Las horas habían pasado lentamente, el calor del lugar era más intenso que de los lugares anteriores que habían visitado, sin embargo finalmente habían llegado a su destino, explorar un lugar completamente nuevo conllevaba tener que caminar sin un rumbo claro y desconocido, la vegetación abundante del lugar no les daba mucha claridad y visibilidad. Sin soltar la mano de ella caminaba observando sigilosamente todo a su alrededor, nunca había estado en un lugar así y los diferentes rumores que alguna vez escuchó, lo tenían muy nervioso.
-¿Hacía donde vamos? -Preguntó ella más que agotada-
-No tengo idea.
-Ya estoy cansada... Y tengo hambre.
-Lo sé, solo un poco más. Quiero que lleguemos a un lugar donde no haya tanta vegetación para poder descansar.
-Ok... -Dijo la rubia con voz decaída-
Siguió caminando aún estando exhausta, observaba con mucha atención la vegetación que los rodeaba, observaba fascinada cada árbol, cada arbusto, cada palmera y planta... Eran plantas que definitivamente no había en Arendelle... Su hogar, pensó con nostalgia. Extrañaba mucho su hogar, a su sobrina y sus habitantes. Dejando de lado la nostalgia siguió observando a pesar del calor y cansancio que la invadían. El calor era más que abrazador el vestido la ayudaba a mantenerse fresca, sentía que no podía caminar más, a penas habían desayunado en el barco, la emoción de llegar finalmente a su destino no los dejó si quiera comer.
-¿Quieres parar ya? -Le preguntó al verla tan cansada, a su parecer lucía tan linda con sus mejillas enrojecidas por el calor, sus ojos apagados del cansancio, su cabello desordenado y su trenza despelucada por el roce de las plantas con su cabello.
-Uhm... -Asintió una sola vez con un semblante exhausto-
-Ok. ¿Te sientes bien?
-Si... Solo estoy agotada, hemos caminado por horas y no llegamos a ninguna parte.
-Lo sé, espero que encontremos pronto una aldea o algo, para poder descansar. Empieza a anochecer.
Elsa sonrió ante lo que él le decía, también lucia cansado de caminar. Se detuvieron junto al camino para descansar, Hans cargó un tronco que no estaba muy lejos de ellos y lo acomodó cerca a ella para que se sentara justo donde el sol no los golpeara, al sentarse sintió un alivio enorme, las piernas ya le dolían, sentía espasmos en la cintura y en la espalda no se sentía así de adolorida y cansada desde hace mucho tiempo.
Hans se sentó junto a ella en el tronco y empezó a buscar algo de comer entre las provisiones mientras ella observaba el lugar y se estiraba. Le ofreció el sándwich y empezaron a comer, el lugar era agradable a pesar del calor.
-¿Crees que falte mucho?
-No lo sé hermosa, espero que no... Está por anochecer lo más seguro es que tengamos que pasar la noche aquí.
-¿Aquí? ¿Tendríamos que dormir a la intemperie?
-Si... ¿Nunca has dormido así?
-No... Siempre he dormido en mi cama, no en el piso.
-Bueno, no es tan malo... Estoy acostumbrado, ¿Ya olvidaste cuando dormí en el suelo de tu habitación?
-Jajajaja
-A demás no vas a dormir en el piso, dormirás sobre mi y yo dormiré en el suelo, no quiero que pases frío.
-Creo que vas a estar muy incomodo.
-No importa, estoy acostumbrado... Cuando entré a la marina de las islas del sur aprendí a dormir en cualquier parte, siempre que llegábamos a un lugar nuevo teníamos que dormir así. En cualquier parte, para mi era como acampar. ¿Nunca lo haz hecho?