CAPÍTULO 1- DIA 13 EN ALTAMAR (CONFIDENTES)

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Despertaba lentamente el pelirrojo quien se removió un poco en la cama antes de abrir los ojos, sintió un ligero peso en su pecho para después recordar que ese ligero peso era la mujer que más amaba en el mundo, bajó un poco la mirada y la vio ahí dormida... Tan tranquila, tan feliz sobre él. Sonrió enternecido por la forma en la que ella lo abrazaba, su delicada mano izquierda sobre sus pectorales, su respiración relajada y serena lo llenó de una alegría enorme, sintió que era realmente afortunado y feliz, había pasado por tanto al dejarla en Arendelle, recordó ese momento en el que agonizaba en altamar y su mente le jugó la mala pasada de verla, recordó ese horrible momento en el que Jean Paul le dijo que Elsa estaba a punto de morir y corrió al castillo acompañado de él para sacarla de su congelado encierro en el que ella agonizaba... Recordó el tomarla en sus brazos completamente inconsciente, revisarla y notar que ella no respiraba, cerró los ojos por un momento y suspiró aliviado de tenerla ahí sobre el descansando tranquilamente...


Se removió un poco, no había amanecido aún sin embargo debía levantarse para continuar con su viaje, acostumbraba levantarse antes del amanecer para continuar pues la embarcación permanecía anclada desde que el sol se ocultaba hasta antes de que saliera de nuevo... Acostumbraban descansar en cualquier parte, solo anclaban el barco y descansaban donde la noche los tomara, por petición de la rubia lo hacían así, temía viajar en la oscuridad.


-No quiero que naufraguemos como mis padres.- Recordó las palabras de ella.


No tuvo más remedio que acceder sin mencionar que él era el único que dirigía el barco y sería desgastante estar toda la noche navegando, eran ellos dos solos sin un capitán que lo relevara en las noches. Se removió de nuevo en la cama para levantarse pero era una misión difícil, ya que Elsa descansaba sobre él, se acomodó un poco dejando que la rubia callera de lado suavemente a la cama...


-Uhmmm no... -Protestó ella, con voz perezosa y adormilada-


-Shhhh ya ángel... Duerme. - Le susurró, suavemente y acarició el rubio cabello de ella-


-No te vallas.- Dijo adormilada-


-Mi ángel, debemos continuar falta poco para llegar a Corona.- Le dijo con ternura.


-Uhmmm... -Volvió a quedarse dormida.-


La ex reina de Arendelle se acomodó un poco en la cama con un semblante de resignación para continuar durmiendo... El pelirrojo solo se quedó observándola un momento antes de besar su frente y acariciarla para después salir de la cama, se dirigió al baño alistarse y continuar con el viaje...


La luz entraba por la pequeña ventana que estaba en el camarote del barco, iluminaba tenuemente el lugar... Elsa despertaba despacio, se removió un poco en la cama, estirando un poco sus piernas y sus brazos, abrió los ojos lentamente y observó con detenimiento el lugar antes de suspirar... Sonrió... Se fue incorporando despacio hasta quedar sentada sobre la cama, miró el suelo un momento y luego se levantó, se asomó brevemente por la ventana y vio a Hans en la cubierta del barco observando el mar. Sonrió nuevamente al verlo ahí.


Se dirigió al baño, se quitó su camisón y se dispuso a bañarse... Había adoptado la costumbre de tomarse su tiempo, no tenía afán de nada... Ya no tenía que correr por gobernar Arendelle y ocuparse de todos los tratados, y de más cosas que demandaban todo su tiempo, ya no... Solo debía ser feliz y encargarse de si misma, dedicarse tiempo. Salió del baño envuelta en una toalla y se dispuso a vestirse, tomó un vestido color azul cielo de tirantes delgados y delicados que iba hasta un poco mas debajo de sus rodillas, el vestido enmarcaba a la perfección su delicada y frágil silueta, se observó un momento en el espejo y sonrió a sí misma antes de que su mirada se oscureciera un poco... Su cuerpo era más delicado y frágil de lo normal, todo lo que paso por culpa de Anna le había dejado secuelas terribles en su salud, en su peso y su figura. Cerró los ojos resignada y recogió su cabello delicadamente desde la parte del frente enrollándolo habilidosamente hacia atrás y atravesándolo desde el lado izquierdo hacia el lado derecho, para finalmente sostenerlo con un broche en forma de copo de nieve dejando el resto de su delicado cabello suelto. Colocó una pequeña capa de maquillaje, en su piel, un poco de labial para resaltar sus ojos... Se observó a si misma en el espejo una vez más, sonrió y salió del camarote en busca de Hans, quien observaba atentamente el mar por donde navegaban.

EVER AFTER IN THE SEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora