Esperaba junto con su madre en la Sala de estar... No sabía bien que esperaba, veía a su mamá algo nerviosa, su padre la había llevado allí después de haberle pedido que usara su mejor vestido y que procurará arreglarse un poco. -No es que lo necesites mi preciosa niña,solo quiero que te veas perfecta... Bueno más. -No le había dicho nada más.
-¿A quien esperamos? -Preguntó a su madre.
-Mi princesa... -Acarició sus blancas mejillas con tanta delicadeza y ternura-
-¿Por que estas nerviosa?
-Ammm Angelito, ya estas en edad de saber lo que pasa, y siempre te hemos dicho todo.- La princesa asintió, en señal de que entendia lo que su madre le decía-
-Estamos esperando a... -Suspiró- a la casamentera.
-¿Queee?
-Elsa, tranquila...
-No... ¿COMO QUE TRANQUILA?
-Elsa.
-¿Me van a dar en matrimonio? -Dijo casi llorando-
-Nooo, aún no...
-¿Aún?
La temperatura empezó a bajar en la Sala de estar de una forma muy brusca.
-Bebé... Escuchame.
-Mamá no... -Suplicó con los ojos llenos de lágrimas.- Prometo esforzarme más para controlar mis poderes.
-No, no mi amor... Escuchame.
La princesa estaba tan asustada y hacia tanto frío en el lugar...
-Amor... Jamás te obligaría a hacer algo que no quieres. Solo...
-¿Como puedes permitir esto? Ni siquiera puedo estar cerca de Anna como para que me den en matrimonio.
-Amor, tranquila... Cálmate.
-No... No me van a hacer esto a mi. -Dijo furiosa - no lo voy a permitir.
-Elsa... No alces la voz. ¿Puedo explicarte por lo menos?
La princesa miro a su madre con recelo mientras secaba delicadamente sus lágrimas.
-No es para lo que crees... No te vamos a dar en matrimonio hija.
La puerta se abrió y ambas miraron la figura que entraba por dicha puerta.
-¿Que esta pasando? Hace mucho frío Elsa. -Dijo su padre mirándola a los ojos.
-Ustedes me quieren dar en matrimonio. -Dijo llorando de nuevo-
-No es cierto... -Dijo su madre-
-¿Entonces?
-Hija, no me haz dejado hablar.
El rey Agnar se acercó despacio hacia su hija y tomó su mano.
-Lo que hacemos es por tu bien hijita. Escucha a tu madre,ella te va a explicar por que viene la casamentera a verte hoy.
La princesa se quedó mirando fijamente a su padre,sin decir nada.
-Tranquilizate hija - Le dijo su madre-
La joven se giró hacia la ventana, soltandose del agarre de su padre... -No por nada estas tan nerviosa mamá- dijo sin siquiera mirar a sus padres.
El rey Agnar miró a su esposa de reojo...
-Elsa, ella solo viene para evaluar tu educación.
-No me mientan, una casamentera no hace eso.
-Si lo hacen princesa... Deben ver a las jovencitas para evaluar sus modales en la mesa, su sabiduría, su postura, su educación. -Respondió su padre-
-Y ¿Para que? Si ni siquiera puedo hablar con alguien que no sean uds dos... ¿Pretenden que ella me tome en cuenta para poderme ofrecer en matrimonio? Por que más vendría una casamentera, no creo que lo haga por deporte. -Dijo aún mirando por la ventana y dándoles la espalda a sus padres.
Ambos se miraron y se sintieron terrible, su hija no era nada tonta y eso definitivamente quedaba claro con el argumento que ella les había dado.
-No amor... No lo hacen por deporte.
-Uhmm... -La temperatura empezó a subir de a pocos,la princesa empezó a tranquilizarse y el frío talante empezó a desaparecer.
-Tengan al menos en cuenta que si esa mujer me piensa en emparejar con algún príncipe sería una pérdida de tiempo por que no puedo aún controlar mis poderes y sería terrible que su pequeña vergüenza quedará expuesta ante otro Reino.
-No eres una vergüenza para nosotros hija -Refutó su padre de inmediato-
-...
-Elsa... Ella solo viene a... A revisar que todo este bien contigo.
- ¿Bien?
La reina solo se quedó mirando a su hija... No había usado las palabras correctas.
-Nada esta bien madre... No lo ha estado nunca, no lo está ahora y no lo va a estar en un futuro... Así que... Es injusto que me hagan perder mi tiempo así, sometiendome a juicio de una desconocida sin siquiera pensar en que eso puede salir mal.
El Rey se acercó a la jovencita para una vez más tomar su mano.
-No me toques... -Le dijo ella más que molesta mientras se retiraba de la ventana-
-Elsa...
La platinada camino tranquilamente hacia el sofá grande de la Sala mientras en el bolsillo de su vestido buscaba un pequeño espejo, se sentó pesadamente y se dispuso a observar su reflejo, sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas... Sus mejillas rojas por la ira que sentía, sus largas pestañas ya no lucían rizadas como las había dejado, evitando llorar y conteniendo las lágrimas delicadamente sacó un pañuelo azul del mismo bolsillo y se dispuso a limpiar su rostro.
Los Reyes de Arendelle miraban a su primogénita con tristeza, ella tenía razón eso no era buena idea, pero ella ya tenía quince años y era normal que a esa edad la casamentera fuera a ver a las jovencitas para evaluarlas y si... Tristemente para empezar a buscarle un esposo a tan corta edad.
-Angelito... -Le dijo su madre mientras se acercaba a ella- No queremos que te sientas triste.
-No... No estoy triste... Estoy decepcionada de ustedes, no los entiendo. Me ocultan de todo el mundo pero aún así permiten que venga una desconocida a verme para supuestamente evaluarme... Y todo ¿para que? para hacerme sentir peor.
-No es cierto, y más vale que cambies tu actitud señorita. -Le regaño levemente su padre-
-¡Agnar! Ya...
-Déjalo... Se que debo comportarme y hacer lo que ustedes me pidan, aún que no tenga lógica, ni sentido, y mucho menos sin importar lo que yo piense y lo que yo quiera... Por su puesto que lo haré sin siquiera decirles que perdemos el tiempo en esto.
-Elsa por favor.
-...
-¿Donde están tus guantes? -Preguntó su padre-
Más que molesta los sacó del otro bolsillo de su vestido y se los puso si siquiera mirarlos ni a ellos ni a sus padres.
-¿Podrias al menos sonreír un poco por favor? -Le pidió de manera irritada su padre-
-Claro... -Como queriendo retar a su padre esbozó una sonrisa más que forzada-
-La cabeza en alto hijita- Le dijo su madre tocando levemente su barbilla-
Alguien tocó la puerta, era Kai anunciando la llegada de la casamentera.
-Altezas... La casamentera esta aquí. -Miró de reojo a la princesa que se veia extraña a su parecer-
-Gracias Kai, hazla pasar.
-Si Majestad.
El rey se acercó a la jovencita y casi susurrando le dijo.
-Comportate, ya lo sabes... "No haz de abrir...
-Tu corazón" - Completó ella la frase apretado los dientes y haciendo un esfuerzo por no llorar.
Por la puerta apareció la regordeta figura de una mujer de no más de setenta años, llevaba un vestido Victoriano muy elegante, su postura era más que erguida, su maquillaje demasiado recargado, su mirada frívola con un toque de juicio sobre los demás hizo que la jovencita que estaba a unos metros de distancia de ella sintiera temor...
-Rey Agnar... -Hace una modesta reverencia-
-Ágatha, es un placer verla... -Saluda correspondiendo la reverencia-
-El placer es mío Majestad...
Mientras el rey saludaba a la mujer que estaba junto a él la reina Idunna miró de reojo a su primogénita... Pudo ver en sus ojos temor, su figura se veía perfecta sin embargo su lenguaje corporal era terrible, veía miedo en la jovencita. Lentamente y aprovechando que el rey y la casamentera estaban ocupados hablando se acercó a la joven.
-Mi amor... Tranquila, yo estaré contigo todo el tiempo. No te dejaré sola.
-... - La princesa ni se inmutó ante lo que su madre le decía, ni siquiera la miró para darle a entender que la había escuchado-
-Trata de estar tranquila bebé, esto pasará rápido...
La reina vió como la mujer se acercó a ella y a su hija...
-Reina Idunna, que bueno es volver a verla.
-Me alegra mucho volver a verla Ágatha, hace mucho que no nos visitaba.
-Lo sé Alteza, si no me falla la memoria... No la veía desde que tuve que evaluarla a usted.
La reina de Arendelle recordó lo incómodo que fue para ella también pasar por lo que su hija estaba pasando, fue tan estresante ya que ella tuvo que aprender desde determinada edad a ser una princesa... No había tenido la suerte de sus hijas de nacer dentro de la realeza y menos de tener una línea directa al trono como Elsa.
-Si... -Respondió algo incomoda-
-Recuerdo que tuve que educarla en muchas faltas que tenía.
Elsa estaba furiosa, le molestaba la presencia de esa mujer... Y como se refería a su madre.
-No es fácil olvidar la educación de una niña que no es de sangre noble, sin embargo salió perfectamente educada y es una reina perfecta. ¿Recuerda usted Alteza el mantra que la hacia repetir una y otra vez?
-Uhmm - Sonrió más que incómoda la reina, mientras asentía-
-Oh... Y ella es...
-Ammm si. -Interrumpió el rey- Es nuestra hija, nuestra primogénita, Elsa.
La mujer sin decir nada examinó a la princesa de pies a cabeza... Su mirada escudriñando en cada céntimetro de la jovencita hizo que sus padres se tensaran... Esa mirada acusadora buscando el más mínimo defecto en ella para sin darles tregua de nada hacerles sentir vergüenza. No encontró nada que criticar...
-Es muy hermosa... Oh... "Callada, sumisa, y obediente era el mantra"-Le dijo a la reina- Creo que si alguien lo aprendió a la perfección fue su hija.
Ambos Reyes miraron a la princesa pues ella estaba tan callada que ni siquiera había saludado a la casamentera.
-¿Te comió la lengua un ratón princesa? -Le preguntó-
Elsa se tensó pero no era justo así que pudo decir lo primero que pensó.
-Con todo respeto, pero el que llega es el que saluda... No el que ya está aquí.
Sus padres y la casamentera abrieron los ojos como platos... La mujer miró desafiante a la joven... Y con una sonrisa ladina quizo ignorarla.
-Bastante hábil y sagaz eso es bueno... Pero muy altanera diría yo.
El rey miró a su hija inquisitivamente, no podía creer lo que había acabado de escuchar.
-¿Ella es la heredera? -Preguntó al rey.
-Si... -Respondió algo nervioso-
-Entiendo por que el caracter y el orgullo... Pero es algo que aún se puede corregir. Un par de azotes de vez en cuando ayuda a que las niñas entiendan cual es su lugar.
-¿Azotes? -Pregunto asustada la reina-
-Disculpe, pero nunca golpeamos a nuestras niñas... Jamás lo hacemos y nunca lo haríamos. -Intervino el rey-
-Es solo un correctivo... Estarán bien y lo agradeceran cuando sean mayores.
La reina miró a su niña y negó con la cabeza, como queriéndole decir que eso no le iba a pasar.
-Es algo que no usaríamos nunca con nuestras hijas. -Dijo el Rey Agnar firmemente.
-Entiendo Alteza, tomelo como un consejo en caso de que ella se salga de control.
Ninguno dijo nada...
-Bien... Hora de evaluar sus habilidades princesa.
-Las dejarémos solas.. -Dijo el Rey- Vamos Idunna.
-No... -Dijo la reina de inmediato- Ammm en realidad quisiera quedarme,ya sabes para escuchar la evaluación de Elsa y saber si hay algo más que corregirle. -Terminó de decirle mientras lo miraba a los ojos.-
-Si... -Entendió de inmediato -
La casamentera se quedó en silencio mirando a los dos Reyes de Arendelle... El rey salió sin decir nada más.
-Bien... Empezaremos con sus modales en la mesa.
La mujer extendió un rollo de tela el cual dentro tenía diferentes cubiertos de mesa, junto a la princesa.
-¿Sabes para que es cada uno?
-Si...
-No pides permiso para hablar, al igual que tu madre...
Tanto la reina como la princesa se miraron sintiéndose incómodas.
-¿Para que sirve cada uno? ¿Por que no te quitas esos guantes? Es de pésima educación tener guantes puestos cuando se está en la mesa. -Se acercó a despacio pero de una forma amenazadora a la princesa- ¿Ocultas algo princesa?
La reina sentía que el corazón se le iba a salir... La princesa miró a la mujer con tanto miedo, que su madre sintió pena por ella, sabía el enorme esfuerzo que su hija estaba haciendo para no dejar salir sus particularidad.
-Quitatelos. -Le dijo desafiante-
-No... -Respondió temerosa.
-Qui-ta-te-los, obedece...
_... -Negó temerosa.
-Obedece... -Le repitió mirandola a los ojos.
-No... -Dijo en un susurro-
La reina de inmediato se puso de pie y se acercó a la mujer, para ayudar a su hija.
-¿Que le parece si pasamos a la siguiente evaluación? La de conocimientos...
La mujer la miró fastidiada y extrañada.
-¿Tiene alguna cicatriz en las manos? ¿Si sabe que de ser así, es difícil emparejarla con algún príncipe?
-Ella no tiene nada de malo en sus manos... -Dijo firmemente- Solo, son parte de su vestido.
-Igual tendrá que quitarselos a la hora del exámen físico.
La reina se sintió muy mal por su hija.
Pasados unos minutos y ya con las tres evaluaciones realizadas a la perfección había llegado la hora de la evaluación física. La evaluación de conocimientos había dejado a la casamentera sin palabras, la princesa era demasiado lista, las diez ecuaciones matemáticas que le había entregado a la joven las había resuelto en quince minutos, a comparación de otras princesas que se tardaban al menos dos o tres horas en resolverlas ella lo había hecho en menor tiempo, y a diferencia de las demás estaban bien hechas, sus conocimientos en historia y en geografía la habían hecho pasar vergüenza ante la reina, por que la joven tuvo que corregirla un par de veces. Sus habilidades musicales era algo que ella no esperaba, la joven tocaba el piano con tanta armonía y habilidad, su forma elegante de caminar y servir el té era digno de la realeza,lo hacía con tanto cuidado y dedicación. -"Sabrás servir el té con gracia y encanto para tu esposo"- le dijo- "Pero a los hombres no les gustan las mujeres rebeldes y pretenciosas, debes trabajar en eso"- finalizó.
Elsa estaba harta, quería que esa tortura se acabara, no quería estar ahí ni un minuto más.
-Repite conmigo... "Callada, sumisa, y obediente"
Su madre sabía que eso ella no lo iba a decir, no estaba dentro de lo que ella le había enseñado y es que por más que se lo dijeran a ella cuando era joven, no lo hacía... Idunna siempre había sido un espíritu libre y así mismo les había inculcado eso a sus hijas.
-Anda, dilo...
-...
-Bueno no necesito que lo hagas ahora, solo dilo.
Elsa se sentía humillada... Quería llorar pero no le daría el gusto a esa mujer.
-Callada... Sumisa y obediente. -Sintió su espíritu romperse en pedazos, al igual que su madre-
-Muy bien... Eso lo debes repetir en la mañana, y en la noche.
La mirada de la joven era de tristeza absoluta y su madre se sintió fatal.
-Ahora, parate aquí. -Le dijo a la princesa-
Ella obedeció se puso de pie junto a la mujer... Quien la empezó a examinar.
-Sueltate el pelo...
Ella automáticamente obedeció y soltó su pelo rubio.
-Tienes un pelo muy hermoso, pero es extraño... Es más platinado y mucho más claro que el de tu padre.
Ella solo se quedó en silencio.
-¿Su otra hija tiene el pelo igual al suyo Majestad?
-No... Ella es pelirroja.
-Extraño... -Dijo la casamentera-
- No tanto... Su abuelo, el rey Runeard era de cabellos rojizos...
-Si... Claro. Lo había olvidado -Dijo recordando al padre del rey Agnar.
La mujer siguió observando a la joven con tanto detalle, que Elsa ya estaba incómoda.
-¿Ya tuvo su primera regla?
Elsa abrió los ojos, no se imagino que le preguntaría algo tan privado
-Si. -Respondió su madre-
Con una pequeña vara que tenía midió los brazos de la joven para saber si eran asimétricos o si estaban disparejos, para después pasar por sus piernas y repetir el mismo ejercicio.
-¿Practica algún deporte?
-No... -Respondió la reina de nuevo-
-Eso es bueno, su útero podría desgarrarse... ¿Siempre está tan fría? Disculpe por lo que dire Majestad pero parece que estuviera muerta... Su piel es demasiado fría.
-Es normal en ella. -Refutó la reina-
-Normal... - Repitió la mujer-
Sigue observando a la joven...
-Abre la boca. -Le dijo. Y ella ya humillada y resignada obedeció- Sonríe- La princesa sin ánimos lo hizo, lo que buscaba la mujer era evaluar su dentadura. - Que perfecta dentadura... ¿Tuvieron que hacer algo para eso? ¿Aparatos o algo así?
-No... Ella es una princesa,heredó la dentadura de sus antepasados.- Respondió la reina.
Elsa estaba a punto de llorar, se sentía como un animal en venta que hasta sus dientes se atrevió a revisar.
-Y... ¿Sigue siendo virtuosa? Preguntó mientras ponía la vara cerca de la intimidad de la joven princesa.
-Por su puesto... Es a penas una niña. -Respondió la reina notablemente ofendida-
-Jaa jajaja se sorprendería de cuantas princesas se entregan a cualquiera, se dicen vírgenes hasta que cuando se casan sus maridos se llevan una gran decepción.
-Pues no mis niñas. -Dijo la reina Idunna defendiendo a sus hijas-
-Bueno... Eso lo sabremos cuando ella se case, espero que ningún rey o ningún príncipe me venga a reclamar después.
Tanto la reina como la princesa estaban ofendidas. La mujer sin pedir permiso ni nada puso sus manos sobre uno de los pechos de la joven, a lo cual ella reaccionó de inmediato dando un respingo y abriendo los ojos a punto de reclamarle por el atrevimiento.
-Muy plana... -Le dijo- Ojalá te crezca el pecho un poco más, entre más grande mejor podrás amamantar a tu bebé, y así tu esposo tampoco te dejara, a los hombres les gustan las mujeres voluptuosas.
Tomó las caderas de la joven con fuerza y tiro hacia abajo, haciendo que ella doblara sus rodillas...
-Sus caderas son muy frágiles es algo escuálida y flacucha... No será buena para tener hijos, puede que no se le queden en el útero.
La reina miro a su hija quien parecía estar escuchando pero su mirada estaba pérdida.
-Ella tiene la misma constitución frágil y delgada que yo... Y pude tener dos hijas hermosas.
-Si pero es mucho más frágil, lo puede ver en sus piernas y en sus caderas, no son nada prominentes. Incluso puede que no pueda concebir, es muy delgada... Esta en edad que le ayuden con eso, ningún hombre quiere a su lado a una mujer infértil, no es bueno para la realeza no dejar descendencia.
-Si... -Respondió la reina con un dejo de tristeza-
-Quitate los guantes. - Le dijo a la princesa-
Elsa sin si quiera pensar solo obedeció y temblorosamente. Al tener sus manos expuestas la casamentera con su vara alzó las manos de ella y las observó detenidamente.
-Muy bien, manos delicadas y perfectas.
La miró a los ojos y los observó con detalle.
-Tiene los ojos de su madre princesa... Azules zafiro, es bueno para recalcar que usted es de la realeza. Es medianamente buena su hija... -Le dijo a la reina, ella solo la miró evitando con todas sus fuerzas golpear a esa mujer...
Tantos años reafirmando la confianza y cuidando la autoestima de su hija para que en menos de veinte minutos ella destrozara a su niña.
-Hay cosas que deben arreglar esta muy delgada, le falta algo de músculo,así no podría concebir y de hacerlo el parto podría matarla... Su postura es erguida, tiene la frente en alto... Más que otras princesas, hay que aprender a bajar un poco la cabeza señorita, eso le hará saber a tu esposo que estas a su merced. Ningún rey quiere una reina que se sienta igual de importante que el. Aun le pueden corregir esas insolencias que al parecer a veces tiene... De resto todo está bien Majestad.
La reina solo asintió antes de notar que su esposo entraba a la sala.
-Buenas tardes...
-Majestad... Hemos terminado, hay algunas cosas que corregir.
-Bien... Y ella es apta...
-Aún no. Es muy... Particular su hija, no me atrevo a incluirla dentro de un listado de conveniencias monarcas todavía.
El rey volteo a mirar a su hija, se me movió el corazón al ver la expresión que su niña tenía. Miró a su esposa y vio esa furia que hace mucho no veía en sus ojos, se veía más que ofendida y molesta.
-Cree que lo podamos discutir.
-Pero rey Agnar...
-Hay que discutirlo... Tomar té... ¿Le parece bien ahora mismo?
La mujer se vio obligada a tomarle la palabra al rey.
-Bien, esta bien Majestad.
El rey le ofreció su brazo a la mujer y haciendo una seña le dijo a la reina que los siguiera. Ella solo lo miro y de inmediato guió su mirada hacia la joven princesa, el antes de salir del lugar con la mirada le dijo a su esposa que se llevara a Elsa de ahí.
La reina observó a su hija quien estaba tan quieta y callada, tan triste y destrozada... Se acercó un poco a ella y puso su mano en la espalda de la joven.
-Mi amor...
La princesa solo se alejó de su madre y se hecho a correr con los ojos llenos de lágrimas. Nunca la habían humillado así, sintió rabia y asco de quien era, estaba tan triste y tan ofendida por lo que acababa de pasar que solo quería escapar de ahí, corrió por el pasillo del palacio... Solo quería alejarse de sus padres y de todos, podía ver a medias sus ojos estaban empañados en lágrimas, por el mismo pasillo caminaba contrariamente la menor de las princesas, pelirroja iba andando despacio con un libro en sus manos cuando escucho que alguien se aproximaba rapidamente, quitó la mirada del libro para ver que su hermana mayor iba hacia ella corriendo con los ojos llenos de lágrimas, Elsa al verla la esquivó y paso a su lado.
-Elsa... ¿Que pasa? -Le preguntó queriendo detenerla
-¡DEJAME EN PAZ! -Le dijo entre lágrimas-
Anna se quedó solo ahí parada viéndola como se alejaba a toda prisa.
Al llegar a su habitación se encerró, hecho llave a la puerta y corrió hacia su ropero, sacó toda la ropa y se metió en el mueble cerrando las puertas desde adentro. Se abrazó a si misma, hundió su rostro entre las rodillas y emitió con todas sus fuerzas un grito que ahogó con sus manos, se sentía tan inútil, tan innecesaria en la vida de sus padres y de su hermana... Definitivamente desde que había oído a sus padres discutir su futuro, sus ilusiones de una vida normal habían empezado a decaer, pero con lo que había acabado de pasar le habían quitado toda ilusión y ganas de mejorar, -¿Para que? Si ni siquiera sirvo... No sirvo. - en su joven mente empezaba a crearse una idea, una idea terrible... -No quiero que nadie se me acerque, no quiero hijos, no me va a pasar, no me va a pasar- ya no tenía nada que perder, su autoestima estaba en el suelo, su orgullo roto y su fuerza completamente derrumbada.Holaaaa niñas, aquí otro capítulo... En este se explica un poco por que Elsa no se permite tener hijos, por que se niega a esto con Hans...
No olviden comentar, votar e invitar a más gente a que lea esta historia ya que eso me motiva mucho a seguir escribiendo. (Así sea en la tablet y me de túnel del Carpio) pero no importa. Espero leer sus comentarios y quiero agradecer su paciencia. Espero leerlas pronto tal vez en un siguiente capítulo o tal vez no... Aun no lo sé, un abrazo a todas.Byeeeeeeeee 👋😀❄
Gracias por tomarse el tiempo de leer.