Victoria Pedrero.
Tomé el coche y partí; la casa de Valentina se ha tornado colorida, llena de flores y globos, todos se ven felices, parece que la llegada de un bebé, cambia la perspectiva de todos, bueno casi todos, yo creo que el hecho de que se casé es una tontería, pero está bien, apoyo su decisión como buena amiga y dama de honor que soy.
- Vic, llegaste -me rodeo con sus brazos.
- Vale, ¿estás bien?, estás sudando demasiado.
- Mañana me caso, ¿tienes una puta idea de lo que eso significa?
- Sí, creo, ya no saldrás de fiesta, tendrás un bebé, quizás tengas relaciones sexuales todos los días, por lo menos hasta que se vuelta monótono, o el bebé ahí dentro -señalé su panza -, ya no los deje hacerlo, en fin.
- ¡Perra! -grito.
- ¡Tranquila!, solo estoy bromeando Valentina, sí que estás jodida.
- Mañana necesito que llegues más temprano de lo habitual, ¿ok?
- ¡Claro!, estaré para ayudarte en todo -la abracé y besé su frente.
Salí huyendo de su casa, cuando la abuela de Valentina apareció, no me mal interpreten, es hermosa, pero no tengo la paciencia necesaria para lidiar con ella. Creo que los adultos mayores y los niños, no suelen ser mi fuerte.
Tomé el coche y pase por los vestidos, la verdad lucen increíbles debo admitir que Valentina eligió bien, y finalmente llegué a casa de Sara.
- Hola -la abracé efusivamente.
- Hola Victoria.
- ¿Estás lista para mañana? -pregunté muy emocionada.
- Hola Victoria -dijo Paulo al aparecer a sus espaldas.
- ¿Paulo?, perdón, ¿cómo estás?
- Muy bien, de vuelta en casa con mi esposa y mi pequeño, sabes creo que finalmente acepte lo de ustedes -se puso al lado de ella.
- ¿Lo de nosotras? -me crucé de brazos.
- Sí, no sé que tuvieron realmente en algún punto, pero ahora Sara está conmigo, debo aceptar y admitir que siempre serás la amiga que llega a casa, platica con Sara y hablan mierda de mí y está bien, no voy a odiarte, es más, quiero que hagamos las pases -extendió la mano.
- ¿Qué mierda dices?
- ¿Me dejarás con la mano extendida? Ves Sara, es de lo que hablo -llevó su mano a sus bolsillos.
- Sabes Paulo, lo que Sara nunca va admitir es que soy lo mejor que le ha pasado, Sara es increíble, pero demasiado cobarde para mí, no quiero a una mujer así, tampoco creo que podamos ser amigas, no más. Paulo lamento decirte que siempre serás infeliz, porque Sara nunca va amarte como crees que te ama, lo que te va llevar a estar con más de una mujer y está bien, al menos hasta que te canses y te des cuenta, de lo aburrida que es tu vida. Sara, lamento que hayas decidido quedarte con Paulo, lamento que no puedas luchar por lo que sientes y lamento más, a ver creído en ti de nuevo, hay cosas que nunca cambian. Deseo que sean felices, en su burbuja de cristal.
- Victoria -exclamó Sara.
- Creo que ya sé con quién irás mañana, tengo tu vestido en el coche; cuídense mucho y tengan sexo alocado.
Caminé hacía el coche, no siento mi corazón, quizás porque ya no lo tengo aquí. Me subí al coche y encendí la música, Sara corrió abrió la puerta de al lado, sus ojos bañados en lágrimas, sé perfecto lo que significa todo esto, y lo peor es que siento que ya viví este momento.
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Una última vez...
Teen FictionSi amaste a María José Covarrubia y Victoria Pedrero. (Sin límites y De 0 a 360 grados antes de... María José Covarrubia), no podrás dejar de leer esta increíble historia. Amor, odio, traición y mucho drama.