PRÓLOGO

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Un poco más de una semana había pasado desde que Elsa y Hans dejaron Arendelle, tal vez para no regresar. Los primeros dos días fueron angustiantes para el joven, por algún motivo la rubia solo se había recostado en la pequeña cama quedando profundamente dormida… Dos días en los que ella no abrió los ojos, pensó lo peor. Estuvo junto a ella lo más que pudo, trató de hacerla despertar, hasta que finalmente en un breve momento ella solo pudo decirle tranquilamente.
-Déjame descansar.- Le dijo al joven tiernamente.
Solo se quedó ahí junto a ella… Observándola dormir tranquilamente.
Al tercer día mientras el joven observaba atento el mar en su embarcación de un momento a otro sintió un tierno abrazo por la espalda, bajó la mirada para encontrarse en su abdomen las blancas y delicadas manos de la rubia.
-Despertaste…-Dijo girándose hacia ella.
-Dormí bastante… ¿Verdad?
-Dos días seguidos. Nunca había visto a alguien dormir así.
-Nunca habías visto a una reina entregar su corona.
-Rió- Es cierto… ¿Te sientes mejor?
-Si… ¿Dónde estamos?
-Aún en el mar… -Dijo en tono burlón-
-Jaja ya lo sé… ¿A dónde iremos?
-Creo que cierta dama quería ir a Sudamérica.
-Oh… Si… -Dijo recordando-
- Bien… Hacía allá vamos.
-¿Falta mucho? –Preguntó ella-
-Uhmm meses… Muchos muchos meses para llegar a nuestro destino.
-Entiendo…-Dijo mientras recargaba su cabeza en el pecho del joven.
-Ángel…
-¿Uhm?
-¿Segura que estas bien?
-Si… Si… Yo… Me siento más tranquila, siento como si me hubiera quitado el peso del mundo de encima.
Él solo sonrió…
-¿Por eso dormiste tanto?
-Si… Nunca había dormido así, siento ligero el cuerpo, siento que todo lo que me solía angustiar ya no me importa más. Siento que merezco este descanso.
-Lo mereces. –Dijo mientras la acariciaba-
Ella sonrió sin levantar la mirada...
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Sentada observando el infinito mar en frente de ella solo podía pensar en que por fin era libre… Estaba en el momento más tranquilo y feliz de su vida, podía dormir hasta la hora que quisiera, podía leer todo lo que ella quisiera, ya no habían documentos, ni tratados, ni leyes, ni nada que no tuviera que ver con si misma, había sido educada para pensar en los demás por encima de ella y se sentía rara… Tenía esa extraña sensación de estar obrando mal, sentía que estaba siendo egoísta, había dejado a su reino a merced de quien se quisiera hacer cargo de él. Extrañaba a su sobrina, la pequeña Idunna estaba todos los días en sus pensamientos, su creación Olaf, Kristoff, Sven, Gerda, Kai… Malvavisco. Solo había una persona en la que evitaba pensar para no llenarse de rabia, para evitar recordar todo lo malo que le había pasado por culpa de esa persona.
-Pude haber muerto- Reflexionó… Era afortunada de seguir viva, era afortunada de que Jean Paul entrara a su habitación de la forma tan heroica en la que lo hizo, arriesgándose a morir de hipotermia por ella… -Sonrió al recordarlo- Fue muy valiente- Pensó.
Ahora solo eran ella y Hans…
El tiempo que compartían juntos era lo que ambos necesitaban para sanar todo lo que habían vivido por separado, durante ese año en el que no supieron nada del otro. No había sido fácil para ninguno de los dos cada uno había sufrido por separado esa injusticia que casi acaba con ambos.
Las noches eran tranquilas en altamar, algunas veces la rubia sentía miedo de estar en esa embarcación, no era fácil para ella olvidar que sus padres habían muerto en medio del mar. Sin embargo Hans siempre encontraba la forma adecuada de distraerla, de reconfortarla y de hacerla sentir mejor, la recostaba sobre su pecho y acariciaba su cabello hasta que ella conciliaba el sueño, algunas veces solo la abrazaba y le leía uno de sus muchos libros que no fue capaz de dejar en Arendelle para que ella pudiera dormir… Y otras veces solo la dejaba llorar, para que se tranquilizara, cada método la llevaba después a un sueño profundo en el que él solo podía verla dormir, estar tranquila… Amaba verla dormir, se veía feliz, se veía segura y confiada mientras dormía junto a él en la pequeña cama que de una u otra forma los obligaba a dormir abrazados. Habían ya en una semana salido por completo de Noruega, estaban encaminados hacía su siguiente parada que según lo que Hans veía en el mapa era Dinamarca.
-Pronto llegaremos a Dinamarca…-Dijo él-
-¿Si? ¿Podemos ir a Alemania?
-¿Alemania? Creí que iríamos a Sudamérica…
-Si, si… Pero… Sé que hay un reino llamado Corona en Alemania… Quisiera visitarlo… Conocerlo.
-Nos desviamos un poco pero… Esta bien.
No podía negarse a lo que ella pidiera, su objetivo era que ella fuera feliz y olvidara todo lo que tuvo que pasar en su reino, era una mujer rota que había encontrado la forma perfecta de reconstruirse a si misma, de olvidar tanto dolor y sufrimiento, de ayudarlo a él también a olvidar… Poco o casi nada le había contado él a ella de su travesía en el mar después de dejar Arendelle, suficiente había tenido con lidiar consigo misma para darle otro dolor más… No había sido fácil para él, pero eso no había sido nada en comparación de lo que ella había tenido que pasar así que prefería mantenerla al margen de lo que él había vivido.
Estaban solos ellos dos… Nadie más, eran los únicos en el enorme mar podían ser ellos mismos sin miedo, podían hacer lo que quisieran sin tener que ocultar lo que hacían o lo que sentían, estaban por fin solos… Listos para olvidar todo lo que les había pasado, listos para tener aventuras juntos, esta vez no había nadie que los detuviera o los separara.
Tenían sus momentos de esparcimiento juntos y por separado, ella amaba sentarse a leer sus libros en el suelo de la embarcación, Hans respetaba esos espacios en los que ella quería dedicarse tiempo a si misma y solo la dejaba leer en paz. Él amaba hacerse cargo de su embarcación, limpiar y arreglar alguna avería, revisar minuciosamente que todo estuviera en orden para que ella estuviera tranquila y a salvo. Los momentos que compartían juntos los pasaban mirando juntos el mar que los rodeaba, los atardeceres mientras hablaban de muchas cosas, mientras reían juntos, mientras solo se dedicaban tiempo el uno al otro, al anochecer cocinaban su cena juntos, y compartían cada noche de la mejor manera posible…
Eran felices juntos y nada más importaba.

¡¡Hola niñas!!!
Volví... Ya era hora, descanse mucho en la medida de lo que pude por que la verdad siempre tuve la continuación en mi cabeza,era complicado, el primer capítulo esta escrito pero aún no lo subiré,siento que falta algo después de haberlo leído una y mil o tres mil veces, hay algo que falta y no se bien que es.
Trataré de subirlo la próxima semana, hasta que encuentre que falta... Quiero que esto que sige sea especial y diferente.
Como siempre no olviden votar,comentar e invitar a más gente a leer.
Un abrazo a todas byeeee .
👋😘❄

EVER AFTER IN THE SEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora