me observo por un segundo y beso mis labios.
- Lo siento, no pude evitarlo.
- Está bien, creo que también lo necesitaba -le sonreí.
Victoria.
El lugar esta abarrotado, Valentina siempre ha dado las mejores fiestas y esta noche no es la excepción, cuando me vio, corrió para saludarme y alguien me rodeo por detrás.
- ¿Sara?
- Que padre, estamos juntas las tres, después de tanto tiempo.
- Lo sé, es lindo verlas.
- Perdóname por lo de aquella... -dijo Sara.
- No digas nada, ya paso, olvídalo. ¿Dónde están las bebidas?
- Por allá -señalo Valentina.
Me abrí paso por el tumulto de personas, llegué a la barra, donde Mateo servía cubas y cubas, ya estaba bastante tomado, a pesar de que era muy temprano, pero supongo que ser el barman de la fiesta no es tarea sencilla.
- Victoria, que gusto verte, ¿ya te dijo Valentina?
- Hola Mat, ¿qué?
- Toma, vamos bébela -me dio una cerveza-, serás la madrina de nuestro bebé.
- ¿En serio? -pregunté emocionada.
- Lo juro -dijo, aunque el hipo había aparecido en su sistema.
- Quizás deberíamos guardar el secreto o Valentina te va matar.
- Si shh, no digas nada, toma -me dio un par de cervezas más-, debes ponerte al tanto.
Di media vuelta, cuando alguien me cubrió la mirada, llego vestida de caperucita roja, hacía tanto que no la veía, que casi olvidaba nuestra historia.
- Hola Emma, que gusto verte.
- Te vez..., increíble Victoria.
- Gracias, tú también -le respondí.
- Escuché rumores sobre ti.
- Sabes, no me interesa saberlo, ¿quieres? -le extendí una cerveza.
- Cool, ¿quieres bailar?
- Claro, porqué no.
La noche estaba increíble, nunca antes habían llegado tantas personas a una fiesta, como esta noche, el lugar esta abarrotado, veo cervezas por doquier, botellas de tequila, whisky, vodka y demás. Estamos en el centro de la pista, muevo las caderas de un lado a otro, juego con mi cabello, elevo mis manos y las deslizo por mi cuerpo. Me siento tan fresca y única hoy. Varios chicos de la universidad están aquí, ubico a varios de ellos con los que tuve una ligera historia y algunas de ellas también.
María José.
Salí de Bar Vader y decidí pasar a una de esas tiendas extrañas, pensando que quizás podría ser buena idea o quizás no, últimamente no pienso las cosas dos veces, solo las hago.
Llegué a casa, me duche y lave mi cabello delicadamente, lo sequé y peine cuidadosamente, aun me estoy acostumbrando a traerlo largo de nuevo, me quite el sostén y las bragas, luego me puse una tanga negra, me acomode el vestido, que con la tela organza que dejaba ver mis piernas descubiertas, además el escote muestra mis pechos, sin mostrar la cicatriz horrible del catéter, me puse la cinta en la cabeza y cleopatra, había surgido. Me veo frente al espejo y me encanta la seguridad de la chica que se refleja en el. Me encanta el brillo que tengo esta noche.
Llegué a la calle marcada en la pequeña tarjeta, el lugar esta de locos, quizás ya no tenga madera para volver a esto, pero tengo una última vez de hacer las cosas, no voy a desperdiciarla ahora.
Bajé del coche, siento la mirada de las personas sobre mí, está bien, estoy acostumbrada a esto, me gusta la atención que obtengo, se siente bien. Entré por el jardín, mientras sonaba música electrónica, ¿es Victoria?
Veo a la chica que está de caperucita acercarse a ella, la rodea con sus brazos y la besa, vaya, eso no lo vi venir.
- ¿Covarrubia? -dijo Sara interrumpiendo mis pensamientos.
- ¿Sara?
- ¿Podemos hablar?
- ¡Claro!
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Personalmente me encanto, puedo ver a Covarrubia siendo Cleopatra y derramando la sensualidad y seguridad que solo ella sabe.
Vamos a ver que sucede, hoy por fin, supe que rumbo va tomar la historia. Espero que disfruten el capítulo y no olviden dejar sus comentarios.
Un abrazo con mucho amor... Ha y para quienes puedan, Covarrubia quizás vuelva a Bar Vader como cada viernes.
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Una última vez...
Teen FictionSi amaste a María José Covarrubia y Victoria Pedrero. (Sin límites y De 0 a 360 grados antes de... María José Covarrubia), no podrás dejar de leer esta increíble historia. Amor, odio, traición y mucho drama.