Segunda parte capitulo 4

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Hacía mucho calor, o al menos, eso le parecía a él. Después de que el maestre le hubiese contado a Jon todo lo que el mago le había dicho a su señor, ambos se dirigieron a la tienda de Sandor.
-Eso no tiene sentido Sandor, ¿Qué hace un supuesto mago del otro lado del mar angosto en las tierras de los valles? en el nido de águilas...
Meditó sus palabras antes de pronunciarlas. Tenía en mente una respuesta peligrosa en su situación actual – Vos y la reina deberíais saberlo mejor que nadie majestad. Todo poniente sabe que La madre de dragones arrasó las ciudades esclavistas antes de conquistar poniente. Imagino que es posible que aún conserve algún enemigo allí.
Jon le dedicó una mirada suspicaz y él se rascó el cuello. Quizás no conservase la cabeza encima de los hombros por mucho más tiempo.
-Entonces ¿qué? Casi 20 años después de todo aquello, un antiguo enemigo aparece en poniente para conseguir que Robert Arryn mate a un inocente y el norte comience una guerra, y que después yo te decapite por rebelarte contra la corona y desobedecer a tu rey ¿eso es lo que me estás diciendo? - Al perro no le paso en absoluto inadvertida la amenaza no tan velada del monarca.
-Sabes tan bien como yo, que Robert y yo mismo solo somos peones en la partida. El objetivo siempre ha sido dejar el norte desprotegido- le dijo entregándole el pergamino enrollado a Jon.- Esto ha llegado esta madrugada.
- ¿qué?, pero... ¿cómo?
-Ben va hacia allí con gran parte de mis hombres. Pero debo volver. Y creo que tú deberías acompañarme.
Jon suspiró y se frotó las sienes. Sin duda, la información que contenía ese mensaje habría supuesto un duro golpe para Jon. Gran parte de los hermanos negros eran amigos suyos. –Avisa al maestre. Necesito enviar un cuervo. Y prepara a tus hombres. Partimos a Invernalia lo antes posible.
-Majestad- Jon se detuvo en el umbral – os aseguro que no deseaba desobedeceros ni poneros en una situación difícil. Pero no podía no hacer nada. Robert envió hombres a Invernalia para atacarnos después de marcharos...
- ¿Quieres hablar de esto ahora de verdad? Debería ajusticiarte por ignorar una orden directa de tu Rey, pero tenemos asuntos más importantes entre manos, y a pesar de todo, no puedo culparte por hacerlo.
-Lo siento Jon, pero Alystair era más importante para mí que todos los yunkios de la bahía de los esclavos y pido justicia para él.
Jon recibió un golpe de realidad al pensar en su sobrino. No podía evitar sentirse culpable, y si hubiese prestado más atención al tema...
-Lord Robert será escoltado a Desembarco del Rey, y allí será juzgado por sus crímenes cuando esto acabe. Mientras tanto, estará bajo custodia ¿de acuerdo?
-Gracias majestad
-Recuerda que también era mi sobrino... Y ahora prepara la partida. Volvemos al norte.
-Si majestad.

-Kaleeshi
Danny levantó la vista de su hijo- Ser Jorah. Adelante- Ella le sonrió y le invitó a pasar con un gesto. Desde que se había casado con Jon, Jorah se había mostrado más distante con ella en presencia del Rey y jamás la llamaba Kaleeshi delante de él, ni de casi nadie en realidad. Aunque, al menos había dejado atrás la tristeza. Cuando nació Rhaela, Danny le pidió que cuidase de ella y Jorah había dedicado cada día de su vida desde entonces a cumplir la orden de su reina. Adoraba a la niña como si fuese su propia hija y la princesa lo quería a él con todo su corazón, aunque Jon siempre procuraba recordarle cual era su lugar. Cuando estuvo a su lado, le tomó de la mano sana y le invitó a sentarse junto a ella.
-Decidme ¿qué sucede?
-Ha llegado un cuervo del Rey, Robert Arryn está siendo escoltado hasta aquí. Al parecer... Parece que un mago de la bahía de los Dragones le manipuló para tratar de matar a Sandor Clegane.
Danny contuvo la respiración – Quiero hablar con él en cuanto llegue.
-Hay más Kaleeshi. El rey no regresa con él. Parte al norte desde Nido de Águilas con el Perro.
-Pero ¿por qué?
-El muro ha caído majestad- las palabras parecían arena en la boca de Jorah- hace dos días. Benjen Clegane se dirige allí con algunos hombres, pero aún no tenemos noticias de él. Su padre regresa al norte para ayudar a la guardia de la noche, aunque, según sabemos, puede que ya no quede nadie con vida.
- ¿han sido los caminantes? ¿Han vuelto Jorah? – Danny apretó a su hijo contra su pecho.
-No. Según parece los Greyjoy podrían estar detrás del asalto, pero aún nada es seguro mi reina.
Danny suspiró aliviada en parte – Enviaré un cuervo a Yara Greyjoy- Jorah se levantó dispuesto a salir.
- Jorah... ¿dónde está Rhaela?
-Con el maestre kaleeshi, en sus lecciones. ¿Deseáis que vaya a buscarla?
- No. No es necesario. Pero no la dejéis sola.
-Nunca majestad. Estaré con ella todo el tiempo.
Danny sonrió. No confiaba en nadie en el mundo más que en ese hombre. Tanto era así, que le había procurado la protección de su tesoro más preciado y era consciente de que haría lo que fuese por mantenerla a salvo, aunque siempre tenía un ojo puesto también en ella. – Y ser Jorah. Reunid al consejo.
-Como ordenéis majestad. La reina se dejó caer en el respaldo de la silla con su hijo en brazos. Un recuerdo de visiones, pesadillas y fuego pasaron por su cabeza en una rápida sucesión de imágenes y escuchó la voz de Jorah gritando su nombre desde el exterior de la torre de los eternos.

El rey de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora