Capítulo 18: París

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Nos levantamos temprano, no tanto como el día anterior, pero si lo suficiente como para querer matar a alguien.

Desayunamos rápidamente mientras íbamos caminó a la estación de trenes para tomar uno hacia Dover, una ciudad costera donde podemos tomar un barco para llegar a Calais y de ahí tomar otro tren a París

Oliver estuvo preguntando y nos dijeron que allí no piden documento para salir del país así que es la mejor opción para irnos

Estoy emocionada por conocer Francia, mi familia que no es de la realeza nunca fue de tener mucho dinero y solo viajamos de Toronto a Inglaterra y de Inglaterra a Toronto, no conozco nada más, hasta ahora, que estoy a punto de subirme a un tren para después subirme a un barco y para llegar al fin a Francia.

-¿Me estás escuchando?- Oliver me empujó con su hombro y me saco de mis pensamientos

-No, lo siento- me reí y rodo los ojos-¿Que estabas diciendo?

-Que tenemos que cambiar el dinero por Euro Franco

-Si, lo se- Murmuré casi en un susurro

-¿Crees que nos reconocerán?- fruncí el ceño y lo miré

-¿Por que lo harían? Hasta donde yo sé, nuestros reinos no son muy conocidos en el resto de Inglaterra

-Tienes razón- me sonrió un poco- Además, si es cierto lo que me dijeron, no pedirán nada de documentación, así que no hay manera de saber quiénes somos en realidad

-Deberiamos cambiarnos el nombre- sugerí y el empezó a reír- Hablo en serio, sólo por si acaso

-Esta bien- dijo y entramos a la estación de trenes-¿Como quieres llamarte?

-¿Zoe?- preguntó y asintió- ¿Que hay de tí?

-No lo se, tu dime- analice su cara un par de segundos y sonreí

-Gale- dije y sonrió

-Esta bien, Zoe- remarcó "Zoe" y me reí- Desde ahora soy Gale

***

Llegamos a Dover después de dos horas de viaje en tren y tomamos un taxi hasta el muelle.

Caminamos un par de minutos y por suerte nadie nos pidió la documentación al comprar los boletos para salir del país

-Hola, buenos días- Dijo Oliver a la mujer del banco donde cambiaremos el dinero

-Buenos días- ella nos sonrió- ¿Que desean?

-Queremos cambiar dinero por Euro Franco- dijo él y la mujer asintió, Oliver saco un par de fajos de dinero y la mujer nos miró con el ceño fruncido

-¿De donde sacaron tanto?- preguntó y mis nervios aumentaron

-Llevamos ahorrando años- sonreí nerviosa- Siempre quisimos hacer un tur por Europa- mentí y al parecer me creyó, al instante sonrió

-¡Estupendo!- dijo ella y agarró el dinero- ¿De donde vienen?

-America- respondió Oliver, pero su acento es inglés

-Vivimos en londres unos años y después nos fuimos a América, desde pequeños siempre quisimos volver- aclare- A él nunca se le fue el acento pero a mí si, lo envidio, me encanta el acento inglés- las dos reímos y Oliver se limitó a sonreír

-Estoy segura de que tu acento volverá- dijo la mujer dejando dinero francés sobre el escritorio- Aquí tienen, suerte en su viaje

-Gracias- dijimos al mismo tiempo mientras Oliver guardaba el dinero en su mochila- Adiós- la señora nos devolvió el saludo y nos fuimos para abordar el barco

-Asi que...- nos sentamos y Oliver me miró-... ¿Te encanta mi acentí inglés?

-No empieces- me queje y sonreímos- Pero si, me gusta tu molesto acento inglés

-Y a mi me gusta tu molesto acento Americano- se burló y me reí

-¿Conoces América?- pregunté doblando mis piernas sobre mi asiento

-Fui a Boston una vez- dijo- Iba a ir a la universidad allí

-¿De verdad?- asintió-¿Cuantos años tienes?

-19- respondió riendo ante mi expresión de sorpresa

-¿Y porqué no fuiste a Boston a estudiar?

-Preferi quedarme en el internado de Londres, mi padre dijo que era lo mejor- en sus ojos de notaba la desilución

-¿Querias ir a la universidad?- pregunté casi afirmando

-Si, pero eso ya no importa- intento ocultar su tristeza en una sonrisa y asentí

***

Llegamos a París después de muchas horas en barco y en tren.

Todo es como lo imaginé, muy acogedor y pintoresco.

Antes de ir a buscar un hotel pasamos por la torre Eiffel y tome una foto, no me salió bien, pero no pude tomar otra porque Oliver me arrastró hasta una cafetería para tomar algo, ambos morimos de hambre, habíamos almorzado en Calais, pero sólo un sándwich, nuestros cuerpos pedían a gritos comer algo más.

Llegamos a la cafetería y pedimos cappuccino con tres Cruasán para cada uno.

Mientras esperábamos intente buscar la mirada de Oliver, pero me evito durante mucho tiempo. Cuando estábamos en la estación de Calais ocurrió un incidente, un error, así lo llamó él

-¿Podrias olvidar ese estúpido beso de una vez y dejar de ignorame?- pregunté enojada y algo triste.

-No te estoy ignorando- Murmuró mirando a la ventana- Y podría olvidarlo si dejarás de hablar de eso

-No he tocado el tema desde que me dijiste que nunca debió pasar- sentí mi corazón estrujarse dentro de mi pecho, pero ignore esa horrible sensación y me concentre en mi enojo- Y tenías razón, nunca debió suceder y no va a volver a pasar- aseguré y sus azules ojos me miraron por primera vez en horas

-Eso espero- fue lo último que dijo, no volvimos a hablar el resto de la tarde.

Comimos en completo silencio escuchando una alegre canción francesa, eso me alegro.

Cuando termine de comer y de tomar mí cappuccino ya había anochecido, le dije a Oliver que iba a sacar fotos de la torre Eiffel que estaba a la vuelta de la cafetería y me fui antes de que contestara.

El lugar estaba repleto de gente, nunca había visto tantas personas en un mismo lugar. La torre se veía muy bonita al estar iluminada y me pude acercar lo suficiente como para sacar una buena foto.

Satisfecha me quedé un rato más hasta que bostece, cansada decidí volver a la cafetería para buscar a Oliver y poder irnos a un hotel a descansar.

Pero al pasar al lado de una tienda donde venden televisiones, pude ver que mi cara y la de Oliver estaba en las noticias, no entendí lo que decían porque estaba todo en francés, pero es obvio que nos buscan y debemos irnos antes de que nos reconozcan

Rápidamente empecé a caminar a la cafetería y llegue justo cuando Oliver iba saliendo, al verme cruzar la calle sin mirar a los lados haciendo que un auto frenará de golpe y me tocará bocina, fruncío el ceño y se acercó

-Debemos irnos- dije agitada

-¿Que? ¿Por que?- me preguntó tomandome de los hombros

-Estamos en las noticias, nos están buscando- hablé rápidamente y preocupada- Tenemos que irnos antes de que nos reconozcan, no quiero volver Óliver

-Lo se, tranquila- me abrazó con fuerza y senti su corazón latir muy rápido dentro de su pecho

No Soy Como Todas Las PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora