Capítulo 52: Enojo

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Llegamos al castillo y de inmediato subí las escaleras para encerrarme en mí habitación.

Estaba enojada con Dominik ¿Cómo es posible que me diga inmadura siendo él quien se comporto como un idiota cuando nos conocimos?

Además, debería estar enojado con el periodista que me golpeó ¿Qué esperaba que hiciera? ¿Qué gritara “cortenlen la cabeza”? ¡Es ridículo!

-Isabelle- la puerta de mí habitación se abrió de golpe y gire a ver a Garfield

-No estoy de humor- dije acercándome con la intención de sacarlo

-No me importa- dijo firmé- Sabes perfectamente que no puedes irte sin permiso ni la supervisión de alguien. Lo que hiciste estuvo mal

-Intente decirte pero no te encontré- me cruce de brazos una vez frente a él- Fui y volví Garfield, no me escape, deberías comenzar a confiar más en mí

-Lo que hiciste el año paso fue muy grave, no quiero volver a arriesgarme- dijo- No volverás a salir hasta que vuelvas al internado

-¡No puedes obligarme a nada!- exclamé enojada- No eres mis padres como para decirme que hacer y aún que lo fueras ya soy mayor de edad Garfield, no puedes mantenerme encerrada aquí

-Soy tu rey- se mantuvo firmé- Y también tu hermano mayor, debes obedecerme

-No eres mí hermano- ataque- Por si no lo recuerdas eres hijo de alguien más y te ausentaste la mayor parte de mí vida, no puedes aparecer de la nada y creerte con derecho a tratarme como tu hermanita cuando ni siquiera estuviste para mí en los momentos más difíciles de mí vida ¡Ni siquiera me conoces bien!

-Deberas aprender a no decir cosas de las que después te puedes arrepentir- respondió algo dolido- Se que estás molesta pero no puedes dejar que tus emociones te controles, no es lo que una princesa...

-¡Ya deja de decirme princesa!- lo interrumpí muy enojada- ¡Nunca quise ser una y jamás querré! Vivir aquí es un castigo para mí. Me obligan a hacer o decir cosas que no quiero y todo para mantener la reputación de está falsa familia que te empeñas en creer que es real ¡Pero no lo es! ¡No estamos ni cerca de ser la familia perfecta que quieres! Lamento decepcionarte pero no voy a fingir ser algo que no soy ¡Me cansé de todo esto!

-Oh ¿Estás cansada?- está vez fue su turno de hablar enojado y asenti- Bien entonces ahora mismo pediré que te envíen de nuevo al internado, no volverás aquí ni volverás a Toronto, te quedarás ahí todo el año para ver si así aprendes a valorar lo que tienes

-¡No puedes hacer eso!

-¡Si puedo y lo haré!- gritó- Prepara tus cosas, te irás esta noche

Sin que pudiera decir algo más, Garfield dió media vuelta y salió de mí habitación

¿¡Por qué todo siempre me sale mal!?

Yo solo quería tener una mañana tranquila y ahora tendré que pasar el resto del año encerrada en el internado sin poder viajar a casa. Aún que ni siquiera estoy segura de tener una

Que puta mierda

No me quedo de otra que acostarme a dormir para no tener que escuchar mis pensamientos que solo harían que me enoje aún más con todas las personas del castillo.

***

Cerré la maleta con mis cosas y suspiré cansada, he estado aquí pocos días pero mí ropa estaba por todos lados haciendo todo un desastre

-¿Princesa Isabelle?- la puerta de mí habitación estaba completamente abierta pero aún así Derían golpeó

-¿Si?- pregunté girando para verlo

-¿Están listas sus cosas?- asenti y le entregué mí maleta, pensé que se iría pero me equivoque

Analizo mí rostro un instante antes de sonreír un poco

-¿Le digo algo?- asenti- Su hermano se equivoca al enviarla al internado sin permitirle volver, ya verá que en mes que viene ya estás aquí de nuevo o tal vez estemos viajando a Toronto

-No quiero conocer aquí Derían- suspiré pasando mí mano por mí pelo despeinandome- Tampoco quiero ir a Toronto, ya no quiero estar en ningún lado ¿Qué se supone que deba hacer?

-No lo se- susurró- Tal vez pueda pasar un tiempo en Inglaterra, se que su familia tiene una casa allí por su abuela, a ella le gusta mucho.

-No lo sabía- Frunci el ceño- Aún que es buena idea- Sonreí- Solo debo convencer a la reina Franchesca y al director del internado para que me envíen ahí el próximo mes

-Intentare ayudarla desde aquí- afirmo sonriendo, no pude evitarlo y me acerqué aún más para abrazarlo

-Gracias- dije con mí cara hundida en su pecho mientras él palmeaba mí espalda

-No debe agradecer Bell- sonreí- A veces me agrada

-Deja de engañarte, siempre te agrado- reí alejándome

-Puede creer lo que la haga feliz aún que no sea la verdad- se burló antes de agarrar mí maleta- En quince minutos nos vamos, la espero abajo

-Bien- Derían giro y se fue.

Volviendo a suspirar busque mí teléfono y mis auriculares, está vez viajere sola con los de seguridad y ellos no son bueno hablando conmigo, por lo que tendré que escuchar música y leer un libro que acabo de robarle a Garfield.

Cuando tenía las tres cosas en mí manos las guarde en una pequeña mochila y baje a la cocina para pedir un café para llevar.

-Adios a todos- me despedí cuando tenía mí café, todos se despidieron deseándome suerte y salí de la cocina, en camino al resividor dónde Derían me esperaba me encontré con Dominik, intente ignorarlo y esquivarlo pero se interpuso en mí camino

-¿Ya te vas?- pregunto y asenti

-Lo haría si te corrieras del caminó- dije de mala manera

-¿Sigues molesta?

-¿Tu que crees?- rode los ojos y pase a su lado, pero al instante me tomo del brazo haciéndome girar- Ya déjame Dominik, debo irme

-No quiero que te vayas estando peleados- murmuró triste pero eso no me hizo sentir menos enojada

-Debiste pensarlo mejor antes de tratarme mal por el simple hecho de que no me enoje con un periodista que me golpeó sin querer- me solté de su agarre bruscamente

-Lo siento- dijo sinceró- De verdad Bell, me equivoque y lo admito, se que fui exagerado al reaccionar así pero...

-Basta- lo interrumpí- Acepto tus disculpas pero eso me hace sentir menos molesta. Así que, por favor, déjame en paz

Sin esperar que respondiera volví a girar para irme dónde Derían me esperaba para subir a un auto con destinó el aeropuerto.

-¿Que haces aquí?- pregunté una vez en auto junto con Garfield

-Ire para asegurarme que de verdad te irás- respondió usando su teléfono.

No volví a hablar, sería en vano volver a discutir con él. Por lo que mejor decidí colocarme los auriculares e ignorarlo el resto del viaje e incluso en el aeropuerto esperando que mí vuelo saliera hacía el peor lugar del mundo

El internado

No Soy Como Todas Las PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora