María José.
Que chica tan más intensa, pagué la cuenta y partí, al llegar al departamento, me tope de frente con la misma chica del libro, así que no desaproveche la oportunidad, de saber un poco más de ella, y quitarle la etiqueta de "rara".
- Hey tu. ¿Cómo sabías donde vivo? ¿Y qué haces aquí? – le grite antes de que diera la vuelta por el pasillo.
- Hola. – se detuvo.
- Te pregunte algo. – me acerqué a ella.
- Verás, tienes algunos años viviendo aquí, quizás, mmm ¿diez?, yo vivo aquí hace más que tú, justo ahí. – señalo la última puerta.
- ¿En serio?, jamás te había visto.
- Sueles ser así, siempre estás corriendo, cursamos juntas la preparatoria, pero supongo que tampoco lo recuerdas. – se encogió de hombros.
- ¿Qué? ¿Es una broma?
- No. Te conozco María José, eres solitaria muy solitaria, aunque recuerdo también a las últimas dos chicas que trajiste.
- ¿Me observas acaso? – pregunté incomoda.
- No, es solo, que eres difícil de no ver, te haces notar, era igual en el colegio, siempre has sido así. Cualquiera puede notar tu presencia. Que tengas linda noche. – dio media vuelta.
- Oye gracias por el libro, es asombroso. – vi que metió la llave para abrir su departamento. - ¿Cómo te llamas?
- Irena. – dijo y se metió.
Lindo nombre, pensé. Me metí y comencé a preparar algo para beber, mi celular comenzó a sonar, era Rodrigo.
- Hola, hola. – gritaba de emoción.
- ¿Qué pasa contigo?
- ¿No has leído tus correos?
- ¡No! – respondí.
- Pues hazlo ya. – colgó.
Saqué la laptop y abrí la bandeja, había un correo de Juan Carlos, el director.
- Querida colega. Gracias por la increíble presentación, grupo Progresión y Domestic, busca el crecimiento, innovación, ser el número uno. Por lo que la última prueba después de su presentación, era subir la nota de cada uno de ustedes, se bajaron los archivos que tenían en sus equipos, puesto que compartimos la red, espero no ocasione algún inconveniente. Las notas se pusieron a votación en la página oficial por tan solo ocho horas, que bastaron para ver una inminente diferencia de votos, se anexa la tabla para que corroboren dichos resultados, cabe recalcar que tu nombre se omitió por completo; por lo que me complace cederte mi puesto, muchas felicidades, eres la nueva directora del grupo Progresión. Sabía que llegarías lejos Covarrubia.
¿Qué mierda es esto?, estoy soñando, claro que estoy soñando, abrí el link, era cierto todas las notas estaban ahí, abrí mi escrito, tenía mil setecientos sesenta y cinco votos, para ocho horas, eso era impresionante, además de que muchas chicas habían escrito mil cosas asombrosas, muchas de ellas sintiéndose identificadas conmigo. ¡Diablos! No puedo creerlo.
Tomé mi bolso y salí del departamento, tengo que festejar, no puedo creer lo que acaba de suceder, llegué al bar que solía frecuentar, donde trabajaba Keyla, y ahí estaba, igual de bella que siempre, igual de sexy que siempre. Se acercó apenas me vio, la verdad es que no importaba cuán lejos hubiéramos estado, ella y yo teníamos algo. Bebimos hasta muy tarde, pero esta claro que el estado de ánimo afecta o ayuda, cuando ingieres alcohol, porque hoy me siento tan plena, consciente y feliz.
- ¿Te gustaría ir a otro lado? – preguntó Keyla.
- ¡Claro!
La verdad es que necesitaba todo, quiero comerme al mundo, quiero disfrutar lo que está ocurriendo, porque me esta pasando a mí. Salimos del bar cuando cerraron la puerta, eran casi las cinco de la mañana, Keyla iba mucho más tomada que yo, me tomó de la mano y salimos del lugar, la calle estaba desierta y bastante obscura, teníamos que caminar media cuadra, para llegar a mi coche, pero Keyla estaba algo impaciente, me tomó y me recargo sobre la pared, comenzó a besarme descontroladamente, lujuriosa y fogosa, típico de ella. Sus manos rozaban mis pechos, creo que debo comenzar a ser más discreta ahora que tomare el puesto de directora.
Un grupo de chicos apareció por la esquina y aparte a Keyla de mis labios, comencé a sentir una clase de presión extraña de nuevo, junto con un ataque de tos.
- ¿Qué estaban haciendo? – preguntó uno de ellos. Keyla tomó mi mano.
- Nada, pueden seguir su camino. – dije segura.
- Más bien, ustedes pueden continuar con su show. – dijo el otro y dio un sorbo a su lata de cerveza.
- Vamos, denle, putas lesbianas. – ordeno el otro.
- ¿Qué dijiste? – di un paso hacía el frente.
- Les falta una buena cogida. – dijo el primero, frotándose el pene.
- Me dan asco. – dijo el cuarto tipo.
- Vamos, mujerzuelas como estás no merecen vivir. – rieron.
Estoy furiosa, pero no podría contra cinco tipos, que encima de todo, parecen ebrios, tomé la mano de Keyla y di media vuelta, pero los tipos se interpusieron.
- ¿Qué quieren? – pregunté molesta.
- Meter esto en tu boca. – dijo el gordo, apretando su pene y luego, sin previo aviso.
Me plantaron un puñetazo en la cara, que me hizo caer de espalda, comenzaron a golpear mi estómago, así que perdí el aire de inmediato, mientras sentía algunas patadas por la espalda, siento como algo brota de mi rostro, cuando uno de ellos planta una patada directo a mi cara; se me nubla la vista, intento ponerme de pie, pero estoy muy mareada.
- Déjennos en paz. – grite.
- Ahora no eres tan valiente, ¿no? – dijeron.
Logré pararme, Keyla está tirada a mi lado, parece inconsciente, vi a los tipos, que no dejan de reírse, uno de ellos saco una navaja, me eché para atrás, pero no fue suficiente, sentí como la clavaba más de dos veces en mi estómago, lo que me hizo caer de nuevo, luego la incrusto en mi pierna derecha y una patada en el rostro...
No recuerdo más, hasta que desperté, todo es blanco, creo que es un hospital, intento moverme, pero el dolor me impide esforzarme, siento un vendaje en mi estómago, tengo un ojo entrecerrado, siento inflamado mis labios, veo mis brazos, que tienen múltiples moretones, me quito la sábana y veo mi pierna, cubierta por un vendaje y recuerdo la navaja.
Es increíble como todo puede dar giros inesperados, cuando llegué al hospital, me estaba desangrando, tarde en recuperación, cerca de cinco días, papá por fin había hecho algo bueno, pidió una prórroga para tomar el puesto, la cual se me concedió, afortunadamente.
Me habían hecho múltiples estudios para descartar algún órgano dañado, no encontraron nada dañado, pero si detectaron algo, algo que cambió todo.
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Un capítulo diferente, un capítulo que me dolió escribir, ¿por qué?, porque es tan real, cuantas veces me he topado con noticias de este tipo, en el que mujeres u hombres terminan heridos, por el simple hecho de amar a alguien de su mismo sexo. Y es que la ignorancia en estos tiempos, es enorme.
Espero que les guste el capítulo, María José esta por vivir cosas muy fuertes, algunos nuevos personajes comenzaron a aparecer y otros volverán a surgir.
No olviden que ya está a la venta Rompecabezas de la Vida. Junto con capítulos inéditos de mis nuevos y viejos fanfics.
Un abrazo con mucho amor.
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Una última vez...
Teen FictionSi amaste a María José Covarrubia y Victoria Pedrero. (Sin límites y De 0 a 360 grados antes de... María José Covarrubia), no podrás dejar de leer esta increíble historia. Amor, odio, traición y mucho drama.